10 de febrero 2023
La justicia del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo condenó a 26 años y cuatro meses de cárcel a monseñor Rolando José Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí. La condena se dio a conocer este viernes 10 de febrero, un día después que el prelado se negó a abordar un avión que lo trasladaría a Estados Unidos junto a otros 222 excarcelados políticos que fueron desterrados.
La sentencia fue leída por el magistrado sandinista Octavio Rothschuh Andino, presidente de la Sala Uno del Tribunal de Apelaciones de Managua (TAM), quien detalló los años de prisión por cada presunto delito:
- Diez años de cárcel por el supuesto delito de “conspiración”.
- Cinco años de cárcel por el supuesto delito de “propagación de noticias falsas”.
- Cinco años y cuatro meses de cárcel por el supuesto delito de “obstrucción de funciones agravada”.
- Un año de cárcel por el supuesto delito de “desacato a la autoridad”.
- Además, fue sancionado con 800 días multa, equivalentes a 56 461 córdobas o 1555 dólares.
El régimen ordenó despojar de su nacionalidad al líder religioso —tras declararlo como “traidor a la patria”—, tal como hizo con los excarcelados políticos desterrados este jueves 9 de febrero.
El obispo fue inhabilitado de forma perpetua para ejercer la función pública en nombre o al servicio del Estado de Nicaragua, así como ejercer cargos de elección popular. “Del mismo modo se declara la pérdida de los derechos ciudadanos del condenado, misma que tendrá carácter perpetuo, todo esto por ser autor del delito de menoscabo de la integridad nacional en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüense”, según el fallo.
Los insultos de Ortega
Este jueves, monseñor fue trasladado hacia la cárcel La Modelo, en Tipitapa, Managua, luego que rechazó abordar el avión que trasladó a Estados Unidos a los exreos políticos que fueron desterrados.
En una alocución pública, la noche del jueves, el dictador Daniel Ortega dedicó gran parte de su discurso a insultar al líder católico, a quien calificó de “soberbio”, “desquiciado”, “energúmeno” y “personaje”.
El mandatario sandinista dijo que el obispo estaba haciendo fila, pero antes de subir las gradas del avión, comenzó a decir que no se subiría, porque “primero tendría que hablar con los obispos”.
“Cosa absurda, si hay una disposición del Estado nicaragüense, que él no puede cuestionar”, criticó el dictador.
“No sé qué piensa este señor (Álvarez), que frente a una decisión del Estado nicaragüense, él dice que no acata, una resolución de un poder del Estado que lo está mandando a irse de país”, reprochó.
“Lo que tenemos es un comportamiento de soberbia, de quien se considera el jefe de la Iglesia en Nicaragua, el líder de la Iglesia latinoamericana, y debe pensar que está a punto de optar el cargo de Su Santidad el papa”, comentó el caudillo sandinista.
“Está desquiciado —prosiguió—. Ahora que llegó a La Modelo, llegó que era un energúmeno. No puede tener el coraje de Cristo, que aguantó los azotes y soportó la crucifixión. No acepta que lo metan en una celda donde hay centenares de presos”.
Primer obispo arrestado
Álvarez, una de las voces proféticas de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), reconocido por su labor pastoral en el norte de Nicaragua y su defensa de los derechos humanos frente a la opresión estatal, se convirtió en 2022 en el primer obispo de la Iglesia católica arrestado y acusado desde que Ortega retornó al poder en Nicaragua en 2007.
El hostigamiento contra monseñor data desde 2018, pero los últimos episodios ocurrieron el año pasado, antes de que la Policía lo secuestrara de la Curia Episcopal de Matagalpa. Entre mayo y agosto de 2022, Álvarez fue objeto de seguimientos en Managua y finalmente lo sitiaron en el palacio episcopal matagalpino desde el 4 de agosto hasta el 19 de ese mes, de donde fue sustraído por oficiales junto con cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo.
La Policía, que dirige Francisco Díaz, consuegro de Ortega, acusó a Álvarez de intentar “organizar grupos violentos”, supuestamente “con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales”, aunque no ha ofrecido pruebas.
El juicio político contra Álvarez estaba previsto para el próximo miércoles 15 de febrero, a cargo de la jueza orteguista Nadia Camila Tardencilla Rodríguez, titular del Juzgado Segundo de Distrito Penal de Juicios de Managua.
Inicialmente, el juicio contra el jerarca católico fue programado por la juez Décimo Distrito de lo Penal de Audiencia de Managua, Gloria Saavedra, para el 28 de marzo. Sin embargo, la juez Tardencilla adelantó el proceso sin precisar los motivos.
El prelado ha sido llevado sin su vestimenta religiosa a las audiencias celebradas en el Complejo Judicial de Managua. Según el expediente judicial del caso, el fiscal Norvin Danilo Cruz Ponce presentó a finales de enero pasado el escrito de intercambio de información y pruebas a la jueza Tardencilla.
Entre los 12 testigos que declararían contra el obispo se encuentran tres policías, dos trabajadores del Estado y simpatizantes sandinistas, según los datos generales del asunto publicado por el Poder Judicial.