7 de marzo 2023
Existen motivos para imaginar la posibilidad de que, entre los 316 compatriotas expatriados y confiscados, pudiera haber quienes sientan satisfacción por no compartir (solo de modo oficial) su nacionalidad con los dictadores, porque son estos quienes –moralmente— han perdido todo sentido de nacionalidad desde el momento en el cual solo los mueve el interés de utilizar el poder –mal habido, además— en beneficio de sus intereses particulares.
Quizás ninguno lo piense así, por lo menos mientras no les pase la mala impresión del despropósito dictatorial de pretender desnacionalizarlos, ni puedan superar las dificultades derivadas de las múltiples formas de represión de que han sido objetos y la repercusión en el bienestar de sus familias.
Aunque, lo sabemos todos, quitarles la nacionalidad es solo una absurda pretensión, porque el Arto. 20 de la Constitución de la República –con la contundencia de las primeras ocho palabras— afirma que… “Ningún nacional puede ser privado de su nacionalidad”. En realidad, con nada se puede borrar las raíces nacionales.
Tener presente este mandato constitucional les ayudará de algún modo a estabilizarse emocionalmente, aunque, para el sentimiento herido de tal modo, y por lo que han dejado atrás, no existe más remedio que el regreso. No es posible ponerse en su pellejo, menos conocer los sentimientos de quienes están siendo víctimas de una crueldad nunca antes utilizada, pese a lo fructíferos que en materia de crueldad han sido y son las dictaduras.
Ellos ya han expresado su agradecimiento por la solidaridad recibida de Gobiernos de las más diversas posiciones políticas, y sobre todo a los Gobiernos que tuvieron el gesto humanitario de ofrecerles la nacionalidad de sus países de forma espontánea, inmediata e incondicional. Saberlos protegidos a nuestros compatriotas con esta noble actitud diplomática, y merece infinito agradecimiento también de parte de los nicaragüenses democráticos.
II
El agradecimiento por la solidaridad internacional no sería pleno ni sincero, si no se acompañara con la continuidad del compromiso contraído con la liberación de Nicaragua, de lo cual, no cabe dudas, la mayoría de los desterrados no lo olvidarán.
Lo demostraron con la digna resistencia que tuvieron en la cárcel, al punto de merecer el odio de la dictadura y penarlos con tan crueles medidas, sin precedente en cualquier época y lugar de América Latina durante más de doscientos años de independencia. De ello no hay registro que diga lo contrario, aun cuando el continente ha estado bajo tantas dictaduras, algunas impuestas por gobiernos estadounidenses.
La continuidad del compromiso con la nación, no estará libre de contradicciones por la multiplicidad política ideológica y la diversidad social de quienes participan en esta lucha. Pero serán la unidad y el patriotismo las armas de las cuales deberán echar manos para no ceder ante el sectarismo, tan presente en toda empresa política.
No es el sectarismo el único enemigo al que todo movimiento político tiene que enfrentarse y –suponemos— que actuando fuera del escenario nacional los ismos causan mayores por efecto por la distancia. Este hecho objetivo, a los exiliados les multiplicará la necesidad de mantenerse alertas, con unidad y patriotismo.
También hay que sumar a estos valores la claridad política para detectar malas intenciones, falsos argumentos, actitudes políticas negativas, personalismos y orientaciones equívocas. De todo eso hay cuando fuerzas políticas opuestas tratan de apartar la lucha de los objetivos democráticos que a todos interesan, más a quienes estuvieron en la cárcel injustamente y luego obligados a estar fuera de la patria.
III
¿Cuál, entre otros ismos, sería el más perjudicial sino el sectarismo que ya impidió la unidad en la acción hace cinco años?
El sectarismo –lo sabemos todos— nos vuelve intolerantes ante las ideas y las opiniones de los otros; a toda organización convierte en una secta de fanáticos; empequeñece el espíritu de lucha; destruye un arma fundamental… que es la unidad.
El nacionalismo, lo pondríamos mencionar también, pero es un prejuicio de menor peligrosidad, porque el patriotismo es el antídoto del cual dispone la mayoría de los nicaragüenses; y más ahora, cuando hay una razón más para amar a la patria y quererla libre. Por esto han desterrado a tantos compatriotas, y por ello reciben el aprecio y solidaridad internacional.
El nacionalismo, próximo al chovismo, no tiene lugar en la conciencia de los nicaragüenses ni esta su situación es oportuna para confundirse. El prejuicio más cercano a nuestra política ha sido el sectarismo, y seguiría causando daño a la unidad en la acción, si apareciera de nuevo con sus dardos divisionistas.
En la reorganización de la lucha –como realmente ya lo están haciendo— el peligro estaría en reavivar los partidismos, porque todo partido –sin proponérselo— es fuente de sectarismo, y esto ya lo conocemos y se puede evitar, es necesario y posible evitarlo, lo cual no significa que no deben existir.
