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La “ruta mafiosa” Ortega-Wang: “fracasó el canal, pero la concesión sigue vigente”

Mónica y Umanzor López Baltodano: “El canal fracasó, pero la concesión sigue vigente en manos de intereses corruptos y amenaza la soberanía nacional”

Ruta mafiosa

La portada del libro "Ruta mafiosa", de Umanzor y Mónica López Baltodano. // Foto: Alejandra Padilla

Carlos F. Chamorro

27 de marzo 2023

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“Ruta Mafiosa: ¿Quiénes controlan la concesión canalera en Nicaragua?” es el resultado de una exhaustiva investigación realizada durante una década por Mónica López Baltodano, abogada y experta en derecho ambiental, y el politólogo Umanzor López Baltodano, sobre la trama de corrupción y las 23 “empresas de maletín” que operan en torno la concesión canalera otorgada por Daniel Ortega al empresario chino Wang Jing y la empresa Hong Kong Nicaragua Canal Development (HKND) a través de la Asamblea Nacional.

El libro recorre el origen de la concesión canalera suscrita el 14 de junio de 2013, el fracaso del proyecto del canal, a raíz del surgimiento de la protesta del movimiento campesino, y analiza los intereses de corrupción que aún subsisten en torno a la Ley 840, que se mantiene vigente.

En una entrevista con Esta Semana y CONFIDENCIAL Mónica y Umanzor López Baltodano destacan “la vigencia de esta investigación, porque está claro que el régimen de los Ortega Murillo es capaz de hacer cualquier cosa, no sólo para permanecer en el poder, sino para enriquecerse a costa del Estado nicaragüense”.

“Ruta mafiosa” fue presentado el viernes pasado en San José, en la Universidad de Costa Rica, y la versión digital está disponible para descarga gratuita en el sitio web www.Popolna.org en el que a través de un código QR se puede acceder a más de 100 anexos de la investigación, incluyendo documentos registrales, contratos y la legislación.


Empecemos por el título del libro, que es la conclusión de esta investigación. ¿Por qué una ruta mafiosa? ¿Quién es la mafia que controla la concesión canalera que, a pesar del fracaso del proyecto del canal, aún se mantiene viva?

Mónica López Baltodano: Esta “ruta mafiosa” lo que hace es poner al acceso público, de toda la ciudadanía, de investigadores y periodistas, toda la información que logramos conseguir a lo largo de estos diez años para documentar la existencia de 23 empresas fantasmas registradas en distintos paraísos fiscales en: Hong Kong, Beijing, Shanghai, Países Bajos, Islas Caimán y Nicaragua. Todas articuladas para construir una red corrupta de gestión de la concesión canalera, pero que al final de cuentas lo que hacen es disponer de los bienes más valiosos de Nicaragua en mano de esta red de "empresas de maletín" y el libro documenta en más de 100 anexos y más de 2500 páginas, toda la información disponible que esperamos sea de uso para esta enorme lucha anticorrupción y por los derechos humanos que tenemos en Nicaragua.

Umanzor López Baltodano durante la presentación de su libro en San José, Costa Rica. | Foto: Confidencial

El negocio de Ortega, Wang Jing, Xinwei y HKND

En el libro se describe cómo se otorgó la ley, la relación de Wang Jing con la empresa HKND, que también aparece mencionada como HKC y tiene otros nombres, pero al final de cuentas ¿quién controla la concesión?

Umanzor López Baltodano: Lo que nosotros hacemos, en efecto, es ir desmenuzando poco a poco el proceso concesionario. Sabemos que se presenta a Wang Jing, este empresario chino, como el concesionario final, pero detrás de la concesión lo que hay es un complejo entramado para tapar la alta corrupción que maneja el Gobierno de Ortega. Incluso, llegamos a documentar cómo hay altos funcionarios del Gobierno Ortega dentro del proceso concesionario. En particular, el ministro Iván Acosta, es parte de los directores de una de estas empresas fantasmas, con menos de un dólar de capital, inscritas en Islas Caimán.

