2 de octubre 2022
El alto representante de la Unión Europea (UE) para asuntos exteriores y políticas de seguridad, Josep Borrell, denunció este domingo 2 de octubre las acciones “hostiles” e “injustificadas” del régimen de Nicaragua y anunció que responderán de manera firme y proporcionada a las mismas.
En una declaración divulgada por su portavoz, Pedro Stano, la Unión Europea advirtió que las acciones del régimen de Ortega agravarán "el aislamiento internacional de Nicaragua", afirmó que están considerando el camino apropiado a seguir, mientras lamentaron la expulsión de la jefa de la delegación europea en Nicaragua ocurrida el sábado, la embajadora Bettina Muscheidt, además de la ruptura de las relaciones diplomáticas con Holanda.
“La Unión Europea lamenta profundamente y rechaza esta decisión injustificada y unilateral. La UE también lamenta profundamente la desproporcionada e injustificada decisión unilateral tomada el viernes por el gobierno de Nicaragua de cortar los lazos diplomáticos con el reino de los Países Bajos y expresa su apoyo incondicional al gobierno holandés”, insistieron.
En ambos casos, el régimen de Ortega se ha declarado víctima de intervencionismo, pero en el caso de Holanda acusó a ese reino de suspender el financiamiento para la construcción de un hospital en el caribe de Nicaragua, una decisión que el dictador calificó como una “miseria humana”.
Holanda ratificó en su primer pronunciamiento esta decisión, pero explicó que su decisión obedece a un compromiso con la defensa de los derechos humanos, lo que ya había provocado desde hace años la suspensión del proyecto. Según el alto representante de la UE, las medidas asumidas por Ortega solo contribuyen a su aislamiento internacional.
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“La actual crisis política en Nicaragua debe resolverse a través de un diálogo genuino entre el gobierno y la oposición. La Unión Europea reafirma su continuo compromiso con el pueblo nicaragüense y con la defensa de la democracia, el Estado de derecho y los derechos humanos. La UE permanece abierta al diálogo con Nicaragua, siempre que este diálogo se lleve a cabo de manera respetuosa”, añadió Borrell.
La dictadura de Nicaragua ha desatado una escalada diplomática, expulsando a embajadores críticos desde hace años, incluido el representante de El Vaticano. Pero esta semana, la tensión incrementó cuando Ortega insultó al presidente de Chile Gabriel Boric, al subsecretario para el hemisferio occidental Brian Nichols y al secretario general de Naciones Unidas António Guterres.
Lo hizo el pasado 28 de septiembre, durante el acto del aniversario 43 de la Policía. Al primero lo llamó “perro faldero”, al segundo “bulldog” y al tercero “pelele de los yankis” en un discurso cargado de odio donde rechazó nuevamente la petición internacional de la liberación de los 205 presos políticos existentes en el país.
El tirano calificó también, entonces, a la Iglesia católica como “dictadura perfecta”, mientras se preguntó quién elegía al papa Francisco, a los obispos y sacerdotes, intentándoles restar autoridad moral a la denuncia que han hecho de las violaciones de derechos humanos cometidas por el Estado desde 2018.
Actualmente esta institución religiosa se encuentra bajo persecución con al menos tres sacerdotes, procesados, y el obispo Rolando Álvarez encerrado a la fuerza en casa de sus familiares en Managua, mientras sus acompañantes son objeto de una fabricación judicial, según expertos consultados.
Ortega declaró "non grato", además, al embajador de Estados Unidos, Hugo F. Rodríguez, a quien el Senado confirmó en su cargo el jueves pasado y en esa misma intervención confirmó la ruptura con el Reino de los Países Bajos. Esto lo hizo el pasado 30 de septiembre, en el desfile policial en la Avenida de Chávez a Bolívar, donde la jefatura le juró lealtad al dictador y a la vicepresidenta Rosario Murillo.