12 de septiembre 2022
El régimen de Daniel Ortega, a través del estado de terror impuesto en Nicaragua, ha criminalizado el uso de los símbolos patrios, al extremo que nadie se atreve a ondear la bandera del país en la vía pública o colocarla en su vivienda; ni siquiera, en septiembre, considerado el “mes patrio”, cuando Centroamérica conmemora la independencia de la corona española.
“En este año no hemos reportado una sola actividad donde la gente se atreva a sacar la bandera o se atreva a sacar un símbolo patrio”, asegura Ivania Álvarez, miembro de la organización Urnas Abiertas. Dentro de Nicaragua el uso de la bandera nacional es “inexistente”, asevera. “Nadie se atreve con el nivel de asedio, de represión y la amenaza de cárcel”, añade.
Con la Rebelión Cívica de 2018, la bandera y el himno nacional se convirtieron en símbolos de resistencia ante la brutal embestida represiva del régimen de Daniel Ortega, que inmediatamente criminalizó su uso. Sin embargo, grupos opositores, estudiantes y ciudadanos en general desafiaban el Estado policial de facto con piquetes azul y blanco, regalando pequeñas banderas en zonas estratégicas de diferentes departamentos del país. Todo eso ha desaparecido.
Álvarez, quien participó de esas actividades de resistencia, explica que la persecución ha venido escalando desde 2018, iniciando por policías que arrebataban las banderas en las marchas azul y blanco, el posterior decomiso del símbolo patrio a comerciantes y finalmente, la cárcel.
Sergio Beteta fue detenido el 21 de diciembre de 2020 por protestar con la bandera de Nicaragua y quemar la del Frente Sandinista en la Avenida Universitaria. Fue acusado por “tráfico de estupefacientes” y “tenencia ilegal de armas” en un juicio cuestionado por abogados independientes. Resultó condenado a cinco años y nueve meses de prisión.
“El terror que se ha sembrado sobre el uso de los símbolos ha sido tan grande que las personas hasta para la vestimenta, para pintar su casa o su negocio prefieren usar otro color -al del azul y blanco-”, expresó la integrante de Urnas Abiertas.
Recientemente, la organización solo ha tenido reportes de afiches que aparecieron en varias zonas de Chinandega, Bluefields y Matagalpa, demandando la libertad de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, convertido en preso político por el régimen orteguista desde el 4 de agosto pasado.
La “captura” de los símbolos patrios por Ortega
En septiembre, el régimen orteguista ordenó “vestir” las instituciones del Estado y las unidades del transporte urbano en Managua con la bandera nacional acompañada con la del Frente Sandinista. Los empleados públicos fueron obligados a participar en caminatas, enarbolando ambas banderas en saludo a la patria.
En Nicaragua el régimen “ha capturado los símbolos patrios”, de tal forma que solamente los operadores del Frente Sandinista son los únicos autorizados para usar la bandera nacional, señala el integrante del consejo político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), Juan Diego Barberena.
Ese control sobre el uso de los emblemas nacionales es reflejo del “fin totalitario de la dictadura de ejercer poder”, que también se manifiesta en el control de los espacios sociales, espacios políticos, las instituciones estatales, las fuerzas coercitivas del Estado, expresó el opositor.
Si una persona que se atreva a colocar la bandera de Nicaragua en su vehículo o mostrarla en público, se expone a ser detenida por la Policía, que ya ha golpeado y reprimido a comerciantes por vender el símbolo patrio.
Para Barberena, es un acto más que violenta los derechos ciudadanos de los nicaragüenses, dividiéndolos en los fanáticos orteguistas que tienen facultades para manifestarse públicamente y expresar sus ideas, y la gran mayoría de la población, disidente del Gobierno, expuesto a actos represivos.
Adoctrinamiento en las escuelas
Desde agosto las escuelas públicas han organizado desfiles patrios, en los que además de los símbolos constituidos en la Carta Magna del país, también exaltan la bandera del Frente Sandinista, la bandera de la Cruzada Nacional de Alfabetización y fotografías de combatientes históricos del sandinismo, incluido el general Augusto C. Sandino, Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.
Álvarez, de Urnas Abiertas, señala que han recibido reportes de esta forma de rendirle culto a la pareja presidencial y a personajes del Frente Sandinista, que los colocan por encima de los símbolos patrios. La bandera nacional ya no tiene una posición superior a la rojinegra, sino que la ubican a la par del emblema partidario.
“Ha habido un manoseo” de los símbolos patrios, dice Álvarez, quien ve con recelo la probabilidad que instauren de facto estas representaciones del Frente Sandinista, junto a los reconocidos en la Constitución dentro del sistema educativo. El adoctrinamiento político en las escuelas ha sido denunciado por docentes, quienes han asegurado que deben cumplir con enseñanzas apegadas a intereses del partido gobernante.