10 de enero 2023
¡Porque la oposición tampoco cambia su política sobre la unidad para cambiar a la dictadura!
Hemos empezado el convencionalmente llamado año nuevo, y todo sigue siendo viejo, tanto, que lo malo y lo bueno de los años pasados aparecen en nuevas escenas de la misma película, con nuevos actores, comparsas de actores viejos, recitando viejos y nuevos parlamentos de los viejos libretos, aunque con acentos nuevos.
Los espectadores –viejos y nuevos— no dejamos las butacas vacías, solo alternando posiciones en busca de mayor comodidad. A veces sintiéndonos dentro de la película, o viendo la realidad como una película, en donde participan actores gratuitos, algunos sin darse cuenta que están pagando los costos de producción, y otros aguantando golpes como en las películas, pero golpes que reciben de verdad.
Los productores de malas películas y con trágicas escenas son los únicos que obtienen ganancias, y siguen filmando sin que nadie los pueda frenar sin sufrir las consecuencias en el intento. Muchos actúan como extras de forma casual y gratuita, o como simples espectadores de la filmación que –en general— tienen crudas escenas de terror. Pero los villanos siguen siendo los mismos, y con el mismo poder de filmación.
De vez en cuando, se ven a debutantes que pronto se convierten en estrellas actuando como villanos del género de terror, recibiendo aplausos y buena paga de unos y las críticas de otros que pagarían por no verlos, y deseando ver sus condenas fuera de la ficción.
Año nuevo pues, con vicios reciclados y nuevas apariencias.
II
Más de quince años dura la dictadura haciendo lo mismo y la oposición también, siempre desintegrada y –lo que resulta aún peor— con poca disposición a dejar definitivamente en el pasado los sectarismos de parroquia disolventes de cualquier esfuerzo de unidad, cultivando egos que impiden mirar más allá de sus narices.
Según algunas opiniones captadas al azar en medios de comunicación digitales, sigue reinando en algunos sectores de oposición la tendencia a levantar la vista hacia la capital estadounidense, como si solo de allí pudiera emanar la solidaridad, pese a la comprobada ineficacia de la OEA como instrumento de su política para América Latina.
Es lo que sugieren pensar los argumentos deslizados hacia la exclusión como “táctica” política, lo cual, además de negativo, se vuelve excluyente cuando mencionan por su nombre a los partidos políticos y personalidades opositoras que, a su torcido entender, no “deben” participar en “el diálogo” en pro de la “unidad”.
Un contrasentido poco inteligente, porque hablar de dialogar en favor de la unidad, cerrando las puertas del diálogo a quienes no piensan como ellos… ¡lo menos que crea son sospechas!
No hay experiencia política –aquí y en ninguna parte— que aconseje buscar la unidad solo dentro de la misma secta política ideológica. Elemental: si no se toma en cuenta la diversidad política ideológica que tiene la oposición nicaragüense, significa abogar por la continuidad de la dispersión, la cual precisamente, es causa de la continuidad de la dictadura y funciona como un apoyo indirecto.
III
Más adelante recordaremos algunos ejemplos que nos legaron políticos patrióticos no solo porque merecen tenerlos presentes todo el tiempo, sino porque se habla de un presunto “diálogo” al cual no debe invitarse a miembros del Partido Unamos… ¡porque son sandinistas y algunos fueron funcionarios del Estado revolucionario!
Mediocridad política más grande no puede haber y, combinada con un prejuicio ideológico aldeano, la mediocridad de los convocantes del supuesto “diálogo” pasa a ser más que una sospechosa acción, saboteadora de la verdadera unidad de la oposición. Y porque como opina Monseñor Silvio Báez… “Los cambios auténticamente democráticos no llegan con diálogos oscuros”. Es decir, que la oscuridad es otra característica del supuesto diálogo que comentamos.
Y también se puede pensar que es una acción discriminatoria nacida de la ignorancia política. Pero… ¿cómo puede ignorarse desde cuándo y por qué los dirigentes y miembros renovadores sandinistas rompieron con el oportunismo de Ortega y sus seguidores?
¿Quiénes pueden pensar mal de los renovadores sandinistas, que rompieron con los Ortega y compañía porque estos abandonaron el auténtico Sandinismo con una falsa segunda etapa revolucionaria? ¿No ven acaso, a los orteguistas haciendo todo lo contrario que Sandino? Él no quiso ni un “palmo de tierra” para su sepultura, y ellos tienen toda la tierra y las cosas que han querido tener.
¿Alguien sincero y honesto puede asegurar que no sabe cuántos de los dirigentes y miembros del sandinismo renovador están en la cárcel de Ortega, del maltrato que reciben, de las torturas y hasta la muerte como la de Hugo Torres, por su oposición a la dictadura? Y si saben –como no dudamos que lo saben— ¿por qué dudan de su honestidad y cualidades de opositores, y pretenden excluirlos de su “diálogo”?
IV
Quien conozca algo de la historia de los partidos políticos de Nicaragua puede tener presente la experiencia de cómo del seno del Partido Liberal somocista surgieron políticos –incluso exministros— que organizaron el Partido Liberal Independiente para hacerle oposición a la dictadura de los Somoza.