Pero el que otorgó la concesión fue la Asamblea Nacional a través de la ley 840 y por el otro lado, Manuel Coronel Kautz, en representación de lo que según otra ley, es la gran autoridad del Canal de Nicaragua.

Mónica López Baltodano: Lo que logramos demostrar, con toda la información a la que tuvimos acceso en registros mercantiles en todos los países que mencioné, es que hubo una sincronía perversa entre la creación de todas estas "empresas de maletín" que son hasta el día de hoy, las dueñas de la concesión del Canal Interoceánico y las decisiones políticas que fue tomando el régimen. En el libro se puede ver una cronología completa en donde queda claro que todo este esquema está montado para una administración privada de bienes invaluables del pueblo de Nicaragua, entre ellos: la gestión del gran
Lago Cocibolca, de áreas protegidas, de comunidades enteras, de campesinos, indígenas, afrodescendientes para que sean privatizadas en favor de esta red de "empresas de maletín". Y por eso es que nosotros insistimos en la vigencia de esta publicación porque está claro que el régimen de los Ortega-Murillo es capaz de hacer cualquier cosa, no sólo para permanecer en el poder, sino para enriquecerse a costa del Estado nicaragüense.

Cuando se habla de corrupción, hay un elemento ilícito, lucrativo en este negociado de la soberanía nacional. Hay versiones de que hubo una coima millonaria para la aprobación de esta ley de 20 millones de dólares, que le habría sido entregado a los Ortega Murillo por facilitar esta operación. ¿Hay alguna evidencia en la investigación alguna huella de este tipo de acciones lucrativas?

Umanzor López Baltodano: El libro no entra en estos detalles, pero nosotros podemos rastrear elementos centrales de la negociación secreta de Wang Jing con Ortega, que datan de bastantes meses antes de la entrada en vigor de la Ley 840. De hecho, la Ley 840 lo que hace es refrendar lo que ya se había negociado de manera secreta antes. El libro aborda elementos de cómo se dio esa negociación e incluso, como bien decía Mónica, el concierto por el cual se daban decisiones públicas como el nombramiento de Coronel Kautz y al mismo tiempo la creación de la empresa concesionaria en Hong Kong. No todo al mismo tiempo, en 24 horas de diferencia.

Lo que sí sabemos, porque está en el Registro Público en Nicaragua, es que en 2018 un testaferro de Daniel Ortega, el abogado José María Enríquez, apareció como socio de la subsidiaria de  Xinwei en Nicaragua, Xinwei Intelcom.nic, con el 30% de las acciones. Pero ¿Qué pasó con Xinwei que es la antecesora de la presencia de Wang Ying y de HKND en Nicaragua?

Mónica López Baltodano: Efectivamente, uno encuentra y en el libro se señalan las conexiones, entre todos los intereses económicos vinculados a Xinwei y todos los de la concesión canalera. De hecho, estamos aprovechando la oportunidad para hacer un llamado público a los trabajadores del Estado, a los trabajadores del Registro Público Mercantil de Nicaragua, para que nos provean, de forma sigilosa y cuidando su identidad, información actualizada de estas sociedades mercantiles porque sabemos de la existencia por lo menos de tres empresas más registradas en Nicaragua: la Compañía Desarrolladora Latinoamericana S.A., que fue inscrita en enero de 2013, la Desarrolladora de Subproyecto 1 SA, que fue inscrita en noviembre de 2014 y otra que se llama Compañía Desarrolladora Chino-Latinoamericana Skyrizon, que fue registrada y tenemos conocimiento que Xu Changbao, es su apoderado desde el 2018, que aparece ya con capacidades de ejercer un montón de derechos en el país, no solo vinculados al canal húmedo. La concesión contemplaba un montón de sus proyectos, y en esta empresa que les menciono aparece ya con derechos para hotelería, restaurantes, turismo, exposiciones, venta de producto. Incluso, llegan a hablar de actividades de carácter minero. Sería interesante poder tener acceso a más información y eso sólo lo podemos hacer en Nicaragua, con la colaboración de servidores públicos que sabemos están comprometidos con la democracia de Nicaragua y a quienes les pedimos también divulguen esta información.

