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La crónica del enésimo discurso de un Daniel Ortega “atrapado en el tiempo”

Cuarenta minutos de divagaciones y sus últimos cinco discursos del 19 de julio, confirman que el “gobernante ausente” también está “desconectado”

Daniel Ortega y Rosario Murillo junto a su invitado internacional más importante durante el acto del 19 de julio, el primer ministro de San Vicente y Las Granadinas, Ralph Gonsalves, el "tío Ralph" como lo llamó Rosario Murillo. Foto: Confidencial | Tomada del Gobierno.

Redacción Confidencial

24 de julio 2022

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Un discurso de cuarenta minutos, repleto de divagaciones históricas –en el acto oficial por el 43 aniversario del triunfo de Nicaragua contra la dictadura somocista, este 19 de julio– no alcanzó a Daniel Ortega para referirse al hecho histórico que convocó a un reducido número de sus operadores y simpatizantes, en un acto que él y su vicepresidenta, vocera y esposa, Rosario Murillo, han reducido a un teatro partidario.

Aislado de la comunidad internacional democrática, que no reconoce su cuarto mandato consecutivo tras unas votaciones sin competencia –después de encarcelar a siete precandidatos presidenciales de la oposición y decenas de líderes políticos y sociales–, la pareja dictatorial encabezó otro acto del 19 de julio, que Murillo “amenizó” con sus versos y bailes al ritmo de cumbia, chinamo y propaganda, mientras algunos de los principales héroes de aquella gesta están encarcelados o exiliados por su régimen, que se entroniza como una nueva dictadura familiar en Nicaragua.

En los cuarenta minutos de su intervención, Ortega dio una charla de desvaríos históricos sobre independencia versus imperialismo a su invitado estelar: el primer ministro de San Vicente y Las Granadinas, Ralph Gonsalves.

La “clase de historia” repasó la carrera armamentística de Estados Unidos y las bombas contra Hiroshima y Nagasaki, la conquista española, la revolución de Haití, y el interés de EE. UU. para construir un canal interoceánico en el Río San Juan. También repitió la intervención del filibustero estadounidense William Walker y la lucha antiimperialista de Augusto C. Sandino.


Al borde de las diez de la noche, Ortega terminó su discurso de forma abrupta y sin mencionar el acontecimiento histórico que los reunió.

“Desconectado del mundo”

La comandante guerrillera Mónica Baltodano, quien participó en la insurrección contra la dictadura somocista y ha publicado cuatro volúmenes sobre las memorias de la lucha sandinista, afirma que Ortega está “desconectado” de la realidad y por eso volvió a celebrar “en soledad” y con un discurso “aburrido y sin contenido” esta histórica fecha, que ella pasó en Costa Rica, donde es una de los más de 100 000 nicaragüenses exiliados en los últimos años debido a la persecución política contra quienes critican o no simpatizan con el orteguismo. 

“Ortega, que como característica tenía el contacto con sus bases, con los sectores populares, que hacía alardes entrando a los actos en medio de la multitud, una vez a caballo, a veces a pie o en caravana de vehículos, se le vio desconectado de la gente. Se le ve aterrorizado, no puede ocultar que muere de miedo”, detalló Baltodano en una entrevista con el sitio Despacho 505. 

En un reportaje de CONFIDENCIAL, que analizó por qué Ortega no ha convocado desde 2020 a un acto de masas para conmemorar el 19 de julio, Baltodano opinó que Ortega demuestra así que “tiene terror” y por eso “solo se presenta en escenarios cerrados con grupos donde la gente está sentada”. 

Daniel Ortega y Rosario Murillo durante el concierto en el acto de celebración del 19 de julio. Foto: Confidencial | Tomada del Gobierno.

“Atrapado en el tiempo”

El exdiputado opositor y analista político, Eliseo Núñez, opina que los discursos de Ortega muestran que “es un personaje anacrónico”, que recurre a “contar viejas historias” porque “se quedó atrapado en los años ochenta”, cuando gobernó por primera vez tras el triunfo de la insurrección contra el somocismo.

“Su única referencia es haber derrotado a la dictadura de Somoza y entonces vemos que constantemente se retrotrae a esa revolución sandinista de la que formó parte algún día, porque sabe que mucha gente en aquel tiempo, tanto nacional como internacionalmente, creyó en esa revolución”, valora. 

Según Núñez, los discursos de Ortega son monotemáticos porque “los vende como antiimperialistas y quiere hacer creer que su lucha es acabar con la hegemonía norteamericana y europea”. 