¿Quién ignora que, por esa firme disposición de luchar contra la dictadura somocista, fueron torturados en la cárcel o asesinados en cualquier lugar, el estudiante Uriel Sotomayor, el doctor Enrique Lacayo Farfán, el periodista Manuel Díaz y Sotelo, y muchos más procedentes de todas las clases y actividades sociales?
¿Quién no sabe por qué asesinaron a Pedro Joaquín Chamorro Cardenal? Todo el mundo conoce su origen de clase, de sus concepciones ideológicas y sus actividades políticas con las cuales se destacó en la lucha contra la dictadura; sufrió cárcel, torturas y exilios, y nada limitó su voluntad de vincularse con luchadores de todas las tendencias políticas; que las libertades de todos, motivó su apasionada lucha, igual que su lucha por la unidad en la acción –algo más sólido que una simple alianza— sin prejuicio alguno con comunistas, socialistas, conservadores y socialcristianos.
¿Olvidaron que por esa su honesta lucha y por sacrificar su vida por la libertad de Nicaragua, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal ostenta el merecido título de Héroe Nacional?
V
Es claro que toda falla política en el examen de las situaciones conflictivas tiene su raíz en una deficiente formación ideológica; pero cuando hay buena voluntad y honestidad políticas, resulta fácil entender en qué momento histórico una determinada actitud perjudica el objetivo que se pretende conseguir.
Cualquiera con esas cualidades puede explicarse el motivo del fracaso de cuando se hizo patente la necesidad de crear la unidad en la acción opositora, en los días claves de las movilizaciones populares a partir de abril del 18, y saber quiénes sabotearan ese esfuerzo para presionar con éxito la salida de la dictadura.
¿Y cuál fue esa falla política de entonces? La misma que parece florecer de nuevo: esgrimir frases y conceptos de un anti comunismo elemental y, por ello, extemporáneo e inoportuno en contra de los sandinistas renovadores.
No es necesario mencionar las consecuencias que eso trajo a la oposición, al pueblo entero: impedir la derrota de la dictadura, prolongarla y empeorar sus medidas represivas.
Pensamos que una de sus causas, posiblemente la esencial, sigue siendo confundir al Sandinismo con el orteguismo y, de este modo, se le concede legitimidad a la farsa de los dictadores. ¿Qué objetivo tiene aplicar el nombre de sandinista a todo simpatizante, a todas las medidas y actividades de la dictadura orteguista?
¿Fue una simple confusión, o es una aviesa intención, por lo cual el Partido Ciudadanos por Libertad saboteó la unidad en la acción con un anti sandinismo disociador?
Eso del Partido CxL lo están repitiendo exactamente algunos promotores del supuesto “diálogo”. ¿Pensarán que es oposición al orteguismo descalificar a los sandinistas opositores?
Veamos otras cosas nuevas y viejas, nada confusas…
Al margen de estas cuartillas
*Si no es difícil olvidar lo que hizo el Partido CxL por frustrar la unidad en la acción opositora, tampoco los es recordar que, pese a ello, doña se ganó el exilio…
*No es cierto que todo pasado fue mejor, porque sería como afirmar que todo lo presente no sirve, porque siempre ha existido gente con algo de “El doctor Jekyll” y de “míster Hyde”…
*De ello se pueden hacer las demostraciones que se quieran, pues son infinitas las formas de las cosas buenas y malas en el proceso de la vida y las relaciones sociales…
*Por ejemplo –y pido disculpas por recodarlo en primera persona— leímos por vez primera La dramática vida de Rubén Darío, del profesor Edelberto Torres, en 1968…
*Y ese libro, más El Comandante y Cuentos de Agua de Fernando Silva, y Las uvas de Ira de John Steinbek, nos los regaló Domingo Sánchez (Chagüitillo)…
*¿Y en dónde estábamos cuando leímos esos libros? En la cárcel “La Aviación”, y pasaron la censura del Alcaide Alesio Gutiérrez… ¡el torturador de Daniel Ortega!
*¿Cuántos libros, calculan ustedes, ha permitido Daniel Ortega que les lleven a las decenas de presas y presos de conciencia que tiene en su cárcel “El Chipote”?
*Los tiene en aislamiento absoluto, sin luz solar o con luz eléctrica permanente; con visitas irregulares, previos registros abusivos… ¡y al “Chipote” no deja entrar ni a la Biblia!
*Luis Somoza, siendo presidente de su dictadura familiar, le concedió audiencia a una comisión de la CGT-I que gestionaba la libertad de su dirigente Domingo Vargas Morales…
*Recibió a la comisión en una oficina ubicaba en las bodegas del Azúcar Montelimar, calle 15 de Septiembre, la más transitada de Managua, y un solo guardia en la puerta…
*Si usted quisiera gestionar ante Daniel la libertad de alguno de sus centenares de presos, mejor compre la Lotería, porque tendría más seguro sacarse el Gordo…
*Pero, más seguro que el Gordo, se sacaría unas largas vacaciones en “El Chipote” si quisiera entrar con su petición por cualquiera de las calles bloqueadas de El Carmen por decenas de policías…
*Y si no lo detuvieran ni persiguieran a ningún familiar suyo por haber intentado gestionar la libertad de algún preso político… ¡entonces haga de cuenta que se sacó la Lotería!
*De todos modos, usted ganaría experiencia acerca de que, en verdad, no hay tiempos buenos ni tiempos malos, sino la vida medio-mala o medio-buena; medio-regular y medio-peor.