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El heredero de Agatha Christie le saca el brillo al asesinato en “Glass Onion”

Ciertamente, la sutileza no es una virtud de “Glass Onion”, pero las caricaturas son intrincadas y los actores brillan a la hora de hincarles el diente

Juan Carlos Ampié

4 de diciembre 2022

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Si no pudieron ver “Glass Onion” en su breve paso por el cine, tendrán que esperar al 23 de diciembre para darle “reproducir” en su cuenta de Netflix. No crean que fracasó en taquilla. Este era el plan de Netflix, para asegurarle calificar para la competencia de los Premios Óscar y atraer nuevos suscriptores.

El magnate tecnológico Miles Bron (Edward Norton) invita a sus amigos más cercanos a un fin de semana de fiesta en su isla privada en Grecia. El paraíso mediterráneo no es la gran atracción. Se trata de un fin de semana temático, en el cual los asistentes tendrán que resolver el asesinato de su anfitrión. Tanto así dice la tarjeta oculta en una caja de juegos y acertijos. El grupo incluye a la modelo Birdie Jay (Kate Hudson), el ‘influencer’ y activista de los derechos de los hombres Duke Cody (Dave Bautista), la política Claire Debella (Kathryn Hahn) y el científico Lionel Toussaint (Leslie Odom Jr.). El juego de salón no está alejado de la realidad. Todos tienen motivos para extinguir la amistad con un crimen.

En el barco, todos se sorprenden de ver a Cassandra Brand (la excelente Janelle Monáe), la vieja socia de Bron, distanciada de él después de una pelea legal que la dejó fuera de la compañía. Nadie sabe realmente quien es el detective Benoit Blanc (Daniel Craig), ni porqué está ahí. El anfitrión mismo asegura que no le envió la invitación. Sin embargo, su presencia será bienvenida cuando la sangre empiece a correr. Y no la sangre teatral de un juego de salón.

El director Rian Johnson (“Star Wars Episode VIII: The Last Jedi”, 2017) se declara estudioso de la legendaria escritora británica Agatha Christie, y es un alumno avezado. Era fácil ver en “Knives Out” (2019), la película que introdujo a Benoit Blanc, la impronta de la madre de este género de ‘thriller’.


Johnson se preocupa de actualizar el formato narrativo a la política progresista contemporánea. Christie era una aristócrata británica del principios del siglo XX, con todos los sesgos que eso acarrea. Leyendo sus novelas hoy día, uno se rinde ante la frescura intemporal de sus tramas intrincadas, y de vez en cuando, hace pausa ante las notas de clasismo, racismo y otros pecados de la época –que en honor a la verdad, aún perduran–. “Knives Out” comentaba indirectamente sobre la xenofobia moderna al convertir a su personaje más simpático, la enfermera Marta (Ana de Armas), en una enfermera colombiana con una madre indocumentada. La película sacaba mucho millaje satírico de las micro y macro agresiones que derramaba sobre ella el resto del reparto, poblado de blancos adinerados que se precian de ser ‘progres’.

“Glass Onion” tiene un reparto biracial y contempla las ventajas del privilegio blanco masculino. Cassandra ha sido básicamente estafada de su fortuna porque en una corte de justicia, el blanquísimo Bron tiene más credibilidad, y sus amigos cercanos dependen de él para financiar sus proyectos de vida. Otros tópicos sensibles de la época moderna se marcan, cual tarjeta de bingo de la conciencia social: la carrera de Birdie peligra porque su ropa de marca se ensambla en maquilas que emplean niños, la campaña de Claire es financiada por Bron. Cody es un patán que encarna todos los clichés de la masculinidad tóxica, con la sutileza de la pistola que en vez de llevar al cinto, posiciona en su entrepierna. El hombre es tan inseguro que necesita dos falos en el mismo lugar.

En un giro profético, “Glass Onion” se inserta en el momento cultural al crucificar la imagen del emprendedor tecnológico. La era de Steve Jobs y Bill Gates dio paso al sainete de Elon Musk y Peter Thiel, con los avatares del progreso que coquetean peligrosamente con el fascismo. Es como si hubiera anticipado la debacle de la compra de Twitter. Ciertamente, la sutileza no es una virtud de “Glass Onion”, pero las caricaturas son intrincadas y los actores brillan a la hora de hincarles el diente. Hasta los personajes eminentemente secundarios tienen sustancia. Véase a Peg (Jessica Henwick), la sufrida asistente de Birdie; o a Whiskey (Madelyn Cline), novia-trofeo de Cody. Y en el centro del zoológico, esta Daniel Craig. Benoit Blanc, el detective privado de espeso acento sureño es digno de ser heredero de Poirot y Miss Marple. Apúrense con la siguiente película, por favor.

Glass Onion: A Knives Out Mystery
Dirección: Rian Johnson
Duración: 2 horas, 20 minutos
Clasificación: * * * (Buena)
*Disponible en Netlix

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Juan Carlos Ampié

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