Núñez coincide con Baltodano en que el mandatario “lució desconectado” y agrega que “pareciera que no sabe en qué día estaba”. 

“Eso es algo recurrente en sus discursos. Sale hablando de otra cosa cuando la coyuntura es otra. Lo vimos en su primer discurso tras la pandemia de covid-19, donde no logró evidenciar el problema de ninguna manera”, criticó el opositor.

Núñez afirma que Ortega siempre se ha caracterizado por “confundir fechas”, “contar la historia a su conveniencia” y “tener discursos largos y aburridos”. 

“En los años ochenta era igual. Él daba los discursos retóricos y aburridos, mientras los temas económicos los hablaba Dionisio Marenco (q.e.p.d) y Sergio Ramírez (exiliado tras amenaza de cárcel); y los discursos militares los hacían Humberto Ortega (crítico de su hermano) y Tomás Borge (también fallecido)”. Ahora todo el peso recae sobre Rosario Murillo, que es quien gobierna en sus prolongadas ausencias”, asegura Núñez.

159 discursos en cuatro años y medio

De enero de 2018 a julio de 2022, Daniel Ortega ha tenido 159 comparecencias públicas, que incluyen 94 actos oficiales de Estado, que en su mayoría son desfiles y actividades festivas de la Policía Nacional y el Ejército de Nicaragua, y 50 conmemoraciones partidarias del Frente Sandinista, entre estas: el aniversario de la Revolución, la muerte y el natalicio de Sandino, Carlos Fonseca y Tomás Borge, y la Cruzada Nacional de Alfabetización. 

De esas 159 comparecencias pocas son mensajes a la nación por temas de coyuntura, a pesar de que todas son retransmitidas en una obligatoria cadena de radio y televisión, según un análisis de datos de CONFIDENCIAL, con la transcripción de los 159 discursos publicados en el diario oficialista El 19 Digital. De hecho, él único mensaje a la nación en estos cuatro años y medio fue en abril de 2020, cuando apareció casi un mes después de la confirmación del primer caso de covid-19 en Nicaragua y minimizó el impacto de la pandemia.

En cambio, sus intervenciones se concentran en la queja contra “el imperialismo yanqui” al que responsabiliza por el supuesto “intento fallido de golpe de Estado”, como se refiere su régimen a las protestas ciudadanas de 2018.

Daniel Ortega junto al alto mando del Ejército de Nicaragua durante el acto del 19 de julio. Foto: Confidencial | Tomada del Gobierno.

Los últimos cinco 19 de julio

En los últimos cinco años, el acto en conmemoración del triunfo de la insurrección contra la dictadura somocista en 1979, ha pasado de un teatro partidario que convocaba a simpatizantes del FSLN en un acto masivo a una fiesta privada en la que el número de sillas dispuestas por Murillo –maestra de la ceremonia partidaria– no pasa del millar.

En 2018, los simpatizantes del Frente Sandinista fueron convocados a la Plaza de la Fe en una acción triunfalista tras la sangrienta “Operación Limpieza”, con la que policías y paramilitares eliminaron las barricadas levantadas por la población durante las protestas de aquel año. Ortega y Murillo llegaron a la plaza a bordo de uno de sus blindados Mercedes Benz y avanzaron entre la multitud mientras sonaba la letra cumbiera “Aunque te duela, Daniel se queda”

En 2019, Ortega volvió a aparecer a bordo de su vehículo y avanzó rodeado de una cadena de policías y su brigada de seguridad personal. A aquel acto, sin embargo, ya no asistió ningún jefe de Estado democrático, y los invitados estelares fueron el desconocido Anatoli Bibilov, jefe de Gobierno de Osetia del Sur, pastores evangélicos de ultraderechista y algunos cancilleres.

“Antes venían presidentes y expresidentes como Martín Torrijos o Vinicio Cerezo. La premio nobel de la paz Rigoberta Menchú. Personajes que hoy brillan por su ausencia”, opinó entonces, el académico Carlos Tünnermann

“Un discurso lejanísimo”

En noviembre de 2021, el escritor nicaragüense en el exilio Sergio Ramírez, quien fue vicepresidente del primer Gobierno de Ortega en los ochenta, afirmó que la figura de Ortega no tiene nada que ver con la revolución sandinista, sino que es parte de un discurso creado para hacerse de “un poder personal”. 

