19 de febrero 2023
“La historia les debería enseñar que con su odio, su crueldad y su violencia son ellos mismos quienes se destruyen. Nunca ningún opresor termina bien ni ningún dictador triunfa indefinidamente”, recordó este domingo, el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Baéz, quien se encuentra en el exilio en Estados Unidos.
Monseñor Báez, quien esta semana fue despojado por el régimen de Daniel Ortega de su nacionalidad junto a otros 93 nicaragüenses, reflexionó en su homilía sobre el evangelio que pide “no responder con violencia y odio” hacia quienes nos hacen daño.
“La llamada de Jesús a renunciar a la violencia va dirigida sobre todo a los poderosos, a quienes poseen el dinero y las armas, que son quienes pueden oprimir violentamente a los más débiles e indefensos”, dijo el obispo, quien añadió “esta llamada al amor la deben escuchar los tiranos de turno que se dejan arrastrar por sus ambiciones irracionales, actúan con odio, buscan la venganza y hasta manipulan el derecho y las leyes para hacer el mal y someter a los pueblos”.
A estos, el religioso les subrayó que la historia les debe enseñar que con odio, crueldad y violencia son ellos quienes se destruyen. “Nunca ningún opresor termina bien”.
Asimismo, el obispo comentó que este llamado también va dirigido a quienes sufren para no alimentar la violencia, olvidar el “ojo por ojo y diente por diente”.
Amar no es tolerar las injusticias
Monseñor Báez explicó que el evangelio no pide tolerar la injusticia ni eximir al culpable de que rinda cuentas, tampoco “la sumisión de los miedosos ni la indiferencia de los acomodados”, sino que es una propuesta de amor revolucionario.
“Lo que Jesús nos propone es un estilo nuevo de reaccionar ante la ofensa, una forma novedosa de resistencia activa ante el mal y la injusticia. Jesús nos invita a no reaccionar contra el agresor de la misma manera violenta con la que él ha actuado contra nosotros. No se trata de una llamada a la resignación, ni a la pasividad ante el mal recibido”, detalló.
“Amar al enemigo no es sentir cariño o simpatía”, opinió el obispo. “El enemigo sigue siendo alguien de quien podemos esperar daño y es muy difícil cambiar los sentimientos del corazón”.
“Es natural no sentir simpatía hacia alguien que nos ha dañado. Lo que Jesús nos pide es no alimentar el odio y la sed de venganza cuando nos sentimos heridos, maltratados o humillados”, reflexionó.
Cultivar el corazón de actitudes reconciliadoras
Seguido agrega que “amar al delincuente, al tirano y al opresor, no significa aprobar sus delitos e ignorar su maldad, ni tampoco olvidar el inmenso sufrimiento que ha provocado (...) Eso sería, más bien, desamor y cobardía. Amar al enemigo es renunciar a la venganza y al odio”, dijo.
Jesús no invita a un amor que no se detiene ante el mal, asegura, “nos invita a un amor gratuito que no espera recompensa y que se atreve siempre a hacer el bien, aun cuando sabe que el enemigo no lo merece”.
El evangelio también pide que cultivemos en el corazón corazón actitudes reconciliadoras, “suprimamos en nuestro interior todo deseo de venganza y arranquemos todo instinto violento (...) Dejemos de lado las palabras hirientes que envenenan la convivencia, no nos hagamos daño unos a otros y superemos los fanatismos que nos dividen. No demos fuerza al mal”.
Solo amando de esta manera “podremos crear relaciones auténticamente humanas y construir una sociedad nueva”, aseguró el obispo. “Solo con un amor semejante al suyo haremos posible la única revolución auténtica y eterna, la revolución de la misericordia”.
Obispos de Cuba y México se pronuncian
Los obispos católicos de Cuba expresaron este domingo su solidaridad con la Iglesia de Nicaragua, sus fieles y los excarcelados que fueron deportados de ese país a los Estados Unidos. En su “Mensaje al pueblo de Dios”, los religiosos manifiestan que se sienten “profundamente unidos a los obispos y a todos los fieles de la Iglesia de Dios en Nicaragua”, y acogen la invitación del papa Francisco de hace una semana en el rezo del Ángelus.
Los prelados de la isla exteriorizaron que se suman a su clamor para “que abra el corazón de los líderes políticos y de todos los ciudadanos a la búsqueda sincera de la paz, que nace de la verdad, la justicia, la libertad y el amor, y se logra mediante el ejercicio paciente del diálogo”.
En México, la Iglesia católica pidió a fieles y sociedad tener empatía con realidades difíciles como la de Nicaragua donde han sido despojados de su nacionalidad 317 ciudadanos, entre ellos, el obispo Rolando José Álvarez Lagos, condenado a más de 26 años de prisión tras negarse a ser desterrado por el Gobierno de Daniel Ortega a Estados Unidos.
“Aprovechemos para dedicar tiempo a reflexionar sobre lo que ocurre más allá de lo que ven nuestros ojos, a ser empáticos con aquellas realidades fuera de nuestro entorno”, apuntó el editorial de la Arquidiócesis de México en su semanario Desde la Fe.
El pasado jueves, decenas de católicos se manifestaron frente a la embajada de Nicaragua en México para exigir la liberación del obispo Álvarez Lagos. La protesta ocurrió frente a la citada sede diplomática, ubicada en Lomas de Chapultepec, al poniente de la Ciudad México.
Los manifestantes, quienes se congregaron pacíficamente, y realizaron una vigilia de oración para pedir por el respeto a la libertad religiosa en Nicaragua y por la libertad de Álvarez Lagos, denunciaron la violación de derechos humanos y a la libertad religiosa.
*Con información de EFE*