28 de octubre 2022
Daniel Ortega dijo -en su discurso por el 43 aniversario de fundación del Ministerio de Gobernación (Migob)- que el Gobierno de Estados Unidos, al que llamó “terrorista” y “violador de derechos humanos”, es culpable de la migración masiva que llega a sus fronteras; que Rusia lucha para salvar a sus habitantes del gobierno nazi y fascista de Ucrania; y que Europa es un “jardín ensangrentado” que, junto con occidente, quiere acabar con China.
La tarde de este jueves 27, Ortega participó del acto junto a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, además de sus anfitriones, la ministra de Gobernación, María Amelia Coronel, y sus viceministros, junto al jefe del Ejército de Nicaragua, general de ejército, Julio César Avilés, y el jefe de la Policía Nacional, primer comisionado Francisco Díaz.
Las cámaras mostraron también, un poco alejados del podio principal, al presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras; a la presidenta del Consejo Supremo Electoral, Brenda Rocha; a la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Alba Luz Ramos; además de la fiscal general de la República, Ana Julia Guido, entre otros muchos funcionarios.
Luego de mencionar -una vez más- la Batalla de San Jacinto (1856); al cacique Diriangén (siglo XVI), y al general Benjamín Zeledón, (inicios del siglo XX), antes de comenzar a alabar los más de quince años que él lleva en el Gobierno de Nicaragua, Ortega comenzó a repartir acusaciones en contra de Estados Unidos y la Unión Europea, que han impuesto sanciones a su familia y allegados.
La culpa es de… Estados Unidos
“La política de los gobernantes norteamericanos es la práctica de los gánsteres: manda mensajeros a todos los países del mundo, y su mensaje es: o hacen lo que yo diga, o los vamos a sancionar. Los vamos a agredir”, aseguró preguntando de forma retórica, cuántas sanciones ha aplicado Estados Unidos en el mundo.
Su respuesta es que ese país es el que más sanciones ha aplicado y por tanto, “el que mayor daño y mayor crisis ha provocado en el mundo, y luego se quejan por los emigrantes. Sigan poniendo sanciones, y seguirán llegando los migrantes a sus puertas”, dijo en referencia a los ciudadanos cubanos, venezolanos y nicaragüenses que huyen de las dictaduras que agobian a sus países.
De forma constante, las redes sociales muestran caravanas de buses que transportan a miles de nicaragüenses rumbo a la frontera con Honduras, en busca de llegar a Estados Unidos. De la misma manera, puede verse a centenares de personas haciendo fila en las oficinas de Migración, para pagar un mínimo de 750 córdobas para obtener su pasaporte y salir del país.
Ortega siguió culpando a Estados Unidos, al decir que ese país niega el derecho al trabajo en las naciones de América Latina, volviendo al “bloqueo brutal” contra Cuba, al que responsabilizó de la enorme migración de isleños que han escapado de su país rumbo a Estados Unidos y a muchos otros países del continente a lo largo de las décadas.
“Los que provocan estas oleadas de migrantes” con caravanas de cubanos, nicaragüenses y venezolanos, pero también guatemaltecos, haitianos, salvadoreños y hondureños, “son los gobernantes norteamericanos, terroristas, violadores de los derechos humanos”, que violan el derecho al trabajo, mantienen un bloqueo contra Cuba, o maltratan a los países centroamericanos, aseguró.
El vocero del Kremlin
Después de atacar a los estadounidenses, hizo lo mismo con la Unión Europea. El ataque se centró en la persona del español Joseph Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, de quien dijo “salió con una burrada… cuando se puso a decir tranquilamente, a jactarse, que mientras Europa es un jardín, el resto de los países son una selva, una jungla. ¡Qué irrespeto!”.
“Ese jardín está manchado de sangre. ¿Por qué invadían a los países africanos? Para robarles la riqueza y desarrollar sus propias economías”, dijo recordando la colonización de la India por parte del imperio británico, o el tráfico de esclavos, por ejemplo.
Ortega dijo que conoció a Borrell “en los tiempos que se presentaba como un hombre de izquierda, y ahora, se ha convertido en el vocero de los que ensangrentaron el planeta para convertir Europa en un jardín. ¡Qué vergüenza! ¿Cómo se atreve a insultar de esa manera a nuestros pueblos? ¡Es una arrogancia, una prepotencia, donde los europeos creen que siguen siendo los dueños del mundo, junto con Estados Unidos!”, reiteró.
El dictador también justificó la ‘operación militar especial’ de Vladimir Putin, nombre con que el ruso trata de encubrir su guerra de agresión contra Ucrania, país gobernado por un Gobierno que surgió de un golpe de estado, según Ortega.
Repitiendo la versión del Kremlin, Ortega dijo lo que Moscú quiere es proteger a los rusohablantes que habitan Ucrania, y están siendo agredidos por el Gobierno “fascista y nazi” de Volodimir Zelensky, y que no es una guerra entre Ucrania y la Federación Rusa, sino entre el mundo capitalista y las potencias capitalistas que “se han unido para buscar cómo destruir a Rusia y a China”.
Lo que la ministra no dijo
Previo a la perorata de Ortega, la ministra Coronel ascendió en grados a varios altos oficiales, para luego pasar a leer un informe anual, en el que enumeró miles de ‘servicios’ que esa entidad estatal habría prestado a las organizaciones sin fines de lucro y sus representantes, sin hacer referencia alguna a las más de 2400 oenegés que han sido clausuradas tanto por la Asamblea Nacional, como por el ministerio a su cargo.
También hizo referencia al ‘humanismo’ con que el Sistema Penitenciario Nacional trata a los reos bajo su custodia, sin decir una sola palabra para referirse, por ejemplo, a la muerte del general Hugo Torres, o al trato cruel que implica no dar a los presos políticos las visitas regulares que tienen los reos comunes, al punto que varios han tenido que declararse en huelga de hambre para poder ver a sus hijos.
Tanto Ortega como Coronel callaron sobre el destierro al que un grupo de nicaragüenses ha sido forzado de manera selectiva y la migración masiva que obliga a los más pobres del país a buscar mejores horizontes en el extranjero, para después comenzar a enviar remesas para ayudar a sus familiares, y sostener el consumo de las familias que sufren por el desempleo.