20 de noviembre 2022
Cuatro mujeres cargaban este sábado 19 de noviembre una cruz en una calle de Masaya cuando la Policía irrumpió en la procesión y obligó a los fieles y al sacerdote Alexander Santiago Ruiz Fajardo a regresar a la parroquia El Calvario en Masaya, en otro acto de persecución religiosa del régimen Ortega-Murillo.
Un video publicado por esa comunidad eclesial en Facebook documentó cómo un oficial se acerca al grupo de creyentes, atendiendo una llamada telefónica, pero pronto el policía se atraviesa en su camino y les comunica que no pueden seguir. Habían transcurrido poco más de tres minutos desde que todo había empezado.
La decisión provocó la inconformidad de las personas, que acompañaban a las mujeres en su acto de fe compartido. La gente calificó como “injusta” la decisión, mientras se preguntaron por qué el “comisionado” no se había hecho presente para comunicar la orden, la que, según fuentes del sitio, fue justificada como un acto para preservar la “seguridad pública”.
En medio de la tensión, se puede observar cómo el párroco intentó apaciguar los ánimos hasta que el oficial le pasa su teléfono y el religioso habla con otra persona, en apariencia el jefe policial. Después de la llamada telefónica, el cura agarra la cruz y regresa rezando el padrenuestro, acompañado por un puñado de fieles en un recorrido simbólico de fe ante la opresión.
Desde el púlpito, el religioso pidió oraciones. “Nosotros en torno a la cruz vamos a ofrecerle al Señor de los Milagros silencio y oración. Eso es un cristiano que ama la cruz”, afirmó.
Ruiz Fajardo es un joven sacerdote originario de Jinotepe, en Carazo, que comparte la vocación religiosa con su hermano Said, quien se encuentra trabajando en la Catedral de Managua.
Viviendo la fe en tiempos de represión
Un día después de que el primero fue víctima del acto represivo, el Padre Said participó este domingo 20 de noviembre en una procesión en honor a Cristo Rey, la que solo pudo hacerse dentro de los predios de la Catedral tras la prohibición de la Policía para hacer el acto religioso.
En otro video publicado por la Arquidiócesis de Managua, puede verse a este sacerdote cargando a Cristo Rey. Los nuevos casos de hostigamiento del oficialismo se suman a 396 ataques de la dictadura de Ortega contra la Iglesia católica, registrados entre 2018 y octubre de 2022, según el estudio reciente titulado Nicaragua: ¿una iglesia perseguida?, publicado por la investigadora Martha Patricia Molina, en el que también se plantea al menos 127 en este año.
Ese incremento de agresiones contra los católicos se ha visto reflejado en 104 agresiones dirigidas a templos, 30 a Organismos Sin Fines de Lucro, medios de comunicación católicos y proyectos de la Iglesia, 133 a religiosos, 53 pintas y mensajes de odio, 14 procesos penales y 62 ataques a laicos.
Ortega ha mantenido una campaña sostenida contra la Iglesia desde 2018, cuando los religiosos denunciaron la represión del Estado. Al menos 355 personas fueron asesinadas en el contexto de las manifestaciones, pero la dictadura sostiene que lo que hubo fue un intento de derrocamiento y a los sacerdotes los acusa de “golpistas”.
Un obispo exiliado, otro recluido en su casa a la fuerza por la Policía bajo órdenes de la dictadura desde el 19 de agosto pasado, siete sacerdotes se encuentran encarcelados y dos seminaristas también como parte de una escalada represiva en que expulsaron al nuncio apostólico en marzo pasado y a 18 monjas de la orden de la caridad en julio pasado.
En su última alocución en septiembre pasado, en ocasión del aniversario de la Policía, Ortega acusó a los sacerdotes de instigar su asesinato en 2018 sin ofrecer ningún tipo de evidencia, ni mencionar nombres concretos.
“Es evidente que la persecución indiscriminada de la dictadura Ortega Murillo se debe al mensaje, la difusión de la verdad y palabra del evangelio que están realizando sacerdotes y obispos”, comentó la investigadora Martha Patricia Molina durante la presentación de su investigación el pasado 17 de noviembre.