2 de agosto 2022
El sacerdote Uriel Vallejos, encargado de la parroquia Jesús de la Divina Misericordia en Sébaco, junto a seis feligreses se mantienen cercados por la Policía Nacional, desde la tarde del pasado lunes 1 de agosto. La casa cural, donde se encuentran refugiados, está completamente rodeada por antimotines, que durante la noche del lunes asaltaron con violencia radio Radio Católica, una de las siete emisoras cerradas por el régimen orteguista.
Vallejos, quien exhortó al pueblo católico de Sébaco “a no dejarlo solo ante la ferocidad policial”, aseguró poco después de la 1:00 p.m. de este martes 2 de agosto, que aún siguen “custodiados”. “Solo nos queda pedir fuerza al Señor. Gracias por sus oraciones. No me dejen solo. La virgen de Fátima nos está acompañando”, expresó el religioso acompañado de una fotografía suya, a través de su cuenta de Twitter.
Los antimotines se han apoderado del lugar. Son más de 70 efectivos que se pasean por la capilla Niño Jesús de Praga, afuera de la Iglesia, y en las instalaciones del Colegio San Luis Gonzaga, del que el párroco también es director. Desde muy temprano, el sacerdote anunció la suspensión de clases hasta nuevo aviso debido al asedio policial.
Continuamos custodiado, aca estamos ; solo nos queda pedir fuerza al Señor. Gracias por sus oraciones.
No me dejen solo!. La Virgen de Fátima nos está acompañando.
Hay muchos antimotines dentro de la capilla,fuera y en el colegio.
Fuerza a todos!. pic.twitter.com/HeoubyYnyi— Pbro Uriel Vallejos (@pbrourielv) August 2, 2022
El grupo de católicos junto al sacerdote vivieron momentos de terror durante la noche de este lunes, especialmente, entre las 11:00 de la noche y las 2:00 de la madrugada, cuando los oficiales forcejearon la puerta para acceder a la casa cural, pero no lo lograron. “Ellos quieren acceder a donde yo estoy”, dijo el religioso este martes en una entrevista a Diócesis Media- TV Merced, medio de comunicación de la Diócesis de Matagalpa.
El padre resiste con sus feligreses a sabiendas que existe un riesgo de apresarlo. “Estamos esperando. No se porque no se mueven. ¿Cuál es el fin? será que me quieren meter preso. Aquí estamos”, sostuvo.
Mientras, el grupo bajo asedio se ha mantenido a oscuras porque cortaron el fluido de energía eléctrica y se han alimentado con galletas, jugos y manzanas porque no pueden acceder a la cocina, ya que el movimiento sería aprovechado por la Policía para ingresar a la casa cural, donde han estado protegidos. “Estamos a la buena de Dios, con el Señor que nos de fuerza en estos momentos tan difíciles, pero no renegamos de la cruz, porque es una cruz que tenemos que asumirla con mucha valentía y llevarla”, expresó el sacerdote.
Policía arrasa con templo católico
Vallejos denunció que los policías han utilizado el predio de la sacristía para bañarse en grupos de 15 y confirmó que afuera de la iglesia permanece un bus, donde trasladaron más refuerzos desde la noche de este lunes, cuando los oficiales cargaron contra la feligresía que llegó acuerpar al sacerdote, lanzando bombas lacrimógenas, y agrediéndolos físicamente, según videos compartidos por los mismos habitantes de Sébaco en redes sociales.
El sacerdote agradeció la valentía del pueblo y confirmó que hubo detenidos y heridos. La cacería de pobladores inició luego que la Policía se tomó el templo católico y el colegio. Las detenciones fueron exprés y focalizados en los jóvenes que integran los grupos parroquiales y asistieron al llamado de auxilio del sacerdote.
La información que maneja el sacerdote es que algunos fueron liberados, pero otros aún están detenidos. No se precisa cifras. El monitoreo Azul y Blanco corroboró tres detenciones y las tres personas están libres.
El sacerdote afirmó en la entrevista a TV-Merced que, antes que la Policía ingresara al templo, lograron sacar los equipos del canal y la radio católica. “Ese es el enojo que ellos tienen porque no encontraron nada”, expresó.
El padre fue informado que los policías irrumpieron en el colegio, en su oficina, en la administración y rompieron las cámaras del centro de estudios. En la iglesia también se llevaron todos los equipos de sonido. “Han robado todo lo que han encontrado allí; es condenable”, lamentó el sacerdote.
Agregó que la actuación violenta por parte de la Policía es "incomprensible" y dijo que "se están echando al pueblo encima" que defendió lo que ellos mismos han dado a la Iglesia.
"Esto crea mucha rabia, mucha violencia, y no podemos nosotros contrarrestar todas estas realidades con violencia porque lo han hecho de una forma drástica, la forma como han llegado a la oficina, la forma de actuar no es de lo que ellos predican -en referencia al Gobierno-. Es una dicotomía lo que predican y lo que hacen. Esperamos que reflexionen muy bien, y que esto se resuelva lo más pronto posible porque el pueblo está sufriendo muchísimo, muchísimo”. expresó a TV-Merced.
Violencia tras cierre de siete emisoras
Este lunes, el régimen orteguista, a través del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), ordenó el cierre de siete emisoras católicas, como parte de la agudización de la persecución y asedio del Gobierno contra la Iglesia.
Las emisoras pertenecen a la diócesis de Matagalpa, que dirige el obispo Rolando Álvarez, uno de los más fuertes críticos del presidente Daniel Ortega.
El obispo Álvarez retó este lunes a las autoridades de Telcor a demostrar públicamente quién tiene la razón en cuanto a la legalidad o no de las radios católicas.
Meses anteriores, Telcor también sacó de la programación de cable a tres canales católicos. Las emisoras afectadas son Radio Hermanos, Radio Nuestra Señora de Lourdes, Radio Nuestra Señora de Fátima, Radio Monte Carmelo, Radio San José, Radio Católica, y Radio Santa Lucía, administradas por la diócesis de Matagalpa.
Las relaciones entre los sandinistas y la Iglesia católica de Nicaragua han estado marcadas por roces y desconfianzas en los últimos 43 años.
El presidente Ortega ha tildado de "terroristas" a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional con el que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país desde abril de 2018.