9 de abril 2023
La imagen de Cristo avanza en la oscurana de la parroquia, iluminada por las veladoras de un grupo de fieles del Tepeyac en San Rafael del Norte en Nicaragua, mientras suena música religiosa. Unos segundos después una patrulla sigilosa pasa frente a la puerta del templo.
El vídeo dura 22 segundos. Fue tomado el Viernes Santo 7 de abril de 2023 y es una muestra precisa del asedio a la Iglesia católica en Nicaragua. Una toma que fue ampliamente reproducida en las redes sociales en estos días de Semana Santa cuando la dictadura de Daniel Ortega prohibió las procesiones religiosas, hostigando a fieles incluso en las calles.
Los recientes operativos represivos se han desarrollado, mientras la vicepresidenta Rosario Murillo invocó al “Dios verdadero” para justificar la opresión, días antes que se conmemore el quinto aniversario de la rebelión de abril de 2018, cuando miles de jóvenes salieron a las calles para demandar su renuncia y la de Ortega.
Para el sacerdote exiliado nicaragüense Edwin Román, expárroco de la iglesia San Miguel Arcángel de Masaya, quien fue testigo de las violaciones de derechos humanos y una de las voces que más ha denunciado a las mismas, la prohibición de las procesiones debe ser vista como una violación a los derechos de los católicos.
"Es un derecho que les están quitando a los católicos"
"Las procesiones dentro, o en los atrios de los templos debido a la prohibición de parte de la dictadura, no se debe ver como actos de resistencia de los católicos, no es sublevación en contra de nadie, ni es un delito, es un derecho que se nos está prohibiendo realizar", sostuvo.
Román destaca que miles de fieles han asistido a vivir su fe, pese a las limitaciones impuestas en Nicaragua. En ese contexto adverso para los creyentes, el párroco tiene un mensaje para los policías y los representantes del partido de Gobierno en los barrios, quienes han sido denunciados en el pasado por tener un rol activo en la represión gubernamental.
Según el religioso, quien se encuentra exiliado en Florida, Estados Unidos, no se puede generalizar en el tema de los policías, porque hay algunos de ellos que son católicos. Los recordó asistiendo a misa, celebrando bodas y bautizos, pidiéndole la bendición cuando se los encontraba en la carretera, lo que asegura les debe generar un conflicto interno.
“Estoy seguro que dentro de sus hogares y con sus compañeros policías harán sus comentarios de que no están de acuerdo con la situación en la que se vive, de los cual también son víctimas de la dictadura, ya que el propósito primero fue ingresar a la Policía para servir y brindar seguridad a su pueblo. No les debe ser fácil sentir rechazo. Confío que escucharán la voz de la conciencia y que revestirán nuevamente el uniforme de dignidad”, afirmó Román.
El sacerdote dio testimonio que varios oficiales desertaron en la rebelión de abril de 2018, cuando ocurrieron las masivas protestas a las que la dictadura respondió con una brutal represión que ha permanecido en la impunidad desde entonces.
Los organismos internacionales registraron al menos 355 asesinados y más de 2000 heridos en el contexto de aquellas manifestaciones en Nicaragua. Mientras el régimen denunció sin evidencia un supuesto golpe de Estado, la comunidad internacional documentó graves violaciones a derechos humanos.
Un informe de la Organización de Estados Americanos y otro de Naciones Unidas confirman que en el país se cometieron “delitos de lesa humanidad” y señalan las actuaciones de la Policía en el baño de sangre.
Sin embargo, entre las historias que el padre Román conoció personalmente, está la de un policía asignado a la cárcel El Chipote, donde la dictadura mantuvo a una parte de los presos políticos, y quien le aseguró que no estaba de acuerdo con lo que les hacían a los reos de conciencia.
“Otro me dijo que ya no quería ser policía y llegó la familia a recogerlo a la casa cural, y le regalé una camisa mía para pasar por desapercibido. Una mujer policía llorando me llegó a comentar que fue víctima de violación sexual en el cuartel de Masaya, mientras le tocó permanecer concentrada en ese tiempo, donde utilizaron algún químico inhalante mientras dormía. Tuvo que exiliarse y la volví a ver”, narró el religioso.
“No vale la pena darse a odiar”
A los miembros de los Consejos del Poder Ciudadanos, señalados como organismo de control gubernamentales en el territorio, Román les dijo también que “no vale la pena darse a odiar y defender a quien no te conoce ni sabe si existes”.
Oró por todos ellos y les recordó que los vecinos son el hermano más cercano y se debe vivir con ellos en armonía.
En los últimos meses el régimen de Ortega mantiene bajo vigilancia política a las parroquias, acosa a los fieles, condenó en febrero pasado a 26 años y cuatro meses de prisión al obispo de Matagalpa Rolando Álvarez y expulsó al sacerdote panameño Donaciano Alarcón en días recientes por predicar a favor del jerarca encarcelado. En 2022 expulsó en marzo al nuncio apostólico Monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag y en julio a 18 monjas de la orden de Madre Teresa de Calcuta.
En 2022 profanaron también templos, enjuiciaron a dos sacerdotes por supuestos delitos comunes en procesos sin garantías, y desterraron a otros religiosos. En 2019, el obispo Auxiliar de Managua, Silvio José Báez, salió del país bajo consejo del papa Francisco, luego de ser amenazado por fanáticos del orteguismo. En la actualidad es una de las voces de aliento a la comunidad nicaragüense en Florida y oficia misa desde la parroquia Santa Agatha, acompañado del sacerdote Edwin Román.
La campaña antirreligiosa del partido de Gobierno en Nicaragua es acompañada de manera constante por un discurso de odio desde el poder. Recientemente, Ortega y Murillo dijeron que El Vaticano es una “mafia”. El papa Francisco comparó la situación de Nicaragua con la dictadura hitleriana y la calificó de guaranga (maleducada).
Críticas también en Honduras
La persecución inédita en América Latina contra la Iglesia sigue captando la atención a nivel internacional. En Honduras, el obispo emérito español Ángel Garachana expresó su "rechazo total" al "Gobierno dictador" de Nicaragua durante el viacrucis en la ciudad de La Ceiba y lamentó que se haya prohibido a la Iglesia católica de ese país celebrar las procesiones.
“Manifiesto mi rechazo total a este modelo de Gobierno", subrayó Garachana. Dijo que espera que ese modelo dictatorial "nunca ocurra" en Honduras, país donde "tenemos la libertad de expresar privada y públicamente nuestra fe".
"En Nicaragua, por la dictadura de quienes están gobernando, no solo se ha prohibido las expresiones democráticas de tipo político y social, sino que hasta han prohibido las manifestaciones públicas de la fe", lamentó Garachana, quien recientemente dejó de liderar la Arquidiócesis de San Pedro Sula, la segunda mayor del país vecino centroamericano. (Con información de Efe)