Nuestra realidad política está en una etapa distinta, y exige nuevo enfoque, nuevas actitudes. Se debe recordar que amplios sectores populares están decepcionados de la actuación de los partidos políticos que, durante y después de Abril-18, fueron incapaces de unirse para aprovechar el movimiento espontáneo de las masas. Desperdiciaron la más importante acción popular frente a la dictadura.
¿Y cuál fue el motivo, si no el sectarismo político ideológico de algunos líderes quienes –unos más que otros— auto erigieron a su respectivo grupo en una “vanguardia” que no la habían ganado y tampoco nadie se la podía reconocer por su linda bandera?
Con esa experiencia y sus lamentables consecuencias –las cuales sufren los 316 victimizados, los miles de exiliados más (todo el país) es más que suficiente para no intentar repetir ese error… con cara de sectarismo, pero que también podría aparecer con otro rostro infame.
IV
De todo lo anterior, se desprende que la alternativa más idónea para continuar la lucha en los nuevos escenarios, es posible que sea la estructuración de un Movimiento Patriótico inseparable de los sectores populares, evitando:
- a) El burocratismo partidario;
- b) Anteponer el programa político de cada quien a la agenda común de la lucha por liberarse de la dictadura;
- c) Fijarse metas políticas y sociales extemporáneas, sino centrarse en la meta principal de abrir camino hacia la democracia iniciado en Abril-18;
Para después, habrá objetivos inmediatos, como:
- a) Darles vigencia a todos los derechos estatuidos en la Constitución Política;
- b) Limpiar la Constitución de las espurias reformas que ha hecho la dictadura;
- c) Una agenda común para construir un Estado democrático con justicia social;
- d) Abrir un proceso de paz, respetando mutuamente las diferencias político ideológicas.
- e) Alianza con los partidos sobre la base de la agenda común.
Al margen de estas cuartillas
*De uno en uno, de diez en diez, de cien en cien… los amos iban contando y metiendo a más de 300 patriotas en la cárcel, de ambos sexos, distintas edades y una condición: ser opositores…
*Sin llegar, y no por falta de ganas, a contar presos… de mil en mil (como recuerda PAC) a los campesinos que iban por los caminos con un fusil a la guerra civil de sus patronos…
*Los actuales patronos hicieron que todo el mundo se enterara al mismo ritmo que iban metiendo en la cárcel; pero el 9 de febrero del 2023… sacaron a 222 virtualmente volando…
*Automáticamente, en el mundo comenzaron a multiplicar las condenas… de 222 por 222 y llegaron a 444 millones…
*Llegado el 15 de febrero, a los 222 desterrados sumaron 94 expatriados más; ya son 316 nicaragüenses los que, en las voces de condenas de esos 444 millones, se siguen multiplicando…
*Los nombres de 316 nicaragüenses (más quienes siguen presos) están rotando y trasladándose con el planeta en la mente y la voz de una parte de los ocho mil millones de habitantes…
*Invirtieron mal en su comercio en odios; pensaron que todo pasaría en silencio, pero se universalizaron las condenas y aumentan las pérdidas políticas…
*Si antes de iniciar el odioso negocio ya tenían acumuladas pérdidas millonarias, ahora se multiplican y se extienden…
*¿Comenzarán a pensar en que la multiplicación de las pérdidas son señales de una segura bancarrota?...
*¿Les gustará tanto este negocio con el odio, que olvidan sacar las cuentas, con el simple y natural ábaco de la humana razón?...
*¿O seguirán sumando y sumando crueldades, a ojos cerrados hasta chocar con la bancarrota?
¡Contestación de grupo!
Tres comadres
Ana Coreta: Mañana 8 de marzo es Día Internacional de la Mujer, en memoria de 123 mujeres (y 23 hombres) muertos en un incendio de una fábrica de camisas, en Nueva York (25/03/1911)…
Ana Conda: Murieron porque trabajaban encerrados… y no les abrieron salidas; por ello, pienso que esa fábrica es imagen del altar en donde se sacrifican seres humanos en honor del dios del capitalismo…
Ana Lisis: Ocurrió en EE.UU. pero hasta 1994 que este país adoptó el Día Internacional de la Mujer, instituido por la ONU en 1975: diferencias de 83 y 64 años, respectivamente…
Ana Coreta: Y muchos años de retraso; en Rusia, después de la revolución (1917) se declaró el 8 de marzo Día Internacional de la Mujer, junto a tres derechos: el voto, el divorcio y el aborto…
Ana Conda: En Nicaragua, crece la deuda con las mártires del sindicalismo: Lidia Maradiaga, asesinada por la GN (1966); y Silvia Ferrufino, fallecida a consecuencia de una huelga de hambre (1979)
Ana Lisis: Y la otra deuda sigue creciendo: las féminas son victimizadas, porque –con su violencia primitiva— el hombre disfraza su complejo de inferioridad ante la mujer.