21 de octubre 2022
A través de un audio de Whatsapp, los hermanos José Luis Velásquez Reyes y Carlos Uriel Galeano Reyes, de 37 y 27 años respectivamente, avisaron a su familia que habían llegado al Estado de Veracruz, en México, y todo marchaba según el plan en su travesía como migrantes rumbo a Estados Unidos. Pero al día siguiente, su madre se enteró por un noticiero local que sus hijos estaban accidentados y su estado de salud era reservado.
“La desesperación de nosotros era saber si ellos estaban vivos”, relata su hermana, Carmen Velásquez Reyes, de 36 años. “Fue bastante alarmante” dice. Su mamá estaba sola en casa ese jueves 6 de octubre y al escuchar la noticia del accidente de tránsito el impacto fue terrible; “fue bastante duro”. Se comunicaron con los hospitales, pero solo les decían que su pronóstico era reservado. Al escuchar su voz angustiada, una enfermera les confirmó que ambos hombres estaban vivos.
El accidente de los hermanos Reyes y migrantes nicas en México
José Luis y Carlos Uriel salieron del país el 19 de septiembre convencidos que el viaje, pese a sus riesgos, era necesario para enfrentar la situación económica que atraviesa Nicaragua. El mayor de los tres hermanos trabajaba en una empresa de estudios ambientales y el menor tenía un poco más de un año en desempleo. Hicieron un préstamo y empeñaron la casa familiar por 7000 dólares para iniciar la travesía. Carmen y su madre, de 54 años, se quedaron preocupadas por el “peligro” al que se enfrentaban sus familiares.
La madrugada del 6 de octubre el vehículo en el que viajaban 16 migrantes nicaragüenses se volcó en Veracruz; cinco connacionales murieron y once, incluidos los hermanos de Carmen, resultaron heridos. Las agencias de noticias informaron que los hechos ocurrieron sobre la autopista La Tinaja-Cosamaloapan, a la altura de la comunidad Loma de Los Pichones del municipio de Tierra Blanca, una región de paso obligado para miles de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos desde el sur de México y Centroamérica.
De los once heridos, siete fueron trasladados a hospitales. A los hermanos Reyes los llevaron al Hospital Regional de Altas Especialidades de Veracruz. El hermano mayor, José Luis, tenía fracturas en ambas costillas, el pulmón perforado, trauma en el tórax, problemas en el intestino y falta de movilidad en sus piernas por una quebradura en la columna. “El quedó en un estado bastante delicado”, describe Carmen.
El pulmón de Carlos, el hermano menor, se llenó de sangre y le colocaron drenos. Él siente sus piernas, pero no camina porque los estudios revelaron que su columna está desviada y aguardan un nuevo diagnóstico para saber si requiere una cirugía.
Los últimos 15 días han sido de incertidumbre, desesperación y preocupación para la familia. Después de mucho esfuerzo lograron comunicarse hasta esta semana con su hermano menor.
Carlos, quien es padre de un menor de ocho años, no recuerda mucho del accidente porque estaba medio dormido y cuando despertó vio a los paramédicos auxiliándolo. Él está en una camilla, con drenos y sondas conectadas a su cuerpo, aún no camina. El mayor, también padre de una niña de siete años, está en una sala de cuidados intensivos, relata Carmen.
Familia pide visa humanitaria para ver a sus hijos
Tras el accidente, la familia Reyes empezó a gestionar una visa humanitaria para que su madre vuele a México y asista a sus hijos, pero la burocracia no ha estado de su lado. “Se nos hizo tan difícil”, señala Carmen. Esperan que en esta semana, mediante el apoyo consular de México, su madre obtenga la visa y logre viajar.
Después de la tragedia han recibido el apoyo económico de amistades de sus hermanos, de ella misma, de la empresa en la que trabajaba José Luis, pero las necesidades son mayores. No solo es el costo del vuelo, sino tener el dinero para la atención médica de sus hermanos, la estancia de su madre en un país extraño por un tiempo indeterminado ya que aún no saben si podrán trasladar a sus hermanos a Nicaragua o por su estado médico deben esperar que se recuperen en México. Eso dependerá de lo que los médicos recomienden.
“Ahorita nosotros no estamos pensando en la deuda, es una deuda bien grande. Lo que más nos importa ahorita es recoger para que ella (la mamá) se vaya, para lo del boleto de avión, estar con ellos, llevar dinero para ver qué necesitan. Toda la ayuda es bienvenida en este momento”, expresó Carmen.
Si usted desea apoyar a la familia Velásquez Reyes para sufragar los gastos médicos, tras el accidente de sus hermanos puede hacerlo a través de la cuenta BAC- 367590676; Lafise- 119044053 o contactar directamente con Carmen Velásquez al número +505 8931-7798.
“Nos quedamos endeudadísimos porque decidimos empeñar la casa para que ellos pudieran viajar” relata Carmen. Asegura que fue un “golpe bastante duro” saber que ellos no cumplieron sus metas, y están en un estado grave en México. “Nos quedamos nosotros con el sufrimiento de no estar cerca de ellos y con la cosa de tener que cumplir con ese pago, ver la manera cómo resolvemos porque obviamente sino hacemos el pago, también nos quedamos sin casa”, dijo preocupada.
49 migrantes nicaragüenses fallecidos en 2022
Según un monitoreo de CONFIDENCIAL, durante los diez meses de 2022, 49 migrantes fallecieron mientras intentaban llegar a Estados Unidos. El 59% de estos murieron en las aguas del Río Bravo y el 29% en accidentes de tránsito ocurridos en su paso por México. Entre los fallecidos se reportan cinco menores de edad.
Del accidente del 6 de octubre los otros heridos fueron Luis Miguel Araica, 28 años; Jony Bermúdez Quiroz, 44 años; Marci Gabriela Miranda Ortiz, 33 años; Dani Arnobiz Ponele Castaño, 33 años y Nelson Abedi Núñez Cruz, 31 años.
Nicaragua atraviesa una ola migratoria sin precedentes, empujada por la crisis sociopolítica y económica. Según reportes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) desde julio de 2021 hasta agosto de 2022 han detenido a 177 238 nicaragüenses, el 61% de estos viajaron ilegalmente en este año.
La gran mayoría de los nicaragüenses que viajan de forma irregular a Estados Unidos deben pagar un “coyote”, que cobra entre 4000 a 5000 dólares por persona. Para cubrir esta elevada suma de dinero, miles se han endeudado, como lo hicieron los hermanos Reyes, con la expectativa de mejorar sus condiciones de vida.