La telaraña de 23 “empresas de maletín”

¿Cómo se registra la empresa HKND en Nicaragua? ¿Tiene socios o representantes legales? ¿Alguien aporta algún capital para la creación de esta empresa?

Umanzor López Baltodano: Nuestra investigación empezó por la gente local de la concesión canalera que era la Empresa Desarrolladora de Grandes Infraestructuras (EDGI), que se constituyó con el apoyo de Taboada y Asociados y por un par de socios de Taboada y Asociados. Es esta empresa la que en 2013, funge como la subsidiaria local para que HKNB funcione en Nicaragua. Pero hay otras dos empresas, y creemos que puede haber muchas más, que son realmente las que hacen funcionar HKND dentro del país. De hecho, es una de las empresas de Xu Changbao incluso usa el logo de HKND para sus negocios que incluyen desde restaurantes en el Puerto Salvador Allende hasta la exportación de carne hacia China. De hecho, Xu Changbao mencionó a medios rusos, que a través de una empresa de él podría exportarse a China el 100% de la carne nicaragüense, precisamente en el contexto de las tensiones comerciales con
Estados Unidos.

En el libro se describe la existencia de 23 "empresas de maletín" que están registradas en Gran Caimán, Islas Vírgenes, Hong Kong, Beijing, los Países Bajos y Nicaragua. Mónica, en el libro relatan que vos fuiste físicamente a visitar una de estas empresas en los Países Bajos. ¿Qué encontraste?

Mónica López Baltodano: Yo tuve la oportunidad de ir a una de las sedes que aparecía registrada de las empresas en Holanda. Fue un incidente totalmente absurdo porque desde la recepción me indicaron que habían órdenes no solo de que no me podían recibir, sino que me retirara inmediatamente de las instalaciones. Eran las oficinas de una empresa llamada TMS Group, que fungía como un gestor público de este entramado de empresas de la concesión canalera. En ese momento me corrieron de las oficinas, no me quisieron dar información y no respondieron ninguna de las solicitudes de acceso a información por ser pública, por implicar los intereses públicos del país. Pero varios años después, esa misma empresa se desvinculó del proyecto del canal, como lo hizo también ERM, es decir, empresas grandes que estaban vinculadas a la concesión en el transcurso de la misma y me imagino que por los daños que podía generar en su imagen pública el nivel de corrupción asociado a la concesión del canal, decidieron retirarse.

El canal fracasó, pero la concesión sigue vigente

En el libro se menciona que la empresa HKND se disolvió, dejó de existir en 2019, en la cual participaba, entre otros, el ministro de Hacienda, Iván Acosta, ¿si desapareció HKND quién es ahora el depositario o el dueño de la concesión canalera?

Umanzor López Baltodano: HKND está registrada en Islas Caimán, es la empresa central de la concesión y una actualización de la investigación que realizamos en 2021, a inicios de 2022, demostró que no solo HKND, sino todas las otras empresas registradas en Islas Caimán están tachadas del registro y han dejado de existir, al menos desde el 31 de octubre de 2019. Lamentablemente, no hemos podido registrar donde se conecta posteriormente la red societaria. Sí descubrimos que hay otras empresas muy vinculadas con unos nombres muy parecidos y que muy probablemente sean la continuidad de la concesión a través de estas nuevas empresas. Sin embargo, la invitación queda a profundizar en esta investigación, tanto con registros públicos de Nicaragua, pero también con otras fuentes internacionales que nos puedan arrojar luz realmente sobre cómo ha quedado la red societaria luego de que Wang Ying, como es bien sabido, ha caído en desgracia, ha perdido gran parte de su caudal millonario y también ha sido sujeto de sanciones, fue expulsado de la bolsa de Shanghai, como también documentamos en el libro.

