25 de septiembre 2022
Para la periodista mexicana Carmen Aristegui, directora del portal Aristegui Noticias y del programa de entrevistas Aristegui en CNN, el bloqueo a la cadena internacional de noticias CNN en Español en Nicaragua confirma que el régimen de Daniel Ortega “ya rompió cualquier límite posible”, y demuestra que “ya no les importa qué se piense desde afuera”.
Murillo justificó, sin mostrar pruebas, que la cadena internacional —con 25 años de transmitir en Nicaragua— cometió presuntamente “injerencia extranjera” y violó supuestamente la controvertida Ley de Seguridad Soberana, aprobada en 2015.
El bloqueo fue ejecutado por el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), que —según Murillo— está obligado “a la protección, defensa y preservación de los principios, derechos y garantías” establecidos en la Constitución Política. Aristegui calificó de “locura apelar a una Constitución”
“Es un claro ataque a la libertad de expresión, a la libertad de prensa, al derecho de los nicaragüenses y de los ciudadanos a estar informados”, dijo la periodista en el programa Esta Semana, que se transmite este domingo 25 de septiembre, a través de YouTube y Facebook Live, por la censura de Ortega.
“El régimen de Daniel Ortega y de Rosario Murillo, evidentemente, está colocado en un circuito absolutamente deleznable, que debe ser reprobado. Lo que ha ocurrido con CNN es un capítulo que se adiciona a una realidad absolutamente inadmisible”, subrayó Aristegui.
La vicepresidenta Rosario Murillo justificó la censura a CNN en Español alegando que las noticias de este canal son injerencistas y que violan la Constitución y las leyes de Nicaragua ¿cuál es tu reacción como periodista que ha estado cubriendo la crisis de Nicaragua?
Es una locura apelar a una Constitución, desde luego que respetamos las constituciones de los países como periodistas y como personas que habitamos cada quien su nación, pero decir que se está afectando la Constitución en su artículo primero, en donde está determinado el tema de la independencia, de la soberanía, de la autonomía, y que se haga cargo la autoridad nicaragüense de una decisión de esa naturaleza, justificándose con este tipo de argumentaciones, raya en lo en lo kafkiano.
Lo que estaría sucediendo es un claro ataque a la libertad de expresión, a la libertad de prensa, al derecho de los nicaragüenses y de los ciudadanos a estar informados, a tener una opción de información como es CNN o cómo deben ser muchas otras. No solamente se trata de esta cadena internacional de noticias, sino que sabemos perfectamente que las circunstancias en Nicaragua ya han rebasado los límites, ya han rebasado lo que cualquier rango de tolerancia básica de una democracia podría soportar.
Se han roto los diques y las estructuras esenciales que colocan a la libre expresión, a la libertad de prensa y al derecho a la información como ejes principales de una democracia, que en este caso no es.
Es claramente una acción dictatorial, una acción autoritaria. Es dar un paso adicional de los que ya han dado. Estamos hablando de límites que se rompen, ya incluso con espacios de información de carácter internacional y, desde luego en primerísimo lugar, lo que ha sucedido con periodistas como tú, como tu familia, como otros periodistas, medios de comunicación y espacios nicaragüenses que han sido apabullados.
Hay una noción de aniquilamiento, de desaparecer al que está enfrente y que no congenia conmigo, sin ningún grado de aceptación básica a la opinión contraria, al derecho a disentir, a la tarea crítica de los periodistas. El régimen de Daniel Ortega y de Rosario Murillo, evidentemente, está colocado en un circuito absolutamente deleznable, que debe ser reprobado. Lo que ha ocurrido con CNN es un capítulo que se adiciona a una realidad absolutamente inadmisible, desde hace ya demasiados años.
En 2018, en los momentos de mayor tensión y gravedad de la crisis de Nicaragua, Daniel Ortega le brindó una entrevista a Andrés Oppenheimer para CNN en la que intentó justificar la represión de los paramilitares ¿Por qué ahora se produce la censura si hace unos años Ortega hablaba con CNN?
Porque ya rompió cualquier límite posible, en donde ya no importa, para el régimen, lo que se piense desde afuera. Este grano que quedaba de buscar un tipo de imagen que pudiera proyectarse a nivel internacional, que pudiera ser razonablemente potable, admisible, ya ni siquiera eso queda.
Ni siquiera queda esa franja en donde un gobernante, que puede ser en su país todo lo autoritario, pone alguna sonrisa, algún rostro que pueda parecer aceptable para el exterior. Así que aquella entrevista con Andrés Oppenheimer me parece que nos hablaba de que todavía quedaba esa franja del gobernante de querer aparecer como lo que no es hacia el exterior.
Se puede comparar la decisión que tomó Nicolás Maduro, en 2017, con esta que ha adoptado Ortega, ¿qué consecuencias tuvo para Venezuela censurar a CNN y sacarla de la parrilla de televisión y el cable?
Son decisiones primas hermanas porque buscan silenciar, censurar, disminuir la posibilidad de acceso a la información o una opción de información por parte de los ciudadanos de allá y de Nicaragua.
La consecuencia para Venezuela (fue) que se agregó un elemento más para calificar al tipo de régimen que está gobernando al país, igual que está pasando aquí.
