Ortega está cruzando “línea roja" de relaciones internacionales

La expulsión de facto de la embajadora de Unión Europea (UE) en Nicaragua, Bettina Muscheidt, luego de una nota verbal la mañana de este miércoles es considerada por el académico y exintegrante de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), Ernesto Medina, como "un paso más hacia el aislamiento" del régimen de Daniel Ortega que "está pasando una línea roja" que tiene que existir en las relaciones internacionales.

La diplomática europea fue notificada verbalmente de su expulsión de Nicaragua por un funcionario de Cancillería que justificó su condición de non grata alegando que se debía a la “injerencia e irrespeto a la soberanía nacional” de parte de la Unión Europea.

En horas de la tarde del miércoles, la diplomática se reunió con el canciller Denis Moncada en la Cancillería, pero ni el Gobierno de Nicaragua ni la Unión Europea revelaron el contenido del encuentro.

Fuentes diplomáticas confirmaron a CONFIDENCIAL que la embajadora Muscheidt viajará a Bruselas el próximo sábado, como tenía previsto desde hace varias semanas, pero no revelaron si regresará a Nicaragua a reasumir su misión diplomática.

El académico Ernesto Medina valoró que, aunque la Unión Europea es muy cuidadosa en su política exterior, esta situación la obligará a tomar "medidas más radicales" hacia Nicaragua. Además, consideró que es muy posible que replanteen su política regional de cooperación en Centroamérica, puesto que "Ortega ha quedado protegido por ese paraguas regional".

La implementación de más sanciones por parte de la UE y todos los países democráticos, son parte de algunas de esas medidas que avizora el académico en el corto plazo. "Los países que siguen manteniendo a Nicaragua, a través de créditos en organismos multilaterales, ya se están cansando y Ortega se va a llevar una sorpresa muy desagradable en los próximos días", expresó Medina durante esta entrevista en el programa Esta Noche, que se transmite en línea debido a la censura televisiva impuesta por el régimen.

¿Qué implica para Nicaragua esta expulsión de la embajadora de la Unión Europea?

Es un paso más hacia el aislamiento de (Daniel) Ortega de los países civilizados y democráticos del mundo. Ortega se está quedando como un paria entre los países del área, sus grandes amigos ahora son Irán, que está matando a las mujeres y jóvenes que protestan por el asesinato de una muchacha por la aplicación de una de estas leyes islámicas…; (el presidente de Rusia, Vladímir) Putin, que está ahora de espaldas a la pared; China, que está muy cautelosa viendo lo que pasa en Ucrania con la invasión rusa. De manera que Ortega está cometiendo un error garrafal y aislándose del mundo civilizado.

Los europeos son muy cuidadosos en su política exterior, pero creo que ya se están cansando de Ortega y de estar gestionando canales de comunicación, de mantener una cooperación para no afectar más la ya difícil realidad del pueblo de Nicaragua, pero creo que un paso como este va a obligar a los europeos a tomar de una vez por todas medidas radicales. Desde hace rato vengo observando que hay un malestar por las declaraciones de Ortega desde  que se dio la invasión de Rusia a Ucrania, los europeos obviamente no han estado contentos con las declaraciones del régimen prácticamente apoyando la invasión mientras Europa está sufriendo una de sus peores crisis. Entonces, creo que Ortega no se da cuenta de las repercusiones que esto está teniendo en el mundo y al dar este paso (la expulsión de la embajadora) está empujando a los europeos a tomar medidas muy drásticas contra su régimen.

¿Qué tipo de medidas podríamos ver?

Hasta ahora los europeos han sido muy cuidadosos porque buena parte de su cooperación se da en el marco regional. Yo creo que ellos van a tener que revisar su cooperación a través de los órganos de cooperación, el Parlamento Centroamericano, el Sica (Sistema de Integración Centroamericana), el BCIE (Banco Centroamericano de Integración Económica) y otros en los que tienen peso, pero que al estar actuando en el marco de una política regional de cooperación, pues Ortega ha estado protegido por ese paraguas regional. Los europeos ya van a tener que pasar a tomar medidas en la relación bilateral, en la cual ellos no le han dado mucha importancia, pero que lo que está pasando en Nicaragua va a obligarlos a revisar su política de cooperación regional y muy particularmente con Nicaragua.

Usted habla de un aislamiento del régimen, ¿Cuál es el objetivo político detrás de esta acción?

Ellos siguen queriendo manifestar una fuerza que creo que no tienen. Ese discurso fantasioso de defensa de la soberanía, del antiimperialismo, que a estas alturas nadie se lo cree, es lo que justifica este tipo de decisiones y el creer que el mundo no va a tomar medidas más drásticas con él, por consideración a que Nicaragua es un país de Latinoamérica y que Latinoamérica ha tenido tradicionalmente una relación muy especial con Europa y que Estados Unidos no quiere que se le deterioren más las relaciones con la región. Por eso creo que ellos se están atreviendo a tomar esta medida, pero yo siento que se está pasando ya una línea roja que, aunque nunca se ha declarado explícitamente, tiene que existir en las relaciones internacionales. Y en un contexto internacional tan complejo, como el que hay ahora producto de la invasión a Ucrania y las consecuencias que esto está teniendo en el orden político y económico a nivel mundial, yo creo que los países que siguen manteniendo a Nicaragua, a través de los créditos en organismos multilaterales, ya se están cansando y Ortega si se va a llevar una sorpresa muy desagradable en los próximos días.

¿Para los nicaragüenses qué consecuencias tiene esta acción?

Obviamente la situación para los nicaragüenses va a ser de más deterioro, pero lo que hay que pensar es que con o sin sanciones la situación de Nicaragua no tiene futuro. Es un momento en que los nicaragüenses tenemos que decidir qué es lo que queremos, vivir con un régimen que nos está quitando todo tipo de derecho o luchar por un futuro mejor para nuestros hijos, para las futuras generaciones, y recuperar la libertad que tanto le costó a Nicaragua. Yo creo que sanciones más fuertes por parte de Europa, de Estados Unidos, de Canadá, y de los países democráticos, obviamente van a afectar una situación que ya es difícil para los nicaragüenses, pero a estas alturas ese es el precio que tendremos que pagar nosotros si no queremos otra explosión violenta que signifique un costo en sangre, en vidas humanas que nadie quiere. Ahorita los nicaragüenses tenemos que coordinar acciones con los países democráticos que están preocupados por la deriva totalitaria, fascista de Ortega y finalmente buscarle una salida a esta crisis.

¿Cómo califica esa política de destierro ilegal de cualquier ciudadano que no comulga con el actual régimen?

Es una muestra más de irracionalidad de Ortega porque, por un lado, le cierra la puerta a dos hombres buenos que han dedicado su vida al desarrollo científico de Nicaragua, a la educación, que han ayudado a construir la mejor universidad que tenemos en Nicaragua. El padre (Alberto) Idiáquez y Jorge Huete han sido los protagonistas de llevar a la UCA (Universidad Centroamericana) al lugar que ocupa en este momento en el panorama de la educación superior de Centroamérica y de América Latina. Por otro lado, le da asilo y la nacionalidad nicaragüense a unos sinvergüenzas, ladrones, como Sánchez Cerén y su familia y el otro expresidente salvadoreño (Mauricio Funes) acusado de robo, es un ladrón para su país, sin embargo Ortega les da la nacionalidad. Esto solo se puede entender con una mente enferma, retrógrada, que no tiene ningún interés en el progreso o el futuro de Nicaragua, que lo único que le interesa es mantenerse en el poder a cualquier costo.