23 de septiembre 2022
La presa política, historiadora y exguerrillera, Dora María Téllez, inició una huelga de hambre para demandar el cese del confinamiento solitario y las torturas a las que ha sido sometida por más de 15 meses en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como El Chipote; tener acceso a material de lectura y que le permitan firmar un poder a sus familiares para que retiren su pensión de jubilación, aseguraron fuentes vinculadas a organizaciones de derechos humanos.
Declararse en huelga de hambre supone un riesgo para su salud, cuyo deterioro quedó evidenciado el pasado 31 de agosto, cuando fue presentada ante medios afines al régimen orteguista en unas inventadas “audiencias informativas” en los juzgados de Managua.
La Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (IM- Defensoras)advirtió que antes que Téllez iniciara la huelga de hambre ya había perdido más del 15% de su masa corporal. “Mantener una huelga de hambre, incluso siendo esta parcial, puede suponer una merma aún más grave de su salud, llegando a poner su vida en riesgo”, subrayó la organización.
La oenegé expresa que someterse a una huelga de hambre “es una acción desesperada” a la que recurren los presos políticos por “la absoluta negativa por parte de las autoridades a escuchar sus legítimas demandas y garantizar sus derechos humanos, los cuales son inalienables y siguen vigentes en el estado de privación de libertad”.
La exguerrillera, que ha estado sujeta a constantes interrogatorios en prisión, lució pálida, envejecida y con extrema delgadez. El pasado 17 de septiembre, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) advirtió que la vida de Téllez “corre peligro”, por su avanzada edad —66 años— y el grave deterioro físico que ha experimentado durante más de un año de presidio.
“Desde la última vez que la vimos en el escarnio que el régimen Ortega-Murillo llamó ‘audiencias informativas’ han pasado 17 días y no sabemos nada de ella”, advirtió el Cenidh. “En esa ocasión pudimos comprobar su deterioro físico, la marca de la tortura en su cuerpo visiblemente pálido, débil y delgado. ¿Cómo una persona en ese estado y a esa edad puede seguir resistiendo?”, cuestionó la organización.
La exguerrillera Téllez fue condenada a ocho años de prisión por supuestamente “conspirar para cometer menoscabo a la integridad nacional en perjuicio del Estado de Nicaragua y la sociedad nicaragüense”.
Otro preso político en huelga de hambre
Este miércoles 21 de septiembre, el cronista deportivo y preso político, Miguel Mendoza, inició también una huelga de hambre para que el régimen orteguista permita la visita de su hija de nueve años, a quien no ve desde la noche del 21 de junio de 2021, previo a su detención en la cárcel de El Chipote, donde lo mantienen desde entonces.
Antes, la presa política Támara Dávila y el reo de conciencia, Miguel Mora, también se declararon en huelga de hambre exigiendo al régimen de Ortega, permitiera la visita de su niña de seis años y el joven de 21 respectivamente, a quienes no veían hacía más de un año. El encuentro ocurrió el sábado 20 de agosto en El Chipote.
Los familiares de la presa política Suyen Barahona, presidenta de la Unión Democrática Renovadora (Unamos), iniciaron una campaña en redes sociales, denominada “Una llamada para Suyen”, en demanda a que el régimen de Daniel Ortega permita una comunicación con su pequeño de cinco años, a quien no ha escuchado ni visto desde su captura, el 13 de junio de 2021, hace más de 15 meses.
Estado es responsable de presos políticos
IM-Defensoras se solidariza y apoya las "legítimas demandas de Dora María Téllez", expresando su preocupación por su estado de salud y la evolución del mismo. Hacen responsable al Estado nicaragüense de "cualquier afectación sobre la integridad y la vida" de Téllez, subrayaron en una alerta publicado en su sitio web.
A la vez, exigieron la libertad de la exguerrillera y mientras esta no se conceda, que la envíen a “casa por cárcel”, como se hizo con otros reos de conciencia de la tercera edad y en condiciones de salud similares a las de la exguerrillera.
Hasta ahora, el régimen de Daniel Ortega oculta a 13 reos de conciencia que permanecen aislados, con vigilancia policial permanente dentro y fuera de sus viviendas bajo "casa por cárcel", mientras los que están en El Chipote los ha mostrado una sola vez en 15 meses de prisión.
Según el Mecanismo para el reconocimiento de personas presas políticos en Nicaragua existen 205 resos de conciencia en los diferentes penales del país.