1 de diciembre 2022
La orden de retirar al comisionado general Adolfo Marenco Corea, subdirector de la Policía orteguista y uno de los pilares del espionaje político en Nicaragua, obedece a una reconfiguración del círculo más cercano al poder del régimen Ortega-Murillo, valora la socióloga Elvira Cuadra, experta en temas de seguridad.
Marenco Corea fue reemplazado en la cúpula policial por el nuevo subdirector Zhukov Serrano Pérez, un experto en “vigilancia”, nombrado en ese cargo el miércoles 23 de noviembre, después de ejercer durante años el puesto de jefe de Inteligencia Nacional. Desde esta instancia, Serrano Pérez ha sido clave en el estado de policial de facto impuesto en septiembre de 2018, a través del cual se han conculcado los derechos de movilización, reunión y asociación de los nicaragüenses, entre otras libertades públicas.
“En esos cambios y retiros, hay razones variadas. Hay unas que tienen que ver con confianza y lealtad, es decir, están sacando a personas en las que ya no confían, y en otros casos tienen que ver con actos de corrupción que ya no son tolerables incluso entre ellos mismos”, dijo Cuadra en una entrevista a la periodista Cindy Regidor, transmitida en el programa televisivo Esta Noche.
Cuadra asoció estos cambios en la estructura policial a la erosión que afecta al orteguismo desde hace meses, lo que incluye también la inconformidad de los empleados públicos y el caso particular de la Corte Suprema de Justicia, intervenida en una serie de decisiones políticas por la Secretaría del FSLN.
¿Qué implica esta decisión de enviar a retiro al comisionado general Adolfo Marenco?
En los últimos días hemos visto cómo se han estado produciendo cambios en todo el círculo de confianza y lealtades de la pareja Ortega Murillo. Esto trasciende a la Policía en sí misma, aunque toca a una institución que ha sido muy sensible, porque ha sido una de las piezas fundamentales en la política de represión que se ha impuesto a la sociedad nicaragüense, a partir de 2018.
Lo que podemos ver en el caso de la Policía, con los cambios en el Poder Judicial, así como los movimientos que ha habido en otras personas cercanas al círculo de poder, es que hay una reconfiguración. Eso está relacionado también con ese proceso acelerado de erosión en su base. El descontento es mucho más marcado, amplio y está llegando a círculos cercanos.
Marenco era el jefe de espionaje, ¿su salida significa un rompimiento con Ortega?
Es bien difícil conocer las causas por el tipo de cierre que hay en la información. En esos cambios y retiros hay razones variadas. Hay unas que tienen que ver con confianza y lealtad, es decir, están sacando a personas a las que ya no confían, y en otros casos tienen que ver con actos de corrupción que ya no son tolerables incluso entre ellos mismos.
En otros casos hay de por medio el agotamiento, porque algunas de estas personas son también de cierta edad, que, en muchos casos, tienen problemas de salud y el nivel de presión, que significa estar dentro de ese círculo de poder, es bastante alto.
La noticia llega dos días después que nombraron al comisionado general Zhukov Serrano, exjefe de inteligencia, como nuevo subdirector, ¿qué se sabe de su trayectoria, ocuparía el cargo de Marenco?
Cuando un cargo dentro de la Policía pasa a retiro tiene que llenarse con la persona que está en el escalafón más cercano, en este caso es este oficial. Es alguien que viene de la misma línea de trabajo. Tiene que seguir cumpliendo las funciones que tenía el subdirector.
¿Qué repercusiones tienen estos cambios en esa área (inteligencia) que ocupa una función tan importante en el aparato represivo?
En principio, no debería significar ningún cambio, porque lo que se está buscando –al menos desde la lógica de los Ortega Murillo– es mantener ese sistema de vigilancia y espionaje sobre la población, funcionando de manera efectiva para los propósitos que ellos han diseñado. Lo tienen funcionando. Entonces realmente eso es lo que le van a pedir a este nuevo oficial.
¿Por qué se daría esta reestructuración en estos círculos de poder?
Tiene que ver con ese proceso acelerado de erosión de su base de apoyo, de su círculo de lealtades más cercanos. Es obvio que hay fisuras que han llegado a ese nivel y ellos están tratando de fortalecer ese círculo con personas que tienen una lealtad probada. De quienes esperan una lealtad incondicional.
También es importante decir que en la medida que se va radicalizando el Estado policial, en la medida que el régimen se va cerrando y autoaislando de la comunidad internacional, el círculo tiende a cerrarse, a hacerse más pequeño. En esa lógica tienen que reconfigurarlo, y pasar por filtros a personas en las que han identificado algún tipo de vacilación, y recomponerlo a partir de personas que sí van a cumplir con ese parámetro.
¿Qué se puede esperar para los próximos meses del rol de la Policía en ese proceso de radicalización del régimen?
Desde mi punto de vista se va a mantener. Ese Estado policial no es casual. Es la respuesta del régimen frente a ese estado generalizado de debilidad que presenta. Cada vez sus partidarios son menores, sus círculos de apoyo son mucho más pequeños, el descontento se va profundizando incluso dentro de sus filas. Entonces están comenzando a desconfiar de ellos mismos.
Hemos visto los casos de las disidencias y castigos que han hecho con el conocido “Chino Enoc”, lo que sucedió en Jalapa, en las elecciones, Muelle de los Bueyes y otros municipios y localidades del país, así como lo que hemos visto en el Poder Judicial.
Es obvio que se los está comiendo ese agotamiento de la gente, de los empleados públicos, y se están reconfigurando. La Policía es uno de sus pilares fundamentales en este caso –quienes manejan la fuerza–. Estoy hablando del Ejército, policías, grupos paramilitares, y el Poder Judicial que es una de las instituciones a través de las cuales se castiga a los “traidores de la patria”. Esas son piezas claves dentro del engranaje y del sostenimiento del régimen como tal.
Los colegas de Expediente Público revelaron que la Policía aumentará el 88% de su presupuesto entre 2015 y 2023. El próximo año les van a asignar 120 millones de dólares, ¿cómo serán usados esos fondos?
Los presupuestos del Ejército y Policía siempre han estado bastante cerrados. Con el pretexto de que es información reservada y de seguridad nacional. Muchas veces no se conoce la distribución específica de los rubros. Hay una parte importante que se va en salario, otra se va a utilizar en gastos operativos.
La razón de que esos dos rubros sean algunos de los principales tiene que ver… para mantener esos dispositivos de vigilancia, atemorización sobre la población, y realizar las actividades represivas, entonces se requiere bastantes recursos. Seguramente a esos rubros va dirigido.