12 de febrero 2023
El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, señaló este domingo 12 de febrero que "son acciones homicidas" y "son criminales", quienes atentan contra la libertad de las personas inocentes, denigran su dignidad con falsedades, se ensañan para humillarlas, las tratan con crueldad y las condenan injustamente. Tal como sucedió esta semana en Nicaragua, donde el régimen gobernante desterró a 222 presos políticos excarcelados y condenó a 26 años de cárcel al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.
"Son criminales quienes llevan a la cárcel a personas justas y quienes destierran a los ciudadanos de su propio país", expresó el obispo carmelita, exiliado desde 2019 por amenazas de muerte de fanáticos del partido de gobierno en Nicaragua. "Estos actos abominables no son solo caprichos de gente desquiciada, irregularidades jurídicas o incumplimiento de normas internacionales. No. Ofender con rabia, difamar por venganza, encarcelar injustamente, torturar con saña y condenar al destierro son auténticos crímenes y quienes actúan de este modo son criminales, que deberán comparecer ante la justicia tarde o temprano", continuó.
El pronunciamiento del obispo ocurre horas después que el papa Francisco lamentó la condena impuesta al obispo de la Diócesis de Matagalpa y el destierro impuesto a los 222 presos políticos de Nicaragua que fueron enviados hacia los Estados Unidos. Por lo cual Báez animó a los nicaragüenses a no dejarse arrastrar por "el instinto agresivo y la venganza". Al contrario, "denunciemos con valentía los crímenes de los tiranos, no callemos, que hay silencios que matan. Convirtámonos en factores de unidad, promovamos el diálogo y perseveremos en la lucha por la justicia", enfatizó.
"Han cruzado la línea de lo racional"
A juicio del obispo Báez, los nicaragüenses están viviendo un momento histórico en el que "los tiranos violentos y criminales ya han cruzado la línea de lo racional y de lo humano". Pero advierte que lo sucedido esta semana muestra "su debilidad y su miedo", pues "toda victoria obtenida violentamente equivale a una derrota", dijo el obispo parafraseando al independentista hindú, Mahatma Gandhi.
"Dañando a las personas, se dañan a sí mismos; condenado a inocentes, se condenan a sí mismos; robando libertades a los pueblos, se vuelven los esclavos más desgraciados", subrayó.
Báez también enfatizó que a las personas se les mata con palabras ofensivas que hieren, humillan y envenenan la convivencia. "Podemos no matar con un arma, pero no cumplimos la ley de Dios si luego dañamos a los demás, despreciándolos, ofendiéndolos, hiriendo con palabras, difamando, no respetando su dignidad o atentando contra su libertad", dijo.
En esa misma línea, el obispo recordó las palabras del papa Francisco durante el rezo del Ángelus el 16 de febrero de 2014: "Cuando se dice de una persona que tiene la lengua de serpiente, ¿qué se quiere decir? Que sus palabras matan. Por lo tanto, no sólo no hay que atentar contra la vida del prójimo, sino que tampoco hay que derramar sobre él el veneno de la ira y golpearlo con la calumnia". De tal manera que "quienes tienen lengua de serpiente, son unos asesinos", enfatizó.
Por otro lado, "hay silencios que matan", advirtió Báez. "El silencio de la complicidad es una forma de matar. En la sociedad, no denunciar la injusticia y mantenernos en silencio es una forma de matar la esperanza de los pueblos", concluyó.
Cardenal Brenes pide reconciliación
Mientras tanto, el cardenal Leopoldo Brenes, pidió este domingo perdón y reconciliación ante las leyes que se desvirtúan, un llamado que ocurre dos días después de que el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo reformó la Constitución para despojar de la nacionalidad a los opositores sentenciados por delitos considerados “traición a la patria".
“Si las leyes se han ido desvirtuando, si hoy tenemos situaciones totalmente distintas al pensamiento de Dios, el Señor nos llama a eso, y qué hermoso ¿verdad?: El perdón, reconcíliate con tu hermano”, dijo el purpurado, durante la misa dominical celebrada en la Catedral de Managua.
Brenes apeló al evangelio del día (Mateo: 5: 17-37), para cuestionar sobre el trasfondo de las leyes en una sociedad desde el punto de vista cristiano.
“Una frase tan bonita que nos decía el Señor al comienzo es: Yo no he venido a anular la ley, sino a darle el cumplimiento, pero, ¿dónde está el cumplimiento de la ley que el Señor nos propone, sino de una actitud de un cambio total?”, señaló el religioso.
Según el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas de Nicaragua, cuyos datos son avalados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), tras la excarcelación de 222 presos políticos, todavía quedan 35, incluyendo el obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí.
El cardenal Brenes, sin embargo, mantuvo su silencio sobre el caso de Álvarez que, tras negarse a ser expulsado de su país el jueves, fue condenado a 26 años de prisión, despojado de su ciudadanía y trasladado de su arresto domiciliario a la cárcel La Modelo, el mayor centro penitenciario de Nicaragua.
Cardenal de Honduras lamenta condena
Quien sí se refirió a la condena impuesta a monseñor Álvarez fue el cardenal hondureño, Óscar Andrés Rodríguez, quien lamentó los hechos y pidió a los hondureños orar por la "Iglesia hermana perseguida" para que Dios les dé fortaleza.
"Ahora en el país vecino se priva de la nacionalidad a todo el que piensa distinto de unos dictadores que quieren oprimir la libertad, la verdad y la justicia", dijo Rodríguez en una homilía dominical.
"Que triste esos jueces que son inicuos, cómo a un hermano obispo, porque se atrevió a decir la verdad, lo han sentenciado a 26 años de prisión, lo mismo que ocurría en los primeros siglos del cristianismo cuando se perseguía a las personas por su fe", señaló Rodríguez.
“La justicia no se puede vencer con la injusticia y vean las lecciones de la historia, no hay dictadores que hayan terminado bien", enfatizó el religioso.
Con información de Efe.