Este proyecto fracasó, no solamente porque no logró reunir posiblemente ni la décima parte de los cincuenta mil millones de dólares que decían que costaría el proyecto canalero, sino y fundamentalmente porque hubo una protesta social en el país que puso en cuestión su propia viabilidad, es decir, la creación y el levantamiento del movimiento campesino durante estos diez años de lucha contra este proyecto. Ustedes dedican este libro a Migdonio y Francisca Ramírez, ¿qué impacto tiene este movimiento en el fracaso de esta ruta mafiosa?

Mónica López Baltodano: Estoy convencida que la existencia del movimiento campesino anticanal, la masividad de sus protestas, más de cien marchas, fueron determinantes para que esta concesión no avanzara en los términos en los que el régimen se había propuesto. La resistencia contundente de la comunidad ambientalista nicaragüense, de los académicos, de los medios independientes, de los defensores de derechos humanos, de las comunidades indígenas y afrodescendientes que también ejercieron sus
derechos. Todos esos empeños a lo largo de diez años han contribuido a que el régimen no haya podido avanzar en el terreno con la construcción del canal húmedo. Sin embargo, nuestra responsabilidad como abogados es insistirle a la ciudadanía que la concesión canalera sigue vigente diez años después, aunque no se ha construido el canal húmedo. Este libro demuestra que el entramado de corrupción está montado para lucrarse a costa de los intereses del país y por eso nuestra misión con la publicación es precisamente volver a levantar el tema de búsqueda de justicia en Nicaragua. La misión de documentar las acciones de corrupción del régimen es clave. La invitación es a que quienes tengan acceso a información, a quienes puedan documentar, que sigan sistematizando actos de corrupción porque cuando logremos una transición democrática en Nicaragua, así como la dictadura tendrá que pagar por los asesinatos, las detenciones arbitrarias y las torturas, también tendrá que pagar por los actos de corrupción que ha cometido a lo largo de todos estos años.

La misma Ley 840, por muy leonina que sea, permite al Estado de Nicaragua cancelar esta concesión porque el proyecto no se llevó a cabo, no se recaudaron los fondos, de manera que esto es un asunto de voluntad política. El Gobierno no cancela la concesión porque la quiere tener viva. Estos subproyectos que están cobijados bajo la ley del canal, ¿Wang Ying puede mañana traspasarlo o venderlo a otra empresa, a otro Gobierno?

Umanzor López Baltodano: El mismo acuerdo marco en la Ley 840 establece que pasado un plazo, que si no recuerdo mal, finalizó en 2019, el Gobierno de Nicaragua, si no se han iniciado las obras, podría haber finalizado con la concesión y con la ley completamente. Sin embargo, el interés es que la concesión se mantenga, porque, en efecto, la concesión canalera lo que hace es encubrir un complejo entramado que facilita la gran corrupción. El negocio está en llamar la atención sobre un canal húmedo, pero realmente seguir ejecutando sus proyectos en distintas áreas, ya sea en la creación de hoteles, crear rutas de mercado alternativas y desde luego, y aquí entramos quizás a la especulación vinculada a la geopolítica, también permitirles a estos socios vinculados al bloque autoritario del cual Ortega se suscribe completamente, ofrecerle áreas de influencia que pueden ser determinantes para esta zona geopolítica. Estamos hablado, obviamente, de potencias como China, pero también de Rusia con quienes se ha realmente acercado la relación de manera notoria. En síntesis, Nicaragua es parte de un bloque autoritario liderado por Ortega en donde realmente esta concesión puede ser muy útil para distintos intereses geopolíticos en este contexto.

La conexión con la República Popular China

Wang Jing se presentó desde el principio supuestamente como un empresario global basado en Hong Kong, pero todo el mundo sabe que estaba basado en Beijing y que en su momento además tuvo conexiones con el Partido Comunista Chino y a través de la empresa Xinwei con el Ejército chino como proveedor de servicios. Pero la República Popular China, nunca ha admitido tener algún vínculo con este proyecto. Sin embargo, a raíz del establecimiento de relaciones diplomáticas con China, Daniel Ortega, el ministro de Hacienda y otros altos funcionarios del Gobierno han hablando de que el proyecto se mantiene vivo y que hay intereses de parte de China en resucitar el proyecto canalero, pero la República Popular China no dice nada sobre esto.

