2 de octubre 2022
El obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, advirtió este domingo que llegará el momento en que los opresores terminen derrotados. Así lo expresó durante la misa celebrada en la parroquia de Santa Agatha en Miami, Estados Unidos.
La Iglesia católica se encuentra bajo ataque del régimen de Daniel Ortega que mantiene encerrado en casa de sus familiares al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez desde el 19 de agosto, procesó al círculo cercano del mismo— formado por religiosos y laicos—, y encarceló a otros tres sacerdotes, provocando el exilio de otros párrocos.
Las palabras del obispo son firmes. “Llegará el momento en que queden silenciadas para siempre las lenguas cínicas de los poderosos arrogantes y mentirosos, llegará el momento en que terminen derrotados quienes se imponen en modo tiránico”, afirmó Báez, al analizar el libro de Habacuc, donde el profeta se queja y protesta ante Dios por la injusticia.
Según el obispo, uno de los más críticos de la dictadura de Nicaragua y quien se encuentra en el exilio desde 2019—por orientación del papa Francisco— el profeta también enseña a los cristianos a no resignarse a que “los poderosos amedrenten con sus discursos mentirosos y cínicos”.
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Además de la persecución a los jerarcas católicos críticos, la dictadura ha prohibido las procesiones en Managua, Matagalpa y Masaya, e incluso en esta última ciudad acordonó las parroquias de San Miguel y San Jerónimo, bajo el argumento de garantizar la seguridad pública. Junto a estas medidas, el Instituto de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), canceló la licencia de siete emisoras de radio en Matagalpa, un canal de televisión, mientras Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo incrementaron su discurso de odio.
“Este profeta nos enseña que no podemos ser indiferentes ante los tiranos que imponen su voluntad enfermiza de poder con la fuerza de la represión y la violencia. El profeta Habacuc nos enseña, sobre todo, que en esos momentos debemos volver el corazón a Dios para protestar ante él. Sí, también protestar ante Dios es orar”, afirmó el religioso carmelita.
El 28 de septiembre pasado, durante su discurso en el aniversario 43 de la Policía, el mismo Ortega insultó a diplomáticos y se enfrascó en acusar a los obispos nicaragüenses, sin mostrar evidencia, entre otras cosas, de pedir que le “metieran plomo” durante las protestas de 2018 cuando miles de ciudadanos salieron a las calles a pedir un cambio de gobierno y recibieron una brutal represión del Estado como respuesta.
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Los ataques contra Francisco
Ortega se encuentra instalado en el poder desde 2007. En la misma intervención de odio, se preguntó intentando dar lecciones de democracia quién elegía a los sacerdotes, a los obispos y al mismo papa Francisco, mientras acusó a la Iglesia católica de ser una “dictadura perfecta”.
En Nicaragua existen actualmente 205 presos políticos y la Policía ha impuesto desde hace años un sistema de facto policial, que ha conculcado los derechos de reunión y manifestación de los ciudadanos.
En medio de ese contexto adverso para los ciudadanos, que ha provocado que miles de nicaragüenses salgan del país para resguardar su integridad, Báez insistió en hacer un llamado a la esperanza y a confiar y ver la historia con otros ojos, escuchando la invitación de Dios de que nunca el mal y la injusticia van a triunfar.
“En los momentos más oscuros y dolorosos, no hay que hundirse en la soledad. Como Habacuc, el profeta solidario con su pueblo oprimido, como Jesús en la cruz víctima del poder injusto, debemos aprender a gritar a Dios desde las contradicciones, los conflictos y los problemas de la vida”, agregó Báez.
El obispo nicaragüense dijo que el hombre justo no cede a la tentación de actuar con la violencia de la que es víctima. Citando al sumo pontífice, Báez recordó que a veces “copiar el odio y la violencia del tirano es la mejor manera de ocupar su lugar”.