En tu país, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que se proclama defensor de la autodeterminación nacional, lidera de manera permanente una campaña de intimidación y ataques contra medios de comunicación y periodistas, incluida tu persona. ¿Ha censurado López Obrador a medios de manera abierta o medios internacionales como CNN?
Son perfiles distintos, a cuál más de criticables si se quiere ver así, pero no hay en el caso de México una acción de esta naturaleza, en donde se diga apaguen la señal, cierren la ventana, corten la luz, desaparézcanlo de la pantalla; ese tipo de acciones tan brutales, no se han presentado en México y no creo que se presenten.
Lo que se presenta es otro tipo de circunstancias que no abonan a la libre expresión ni robustecen el trabajo periodístico, porque hay una acción calculada políticamente para tener a los periodistas críticos como enemigos, y eso es un diseño político que tiene (Andrés Manuel) López Obrador, (Daniel) Ortega, (Nayib) Bukele, y que tuvo (Donald) Trump.
Tenemos lamentablemente un patrón de conducta de gobernantes que claramente ven una franja de la realidad nacional, que tiene que ver con la libre expresión, con las voces críticas, con los contrapesos; los ven como si fueran adversarios políticos y así actúan, con ataques directos, con nombre y apellido, satanizando a las personas con las que no simpatizan o que puedan ser críticas de su Gobierno, que puede incluso difamar a las personas, buscar elementos en donde si no aniquile, sí se dañe reputacionalmente a las personas o a los medios o aquellas instancias, que este Gobierno y otros en el mismo modelo consideran que sería mejor que no existieran.
Eso atenta por los cuatro costados con las nociones básicas de la democracia, la tolerancia, la pluralidad, la crítica, el ejercicio libre de las ideas, el acceso a la información, que debe ser libre y robusto.
La gente necesita periodistas filosos, críticos, medios exigentes, instancias que le estén pidiendo al gobernante que rinda cuentas, todo eso que dice el ABC de las democracias, pues acaba siendo puesto como algo que debe ser satanizado, demeritado, atacado, menospreciado. Todo lo que uno no esperaría de un estadista.
La censura a un canal internacional como CNN le plantea un desafío a las audiencias sobre cómo buscar información, pero también hay un desafío para los periodistas sobre cómo burlar la censura, ¿qué tan efectivas son las plataformas digitales u otros para burlar la censura televisiva en estos tiempos?
Tan efectivos como libre sea la persona en tener internet, básicamente (la efectividad) radica hasta donde las personas en Nicaragua o en Venezuela tengan acceso a internet y su señal sea buena y libre, y puedan llegar a los espacios que están siendo ofrecidos a través del internet.
La efectividad depende esencialmente no del medio emisor, que no tiene problemas para emitir su mensaje, sino de quien lo va a recibir a través de la tecnología.
¿Cómo valora el papel de las redes sociales? Hay una crítica a las redes como espacio de polarización y desinformación, pero por el otro lado, las redes son un canal de distribución de información para los medios.
Tal cual lo dices, luces y sombras. Es un espacio poderosísimo, de los cibernautas y de las redes sociales, un espacio privilegiado para que millones de personas puedan conectarse y comunicarse independientemente de otros canales. Eso, por sí mismo, es valiosísimo; pero también ocurre lo que tú dices: en ese robusto sistema de comunicación que debería estar destinado a empoderar a los ciudadanos y que la gente que pueda cada vez más emitir mensajes y recibir mensajes libremente, también está contaminado por una industria, hay bots, hay robos. Hay quien induce la conversación, quien contamina el diálogo público.
La sociedad está atrapada en su propia decisión de usar esas redes, porque son de la sociedad, y sortear lo que realmente es una conversación orgánica, genuina, que puede ser crítica, irreverente; pero que sea libre respecto a otro tipo de conversaciones que vienen impactadas por sistemas que están apropiándose del diálogo social.
No necesariamente, esas herramientas tan poderosas y tan importantes, están utilizándose de la manera que uno esperaría, a favor de las personas, de los países, de la libre expresión. Es una mezcolanza, en donde a lo más que se puede apelar es al criterio, al discernimiento de las personas para identificar qué cosa es basura y qué cosa es comunicación de la gente o de medios.
¿Cómo se ve desde la prensa internacional esta crisis de Nicaragua, que ya tiene cuatro años? ¿Puede el régimen de Ortega imponer una suerte de apagón informativo en la opinión pública internacional?
Es inevitable volver a la historia. He tenido la fortuna de conversar contigo en diferentes ocasiones y en algunas de ellas te he preguntado sobre la propia historia de Nicaragua y de Daniel Ortega. Es de muy alto impacto observar la evolución de un personaje, de dos personajes en particular que están gobernando directamente Nicaragua. Estas figuras que formaron parte de manera importante de la decisión de una sociedad de sacudirse una dictadura, al tomar el poder y al perpetuarse en el poder y al hacer cosas con el poder que se alejan dramáticamente de lo que habría sido aquel origen de ser una figura clave para una revolución, de haber sido electo democráticamente, a lo que es hoy. Finalmente no es otra cosa más que un dictador; es un drama para Nicaragua, es un drama para esa biografía, es un drama por donde se le vea.