11 de diciembre 2022
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Dicen que la fe mueve montañas. Pero cuando estas convicciones vienen acompañadas de garra, talento y carácter en el campo de juego puede pasar lo que la selección de Marruecos ha hecho en la Copa del Mundo en Catar.
El sábado, el combinado marroquí avanzó a semifinales y logró vencer por la mínima 1-0 a Portugal. El gol aéreo de En-Nesyri al cierre de la primera parte, con la mala salida del portero luso, sentenció la eliminación a los dirigidos por Fernando Santos.
El trabajo del equipo marroquí y su hazaña de ser la primera selección africana en llegar a una semifinal de una Copa del Mundo no es un proyecto que nació de la nada. Se construyó con los años y se formó en las mejores ligas de Europa.
Jugadores como Ziyech y Mazraoui, nacieron en Holanda y se formaron en las divisiones del actual campeón de la liga, Ajax. Actualmente Ziyech juega en el Chelsea y Mazraoui en el Bayern Münich. Por su parte, el arquero, Bounou y Hakimi son de padres marroquíes, españoles de nacimiento, el portero marroquí juega en Sevilla, mientras Hakimi, milita en el París de Saint Germain.
Marruecos es una selección de jugadores que a pesar que nacieron y se formaron como jugadores en Europa, decidieron representar a la nación de sus padres, porque si algo tienen bien definidos los marroquíes es su lealtad a su cultura y religión musulmana.
Walid Regragui, francés de nacimiento, siempre jugó y ahora dirige de manera brillante a la selección de su país paterno. Walid apenas llegó este año al banquillo técnico de Marruecos a calmar los vestuarios, y sustituir a Jalil Halilhodzic, quien se negaba a convocar a jugadores como Ziyech y Mazraoui.
Sorpresa no es la palabra que define la clasificación de Marruecos a semifinales y dejar en el camino a España y Portugal, es trabajo, disciplina y la convicción de ver a tu rival con respeto, pero no de manera inalcanzable. No puede gustar su estilo de juego, pero nadie duda de la disciplina defensiva que tienen en la marcación de área e individual, pero también la rapidez con la que contraatacan y efectividad que tienen las pocas veces que llegan al área.
Los números de Marruecos avalan su clasificación y es la selección que menos recibe goles en contra. Solo una vez fue perforada su muralla ofensiva y fue en el cierre de la fase de grupos en la que ganaron 2-1 ante Canadá. Bounou es sin lugar a dudas el pilar más fuerte de ese muro, posee una gran seguridad y habilidad de leer a su adversario para esquivar todo tipo de disparo al marco.
Sin embargo, aún falta un paso más para llegar a la final. Marruecos tiene otra prueba gigante y se miden ante la vigente Campeona del Mundo, Francia, la cual venció 2-1 a Inglaterra. Frenar a Mbappé que tiene cinco goles y Giroud con cuatro , será una tarea complicada, pero como ha demostrado la escuadra africana, los imposibles no existen, principalmente en esta edición de la copa, donde los resultados han sido como el clima, impredecibles. Todo se define en la cancha.
