22 de marzo 2023
Hace tres semanas, Dante Mossi, presidente ejecutivo del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), amenazó con renunciar a su cargo, después que el Directorio le impusiera limitaciones al tipo de publicaciones que puede hacer, y ordenara auditar al área de Comunicaciones del Banco, confirmaron a CONFIDENCIAL cuatro profesionales familiarizados con el funcionamiento interno de la entidad.
Ottón Solís, exrepresentante de Costa Rica ante el BCIE, narró que “el Directorio le pidió una auditoría de los gastos, y fue cuando él amenazó con renunciar, si los directores seguían en esa ruta”. Aunque ya ha pasado más de una semana desde que hiciera esa advertencia, Solís cree que Mossi no la ha cumplido, porque “su amenaza de renuncia es más que todo una pose”.
A principios de marzo, los directores aprobaron de manera unánime (con la excepción del representante de Argentina, que no estuvo en la reunión), una política de comunicación que a Mossi le resultó incómoda, porque fue aprobada por unanimidad, y sin darle tiempo a analizarla de previo, por lo que anunció que iba a reflexionar si quería seguir al frente de la institución. Mossi alegó que debido a los controles la institución se volvería “más opaca”, dijo a CONFIDENCIAL desde el anonimato, un economista que conoció del conflicto surgido luego de tomarse tal decisión.
El efecto práctico de aplicar esa nueva política de comunicación, es que “el director de cada país pasaría a tener control sobre lo que Mossi podría decir sobre ese país. Mossi les dijo que esperaría por su retroalimentación antes de la reunión que el Directorio tiene previsto para finales de mes en Madrid, y que de lo contrario, pediría su resignación al 30 de abril”, añadió el economista.
“Está confirmado”, aseveraron otros dos profesionales centroamericanos del área de la economía, que igual conocieron el contenido de las decisiones del Directorio, y la reacción de Mossi al conocerlas.
“En esa reunión, los directores manifestaron su descontento con Mossi, en especial por sus actuaciones más públicas”, añadió el economista, recordando que eso fue antes de efectuarse el debate público en el Diálogo Interamericano en Washington, decisión que fue cuestionada a priori, por considerar que afectaría la reputación del Banco, igual que “cuando él responde a alguien de mala manera por Twitter, cosa que ha hecho muchas veces”.
Costos reputacionales
Otra decisión en el campo de las relaciones públicas por la que se señala al presidente ejecutivo del Banco, es cuando hizo el anuncio de capitalización en México, prácticamente dándolo por hecho, pero cuando los directores le dijeron que no, tuvo que salir en público diciendo que le habían pedido tiempo, recordó.
“La reacción normal del Sr. Mossi es que primero se enoja, y trata de ‘huir hacia adelante’. Los directores sienten que él afectó la reputación del Banco, al prometer algo que no se cumplió, pero además, porque eso mostró que hay una falta de comunicación y coordinación entre las líneas de decisión interna del Banco. Muestra que hay diferencias internas entre esas líneas de decisión y el Directorio del Banco”, complementó.
Solís, que también conoce a Mossi, asevera que “no es la primera vez que él reacciona así”, recordando una ocasión en la que él estaba cuestionando “una decisión totalmente anómala, probablemente corrupta, de comprar a Corea unos kits para detectar el SARS - CoV - 2, y lo que hizo fue pararse e irse”, para no discutir con el costarricense.
“Dante habla de transparencia, pero todo lo esconde. Él pide transparencia, pero no quiere que sea público” el manejo del área de comunicaciones y relaciones públicas. En esos casos, “él está acostumbrado a irse”, recalcó.
Los acuerdos que el Directorio tomó por unanimidad, le imponen a Mossi un comité al que tiene que recurrir cada vez que quiera comunicar algo, y que antes de hablar de un país en específico, tiene que hablar con el director de ese país, “lo que limita la forma ‘anárquicamente libre’ en que se ha movido hasta ahora”, dijo el economista.
Añadió que en un segundo acuerdo, los directores “votaron por efectuar una auditoría a toda el área de comunicaciones, que maneja fondos muy importantes que han venido creciendo con el paso del tiempo, casi sin rendición de cuentas”.
La reacción del funcionario de origen hondureño, fue “salirse de la reunión, muy molesto. Después de eso fue que envió su amenaza de renuncia a un grupo de 250 personas”, pero después de transcurridos unos días, ahora está dialogando con los gobernadores, para tratar de revertir las decisiones sobre el área de comunicaciones, pero hay otros que están haciendo lobby para que se mantenga la decisión tomada”, aseveró.
La reelección en mayo
Esta fuente dijo que una semana después de la decisión unánime de los directores, tres de ellos cambiaron de opinión, lo que interpreta como un intento de esos tres países, de respaldar al banquero hondureño. “Mossi hizo algún movimiento para aflojar la tensión generada, buscando cómo retractarse del plazo tan perentorio en que solicitaba revertir la decisión unánime, buscando retirar el amago de renuncia”, añadió.
El costarricense Solís supone que Mossi debe haber contactado a los Gobiernos de Centroamérica, para que los presidentes -o los gobernadores- se encarguen de disuadir a los directores. “No me sorprendería que tres directores hayan cambiado de posición con respecto a las auditorías, porque él tiene muchos mecanismos para hacer que los Gobiernos presionen a los directores: los préstamos, las ayudas, los viajes, los viáticos… todas esas ‘herramientas’ que usa Dante para coaccionar” a los demás, enlistó.
El economista agrega que “nunca un Directorio ha hecho más viajes, cursos, consultorías, etc., con lo que se ha ganado su voluntad, pero ya hay una fuerte corriente a lo interno del Directorio a favor de que Mossi no se presente a una reelección, aunque algunos países han migrado de una posición crítica, a ofrecerle un fuerte apoyo”.
“Él puede usar las ganancias de 140 millones de dólares por año para repartir prebendas, viajes, salarios, incrementos salariales, viáticos, etc. Él está acostumbrado a que todo el mundo le diga que sí, y el que le dice que no… hace todo para despedirlo. Con algunos no ha podido, pero a la mayoría sí los ha despedido”, detalló Solís.
El economista confirmó que, a la espera de que dé inicio la cita en Madrid, “se está elaborando un informe -bastante duro- respecto de lo que sucedió”, para presentárselo al Directorio, porque la ‘amenaza de renuncia’ se constituye en un tema de gobernanza a todo nivel, al amenazar a los directores y a los gobernadores.
“Esto debilita a Mossi con miras a su reelección, porque a ninguno de los directores le simpatizó su actitud, lo que podría aflojar el control absoluto que tenía sobre ellos hace unos meses. Algunos países están muy claros que esta ‘malacrianza’ es un ataque a la gobernanza del Banco”, sentenció.