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Un león contra la humanidad: Idris Elba se enfrenta a la “Bestia”

“Bestia” es un ‘thriller’ familiar con un nivel de arte y artesanía que pone en vergüenza a productos taquilleros más grandes, caros y ambiciosos

Juan Carlos Ampié

21 de agosto 2022

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El Dr. Nate Daniels (Idris Elba) emprende un viaje a Sudáfrica en compañía de sus hijas, Meredith (Iyana Halley) y Norah (Leah Jeffries). La familia está de duelo. La madre ha muerto, víctima de un cáncer fulminante que apareció justo después de que los adultos decidieran separarse. La vacación pretende reconciliar a los supervivientes en el lugar de origen de la mujer. Es una especie de vacación terapéutica. Así, la gira los lleva a un safari en una reserva natural regentada por Martin Battles (Sharlto Copley), viejo amigo de la pareja. Una pandilla de cazadores furtivos merodea en los alrededores, pero el mayor peligro es un león renegado.

La película trabaja sobre la modesta matriz del ‘creature feature’. Son películas de suspenso con un implacable monstruo, fantástico o real, como principal antagonista. Es un motivo recurrente en el cine de ‘serie B’, que ocasionalmente inspira a cineastas mayores. Desde “King Kong” (Meriam C. Cooper, 1933) hasta “Jaws” (Steven Spielberg, 1975), este subgénero conquistó el imaginario popular por décadas, pero se vio desplazado con el ascenso del ‘comic’ de superhéroes. De vez en cuando, surge un buen ejemplo, pero películas como la reciente “Crawl” (Alexandre Aja, 2019) es una excepción y no la norma. Sea un lagarto gigante o un león, la amenaza latente funciona como agente de caos, manifestación de los terrores primarios de los personajes, y catalizador de cambios. Si los personajes sobreviven, claro está.

Suelen ser productos de entretenimiento, pero eso no quiere decir que no tengan dimensiones que vayan más allá de lo sensacional. “Bestia” opera en dos niveles. Tenemos el drama familiar de un padre tratando de reconciliarse con sus hijas y navegar el duelo de la pérdida de su esposa –sus sentimientos de culpa se manifiestan en sueños donde aparece su mujer–. Una preocupación ecológica late en su corazón: el león podrá ser el monstruo de turno, pero su furia destructora se desata después que cazadores ilegales exterminan su manada.

El guion de Ryan Engle, basado en una historia de Jaime Primak Sullivan, encuentra su sustancia en la poderosa idea de “regresar a casa”. Entre los afroamericanos existe un poderoso sentimiento en la idea de reconectar con sus raíces africanas. Viajar al continente de origen de sus ancestros esclavizados supone un escape del racismo institucional y la epidemia de violencia policial. Que la naturaleza se vuelva en contra de ellos en ese momento, sugiere que no hay lugar seguro en el mundo.


Después de años de intentos, finalmente tenemos un eficaz vehículo de estrella para Idris Elba. El actor ha brillado en sólidas series de TV a ambos lados del Atlántico –véase la inglesa “Luther” (2010-2019) y la norteamericana “The Wire” (2002-2004)–. Su imponente físico sugiere un hombre de acción. Su capacidad actoral guarda reservas insospechadas de emotividad. Debería ser una estrella mayor, pero Hollywood nunca encontró un buen vehículo fílmico para él. Lo mejor que se le ocurrió fue empujarlo a engrosar las filas del Valhala en la franquicia abarrotada de “Thor”, mientras rumores intermitentes anuncian que podría ser el primer James Bond de raza negra. Quizás. Algún día. La pantalla grande nunca lo ha aprovechado, al menos, hasta ahora.

“Bestia” le ofrece, finalmente, un papel que concilia todas sus facetas. La película es ligera, pero él le da fuerza y gravedad.
También es un ejemplo soberbio de puesta en escena. El director islandés Baltasar Kormákur hace un trabajo ejemplar a la hora de orquestar acción y movimiento de cámara. Tome nota de la secuencia que sigue a los personajes durante la visita a una aldea arrasada por el león. O en el tercio final, los sobrevivientes encuentran refugio en una escuela abandonada. Buscando un botiquín de primeros auxilios, reconocemos la geografía del lugar. La información se vuelve crucial cuando minutos después, la bestia irrumpe por la puerta. Sabemos exactamente qué pasa, y adónde, gracias al reconocimiento previo. Suena como algo básico, pero es el tipo de referente narrativo que se desecha cada vez más en el cine comercial. Súmele la hermosa fotografía de Phillipe Rousselot y el resultado es una sólida pieza de entretenimiento, buena para acelerar el pulso y conmover un poco.

“Bestia”
(Beast)
Dirección: Baltasar Kormákur
Duración: 1 hora, 33 minutos
Clasificación: * * * (Buena)

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Juan Carlos Ampié

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