“Ortega comienza a convertirse en caudillo cuando perdemos las elecciones de 1990 y las gana Violeta Barrios de Chamorro, se queda solo y comienza a construir el poder a través de él, es un poder personal y que no tiene nada que ver con la revolución, la revolución ha muerto, olvidémoslo”, señaló el escritor durante la presentación de su novela “Tongolele no sabía bailar”.

Agregó que Ortega ha logrado “zurcir” los restos de la revolución sandinista de 1979 para erigirse como el caudillo, con un viejo discurso que no conecta con los electores más jóvenes, que son quienes apoyaron las protestas de 2018. 

“Él comienza a revivir la revolución en la memoria con un viejo discurso” que “los jóvenes no entienden”, dijo Ramírez. El escritor agregó que “el 70% de la población tiene menos de 30 años de edad, muchos de los que debieron votar en estas elecciones (de 2021) nacieron en este siglo, de manera que el discurso de Ortega es lejanísimo”, resumió.

La escritora nicaragüense, Gioconda Belli, quien se encuentra en el exilio, apuntó que Ortega "es un hombre sin imaginación, sin conexión con la realidad de su gente a la que jamás menciona".

"Su discurso sigue siendo el mismo cansón que repite la única parte de la historia de Nicaragua que aprendió en secundaria", sentenció Belli.

“Un discurso para sus bases”

El economista Enrique Sáenz valoró en un video publicado en sus redes sociales que lo que hizo Ortega este año fue recitar “sus cantaletas de siempre”. 

“No sé si Ortega inventa sus historietas o sabe que son inventos, pero lo que no sé es si alguien se lo cree (…) porque habló hasta del canal interoceánico, de Vanderbilt, la fiebre del oro, (…) y se llenó la boca hablando de los vendepatrias, pero lo que no habló es que entregó la concesión canalera al especulador económico Wang Jing”, sostuvo Sáenz. 

En julio de 2019, la ahora presa política por órdenes de Ortega y Murillo, Dora María Téllez, afirmó que los discursos de Ortega buscaban “animar a su base partidaria” cuando flaquea su popularidad y hasta sus seguidores más leales. 

“Es un régimen que está en agonía, que ya no resolvió sus factores de poder, y no fue capaz de componer nada de los elementos que le permitían estar en el poder. Se le ha erosionado su base leal”, sentenció.

Daniel Ortega en risas con su invitado estelar del 19 de julio, el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves. Foto: Confidencial | Tomada de la Presidencia.

Celebración privada

Bajo el argumento de la pandemia de covid-19, en 2020, el gobernante Frente Sandinista, controlado por la pareja de Daniel Ortega y Rosario Murillo, trasladó el acto anual en conmemoración del 19 de julio a la pequeña Plaza de la Revolución, a la cual solamente ingresaron personas invitadas. El resto de simpatizantes ni siquiera logró acercarse al evento, cercado por una valla metálica, policías y agentes de seguridad. 

Aquel año, Ortega apareció por primera vez usando mascarilla y centró su discurso en la pandemia, que siguió minimizando. El caudillo estuvo acompañado de sus operadores, funcionarios y miembros seleccionados de la Juventud Sandinista. Su discurso también incluyó un repaso por la historia de Nicaragua y el “imperialismo” para enfatizar que se debe tener cuidado con “los embajadores yanquis”. 

En 2021, Ortega celebró el 41 aniversario de la Revolución aún más aislado. El único invitado internacional fue el canciller de Abjasia, que solo es reconocida por cuatro naciones. Ortega repitió su descripción histórica contra el “imperialismo”, y destacó la lealtad de la Policía y el Ejército.

En 2022, por tercer año consecutivo, el régimen repitió la celebración con un acto privado y, ante la ausencia de líderes políticos internacionales que lo respalden a cuatro años de violación de derechos humanos y represión, ejecutó un concierto que sirvieron de telón a los discursos de Rosario Murillo, el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, y el suyo.

*En una primera versión de este reporte, se mencionó que el general en retiro, Humberto Ortega, residía en Costa Rica, pero él envió un comunicado aclarando su situación. "Mi residencia permanente, siempre ha sido acá en Managua, en el kilómetro 11 carretera a Masaya, y desde el 2017 hasta hoy, solamente hice un viaje al exterior, a finales 2019. Posteriormente no he vuelto a viajar fuera de mi patria y continúo en mis labores conocidas de siempre" , señala parte del comunicado. 


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Redacción Confidencial

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Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

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