15 de julio 2022
Desde 2018, en sus homilías, monseñor José Leonardo Urbina Rodríguez, sacerdote de la parroquia del Perpetuo Socorro, de Boaco, pidió por la liberación de los presos políticos, oró por una Nicaragua en libertad y se solidarizó con los ciudadanos que protestaban contra el Gobierno, detallaron religiosos, excarcelados y feligreses católicos de esa ciudad. “Por eso el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo lo tenía fichado, pues saben que de alguna manera apoyó la lucha azul y blanco”, afirmó un ciudadano que participó en las protestas.
“Monseñor Leonardo Urbina es muy querido, muestra de eso es que la gente salió a las calles a protestar y exigir su libertad perdiendo el miedo, hoy en todas las calles de la ciudad se hablaba de la injusticia que se está cometiendo porque se sabe que quienes lo acusan son fichas del régimen sandinista”, comentó un feligrés que trabajó de cerca con el también vicario de la zona pastoral de Boaco, que desde el 13 de julio está en prisión y enfrenta un juicio acusado de la supuesta violación de una adolescente de 14 años.
Para Jaime Ampié, un exreo político de Boaco que estuvo encerrado desde el 30 de mayo de 2018 hasta el 20 de mayo de 2019, la presencia —en la audiencias judicial en Managua— de varios sandinistas como “testigos o acompañantes” de la familia de la supuesta víctima, muestra de que este es “un juicio político”.
“La señora Reyna Oporta, concejal sandinista, quien fue testigo en el juicio en contra mía, que incluso llorando me señaló de haberme visto disparar, mintiendo a todas luces en un juicio político, ahora fue llevada a ser parte de otro linchamiento sandinista, pero ahora en contra de monseñor Leonardo Urbina”, aseguró el excarcelado político.
El feligrés, que por temor a represalias pidió el anonimato, insistió que “el FSLN ha desatado una persecución en función de callar a nuestros pastores y prepararse para un proceso en el que no haya ninguna voz en contra de ellos”.
“Saben que los sacerdotes en Nicaragua son unas voces escuchadas y respetadas por el pueblo y son un enlace fuerte en las comunidades, por eso quieren intimidarlos”, explicó.
Desde la Iglesia de Boaco lo defienden
El sacerdote Allan Paizano, de la parroquia Santiago Apóstol de Boaco, abogó por la oración tras la “conmoción” que causó la noticia de la detención de monseñor Urbina, y sostuvo que “provoca tristeza el estado de indefensión en el que nos encontramos los nicaragüenses, en donde no se nos pregunte, donde no se nos juzgue por ser inocentes o culpables, sino que se nos declara culpables por ser sacerdote”.
“Si nos llaman terroristas, si nos llaman golpistas, si nos llaman asesinos, que nos insulten, pero nosotros no lo somos. Lo importante es que Dios sepa que no lo somos”, manifestó en un programa transmitido por Radio Católica de Boaco, en referencia a los ataques de Ortega y de los simpatizantes del régimen que han usado esos calificativos contra los sacerdotes cuando alzaron la voz contra la represión y masacre que dejó más de 325 asesinados entre abril y septiembre de 2018.
En su mensaje, insistió en que las leyes de Nicaragua indican que se debe presumir la inocencia de todo ciudadano “que puede ser juzgado”.
“Todos somos iguales ante la ley, si se me acusa comparezco ante la ley, para que demuestren mi culpabilidad. La pregunta es ¿en ese juicio me voy a encontrar un tribunal independiente e imparcial en este país?”, cuestionó.
El religioso insistió que “el problema no es que se nos acuse, porque nunca vamos alegar irresponsabilidad, nunca vamos a alegar inmunidad, nunca vamos alegar impunidad, pero sí como ciudadanos tenemos derechos (…) y podemos hacer notar las injusticias”.
Paizano dijo que monseñor Urbina, de 51 años, “no pelea con nadie, es una persona llevadera, siempre ha sido muy amable” y por eso “duele en lo más profundo verlo humillado, esposado, como un delincuente”.
Cuestionó que el vicario de la zona pastoral de Boaco apareciera siendo juzgado en Managua cuando es de Boaco, y recordó que, como lo establecen las leyes, tiene derecho a una defensa y en su lugar “se le nombró una defensora por parte del mismo sistema”.
“A nosotros no nos han dicho: 'miren, búsquenle un abogado'”, lamentó.
Urbina se convirtió en el segundo religioso detenido por el régimen Ortega-Murillo. El sacerdote Manuel Salvador García Rodríguez, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno —también conocida como El Calvario—, de Nandaime, Granada, fue condenado el pasado 22 de junio a dos años de prisión por el supuesto delito de amenazas con arma blanca a cinco personas y una multa de 14 116 córdobas o 200 días multas.
El religioso fue trasladado al Sistema Penitenciario de Granada, donde permanecerá en prisión, según establece el fallo judicial, que lo sentenció después que la noche del pasado 30 de mayo, salió al atrio de la iglesia con un machete en mano en actitud defensiva ante un grupo de pobladores que le gritaban improperios como “asesino”.
Desde su arresto, el pasado 2 de junio, se conoció que era acusado por “violencia física en concurso ideal de violencia psicológica” contra Martha Candelaria Rivas Hernández, la supuesta víctima, a quien el régimen también condenó después de que se negó a firmar la denuncia por la supuesta agresión intencional.
Diócesis de Granada: “Nos ponemos en nombre del Señor”
El Consejo Presbiteral de la Diócesis de Granada, que también atiende a Boaco, presidida por monseñor Jorge Solórzano, instó a través de un mensaje “a no dejarse llevar por el desaliento, ni perder la esperanza”.
“Damos gracias a Dios por las oraciones, el cariño y la solidaridad de ustedes en estos tiempos difíciles, su compasión nos une en el sufrimiento que nos causa el encarcelamiento de los padres Manuel de Salvador García y monseñor Leonardo Urbina, con ellos nos ponemos todos en las manos del Señor”, detalla el mensaje.
+++ Mensaje del Consejo Presbiteral de nuestra Diócesis de Granada en comunión con nuestro Obispo y Pastor Mons. Jorge Solórzano Pérez: pic.twitter.com/dGOXacDLAd
— Diócesis de Granada (@DiocGranada) July 14, 2022
Invitaron a que todas las parroquias se realicen “jornadas diarias de oración implorando al Señor, la virtud de una firme certeza de que, el camino del amor, el perdón y la misericordia, harán posible a la reconciliación plena del pueblo de Dios”.
“Sacerdotes y fieles, tengamos presente en la celebración eucarística de cada día, rogativas por la fortaleza espiritual de los padres Manuel Salvador García y monseñor Leonardo Urbina, con los cuales está siempre nuestro amor fraterno”, agrega el texto.