15 de julio 2022
Los familiares del preso político José Antonio Peraza, condenado por delitos considerados "traición a la patria", expresaron este viernes 15 de julio su temor por la vida de este porque sufre un deterioro físico "evidente".
Karol Peraza, hermana del preso político, "denunció que teme mucho por la vida de su hermano, quien antes de ser capturado pesaba 210 libras y era fuerte y atlético", informó el organismo Sé Humano Nicaragua, compuesto por colegas y amigos de los presos políticos.
Junto a la denuncia de Peraza, Sé humano Nicaragua mostró una imagen dibujada del rostro del opositor, que lo muestra deteriorado.
Peraza, un politólogo de profesión, era dirigente de la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) cuando fue capturado en julio de 2021, en medio de una ola de arrestos registrados meses antes de las elecciones generales de noviembre de ese año, y en febrero pasado fue declarado culpable del delito de menoscabo a la integridad nacional en perjuicio del Estado de Nicaragua y condenado a 10 años de prisión.
Según el Mecanismo para el reconocimiento de personas presas por motivos políticos en Nicaragua, cuyos datos son avalados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en el país hay 190 casos similares al de Peraza.
Entre los presos políticos se encuentran siete que habían anunciado sus aspiraciones de competir por la Presidencia en las elecciones de noviembre pasado, en las que finalmente Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, se reeligieron en unas votaciones sin competencia política y en las predominó la abstención.
Un desgaste físico y mental
En junio pasado, luego de la última visita que recibieron los presos políticos en la cárcel El Chipote, el Mecanismo denunció que al menos 44 presos políticos sufren enfermedades asociadas a padecimientos cardiacos y del sistema circulatorio. “Algunos han sufrido infartos o preinfartos y están en una condición de alto riesgo”, alertaron.
El organismo también advirtió que los presos políticos Peraza, María Esperanza Sánchez y Pedro Vásquez; eran tres casos que ilustraban el desgaste físico y mental al que el régimen somete a los reos de conciencia, privándolos de atención médica oportuna y especializada, mientras aplica una política de hermetismo que incluye no informar a los familiares cuando estos se enferman.
“La falta de atención médica oportuna ha llevado, por un lado, al incremento de los casos de hospitalización en la población de presas y presos políticos, así como la aparición y empeoramiento de enfermedades crónicas”, alertó el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas, en su informe de mayo.
También una fuente cercana a la familia de Peraza dijo entonces que el politólogo sufre desnutrición, problemas en la piel y recurrente infección renal. A casi un año de su apresamiento —el 26 de julio de 2021—, el hombre que ingresó a la cárcel sin ninguna dolencia o enfermedad, tiene múltiples problemas de salud.
Familiares de los presos políticos aseguran que los alimentos que le proporcionan en prisión no garantizan los suficientes nutrientes para su cuerpo y las condiciones son “insalubres”. No recibe la atención médica requerida y las medicinas no son apropiadas. Por eso es que los padecimientos persisten durante meses, como ha ocurrido con las enfermedades dermatológicas. La desnutrición ha hecho mella en su cuerpo.