Mónica López Baltodano: Esto hay que analizarlo a la luz del ascenso de las relaciones diplomáticas de la región de Centroamérica con la República Popular China. Al día de hoy, tanto Costa Rica como Panamá, República Dominicana, El Salvador, Nicaragua, en 2021, y ahora Honduras, en 2023, han suspendido sus relaciones con Taiwán para privilegiar las relaciones con China. Ese es el primer hecho: China tiene intereses en la región. Luego, una vez suscrito el restablecimiento de las relaciones diplomáticas
en diciembre de 2021, Nicaragua, en manos del régimen Ortega Murillo, suscribió la iniciativa de la Franja y la Ruta (la “nueva ruta de la seda”). El 10 de enero del 2022 ambos Gobiernos firmaron un acuerdo marco de cooperación en donde la Franja y la Ruta es un pilar de esa estructura. Y en ese sentido hay que decir que una concesión de estas dimensiones y de esta envergadura en manos privadas, como lo demostramos en el libro, puede ser de un enorme interés geopolítico. Y aunque el Partido
Comunista Chino, a lo largo de estos diez años ha insistido que no tienen correlación alguna con el megaproyecto del canal, lo cierto es que desde los inicios, empresas estatales chinas sí estuvieron vinculadas a la concesión. Para mencionar algunas: China Railroad Construction Corporation, estuvo vinculada a los estudios de factibilidad; Xuzhou Construction Machinery Group (maquinaria pesada); China Railway Siyan Survey and Design Group (diseño del subproyecto de canal seco); Civil Aviation Engineering Consultancy Company of China (diseño del subproyecto de aeropuerto); Second Harbour Consultants (diseño del subproyecto de puerto); entre otras y así se pueden mencionar más que aparecen en el libro. Es decir, que mientras pretendían que China como Estado no estaba vinculada porque en ese momento Nicaragua tenía relaciones diplomáticas con Taiwán, en la concesión y en su proceso de implementación y de estudios de factibilidad, sí hubo empresas estatales chinas vinculadas. La gran pregunta es, ahora que Nicaragua y China tienen relaciones diplomáticas y que han suscrito la adhesión a la Franja y la Ruta, como una iniciativa geopolítica estratégica de China, ¿cómo se va a conectar esos intereses con este enorme cheque en blanco que está en mano de esta red de "empresas de
maletín"?

En el prólogo de este libro, el doctor Alberto Cortés, de la Universidad de Costa Rica, advierte que aunque se vive otro momento geopolítico por el antagonismo entre China y Estados Unidos, China “un segundo canal en esta parte del planeta difícilmente tendría viabilidad si no pasa por un acuerdo entre Estados Unidos y China, en el que posiblemente Nicaragua tendría un rol claramente subordinado". Pero, prácticamente, estamos ya en otra liga.

Umanzor López Baltodano: Es cierto que el interés de China por Nicaragua y por el espacio que con la concesión canalera le da, puede no ser inmediato. Pero tenemos que recordar que el Partido Comunista Chino trabaja también a mediano y largo plazo. Y realmente, la rivalidad con Estados Unidos, que va a marcar el devenir geopolítico en todo lo que queda del siglo XXI, se va a ir incrementando. Y definitivamente para China, pero también para otras potencias mucho más agresivas, como el caso de Rusia, tener en Nicaragua la posibilidad de utilizar un entramado corrupto como el que la concesión permite, es realmente de mucha utilidad para azuzar esa rivalidad que es cada vez más potente, y sobre todo desde febrero 2022, cuando con la invasión de Rusia a Ucrania. Estamos en un mapa geopolítico diferente de los últimos diez años para acá, y creemos, en este caso, que es sumamente importante entender que la concesión canalera pone en riesgo también la estabilidad de la zona, la estabilidad de Centroamérica.

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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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