11 de noviembre 2022
La masiva abstención en las votaciones municipales del pasado 6 de noviembre facilitó que el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) se adjudicara las últimas doce alcaldías nicaragüenses en las que no ondeaba la bandera rojinegra. Los datos oficiales del Consejo Supremo Electoral (CSE) --que carecen de credibilidad y no son auditables-- muestran que, en esta docena de municipios, hubo menos votantes que en los comicios municipales de 2017.
En lugares como Ciudad Antigua, por ejemplo, donde el FSLN obtuvo 1663 votos en 2017 y fue derrotado ese año por el PLC con 2248 votos, ahora "ganó" la alcaldía con 1683 votos, es decir solo 20 votos más que hace cinco años.
Según el Poder Electoral --bajo control absoluto del FSLN-- en 2017 hubo 121 414 votos válidos en esas doce municipalidades, y en 2022 votaron 93 170, es decir 28 247 votos menos, que equivalen a un 30.3%.
Las nuevas alcaldías en poder del FSLN son: Camoapa, San José de los Remates, Santo Domingo, La Trinidad, Ciudad Antigua, Bocana de Paiwas, El Tortuguero, Muelle de los Bueyes, La Cruz de Río Grande, Mulukukú y Wiwilí-Jinotega, antes administradas por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y San Francisco de Cuapa, antes a cargo de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), que en los últimos años se han prestado como partidos colaboracionistas del régimen.
Previo a las votaciones, el Frente Sandinista controlaba 141 de 153 alcaldías distribuidas en 15 departamentos y dos regiones autónomas en la Costa Caribe. Oficialmente el FSLN ganó 135 municipalidades en 2017, pero las otras seis alcaldías las usurpó en octubre de 2020 y julio de 2022.
El municipio donde se registró mayor abstencionismo fue en Wiwilí-Jinotega, alcaldía que en 2017 fue ganada por el PLC, pero en 2020 fue usurpada por el FSLN. Ahí, el total de votos válidos pasó de 22 347, en 2017, a 12 946 en la reciente farsa electoral municipal. La diferencia es de -9401 votos.
El observatorio ciudadano Urnas Abiertas indicó que, durante estas votaciones municipales, se registró una abstención del 82.7%, que superó al nivel observado en la “farsa electoral” de 2021, que fue del 81.5%. Sin embargo, el CSE aseguró que la abstención fue del 42.9%.
Falta de competencia política
La asignación del 100% de los municipios al FSLN es la culminación de un proceso carente de legitimidad, en el que el FSLN participó solamente con sus colaboradores políticos: Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Alianza por la República (APRE), Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), Partido Liberal Independiente (Alianza PLI) y Yapti Tasba Masraka Nanih Asla Takanka (Yatama).
Además, ocurre en un momento en que Nicaragua persiste la crisis sociopolítica surgida a partir de la brutal represión y masacre contra las protestas ciudadanas de la Rebelión de Abril de 2018. Desde entonces, el régimen de Ortega y Murillo ha impuesto un estado policial de facto, con más de 200 presos políticos, y pasó de fraguar fraudes electorales a liquidar completamente la autonomía municipal.
Ivania Álvarez, del observatorio Urnas Abiertas, señaló que, el día de la votación, hubo “bastantes reportes de incidencias” provenientes de los municipios que no estaban bajo el control del FSLN, que estaban relacionadas con la negativa de ingreso a los fiscales en las Juntas Receptoras de Votos (JRV).
“Tengo reportes, por ejemplo, de Ciudad Antigua sobre el traslado masivo de votantes de comunidades que la gente no reconocía”, apuntó Álvarez.
Urnas Abiertas recibió también, según la opositora, reportes de “gente votando con unos permisos especiales, ‘porque estaban construyendo carreteras por ahí y no podían ir a sus casas”.
Esta situación es “irregular”, porque “esta es una elección territorial” y las personas que no son del municipio “no tienen por qué ir a elegir autoridades locales… Ese traslado masivo irrumpe en la dinámica del territorio”, explicó.
Subrayó otros factores que explican los resultados electorales como: las olas migratorias de nicaragüenses que han salido del país, el poco interés de la población en el proceso, el control absoluto del FSLN en los Centros de Votación y “el acarreo de gente que daba miedo”.
El 6 de noviembre “estuvo colmado de un ambiente de terror”, el solo hecho “que la Policía estuviera ahí todo el tiempo genera la sensación de que en cualquier momento te pueden llevar preso”, subrayó Álvarez.
Solo el FSLN votó
Según los resultados oficiales, los votos válidos por cada partido político en esos doce municipios muestran que el FSLN tuvo un ligero aumento en esos territorios, al pasar de 40 861 votos en las elecciones de 2017 a un total de 56 209 en el 2022, es decir 15 348 votos nuevos.
El municipio donde los datos del CSE indican un supuesto mayor crecimiento del voto hacia el Frente Sandinista es Mulukukú, en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN), donde ese partido habría pasado de 3409 votos en 2017 a 5967 en 2022, es decir 2558 votos adicionales.
Un caso similar es el de Camoapa, en el departamento de Boaco, donde el CSE le asignó al Frente 5604 votos en las municipales de 2017 y 8098 en este 2022, lo que representa un aumento de 2494 votos.
En cambio, el PLC no logró ni la mitad de los votos que recibió en las municipales pasadas, en las que obtuvo once de estas doce alcaldías. De tal manera que este partido pasó de recibir 61 711 votos válidos en 2017 a 27 486 en 2022, lo que significa la pérdida de 34 225 votos.
Entre los municipios donde más pérdidas tuvo el PLC está La Trinidad, en el departamento de Estelí, donde pasó de 5927 votos en 2017 a 857 en las municipales pasadas, es decir 5070 votos menos.