14 de julio 2022
Cada año en Nicaragua, desde el 2018 a la actualidad, se recuerdan aquellas fechas que resaltan los hechos atroces de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo en contra de la población civil que se manifestaba cívicamente. Son días de luto y memoria, se revive el dolor que la maldad del Frente Sandinista y sus caudillos ha causado en miles de familias nicaragüenses, por ejemplo la masacre del Día de las Madres en el mes de mayo, las criminales operaciones limpieza en diversos departamentos del país, las muertes de la familia calcinada en su casa del Barrio Carlos Marx a manos de operadores del Gobierno, entre otras. Son ocasión de tristeza profunda para gran parte de la población nacional y de reflexión sobre los crímenes que este gobierno autoritario ha cometido abiertamente.
La comunidad universitaria se suma al dolor del resto de la población víctima de la dictadura y opositora de misma, al recordar acontecimientos traumáticos relacionados con los ataques a la población de estudiantes de la educación superior, con fechas como el 19 de abril cuando se hizo evidente el despertar de la fuerza estudiantil contra el Gobierno y el inicio de la represión masiva y letal por parte de la dictadura, empezando a contabilizar los asesinatos de jóvenes estudiantes. El resto del mes de abril con los ataques a universidades estatales como la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), Universidad Nacional Agraria (UNA) y la histórica resistencia de la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI), misma que por su simbolismo en contra de la dictadura fue confiscada por el gobierno y cambiada de nombre, en un desesperado intento por borrar la historia.
El 13 de julio de 2018 las fuerzas policiales y paramilitares al servicio del Frente Sandinista, procedieron bajo el uso de extrema violencia armada, con el desalojo de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN Managua), la cual se encontraba tomada en protesta pacífica por estudiantes. Dos estudiantes resultaron asesinados por dicha intervención concretada gracias al contubernio entre la dictadura de Ortega y Murillo, y las autoridades universitarias de dicha casa de estudios, mismas que también responden a las órdenes del partido político en el poder (FSLN).
Gerald Vásquez y Francisco Flores, los estudiantes de la UNAN Managua asesinados por las fuerzas armadas regulares y paramilitares del régimen autoritario en el poder político, marcaron en las memorias y corazones de miles de personas, un capítulo más de dolor a la historia de nuestro país y de la educación superior nicaragüense.
La población librepensante, opositora, estudiantil y con valores contrarios a los de la dictadura criminal de Nicaragua, reconocen en el 13 de julio una fecha simbólica de resistencia cívica desde la población universitaria. Como es de esperarse, pasa todo lo contrario en las esferas cobardes de la dictadura.
Las autoridades de la UNAN Managua que desde el 19 de abril de 2018 manifestaron su respaldo absoluto a Daniel Ortega y Rosario Murillo, han convertido del 13 de julio una absurda festividad con la que han pretendido opacar lo que esta fecha realmente significa para Nicaragua. Bajo el título “Día de la de la Dignidad y la Alegría Universitaria” y con su característica indolencia, el régimen mediante sus tentáculos dentro de la universidad, se sacó debajo de la manga una perversa efeméride construida sobre el dolor de las familias de los asesinados.
En evidente cinismo, la UNAN Managua publicó en sus redes oficiales el 13 de julio de este año, el siguiente párrafo: "La comunidad universitaria conmemora la recuperación de las instalaciones del Recinto Universitario Rubén Darío, que había sido secuestrado, saqueado y destruido por grupos delincuenciales durante el intento de golpe de Estado en el año 2018".
Como una tiranía sangrienta, el Frente Sandinista con sus dictadores, viola sistemáticamente los derechos humanos, infunde temor y presume su crueldad aferrándose al poder, mientras en su permanencia asegura que las casas de educación superior y el Consejo Nacional de Universidades tenga micro dictaduras a su servicio, posicionando nuevamente este 13 de julio, a Ramona Rodríguez como rectora de la UNAN Managua para un periodo más de los tantos que lleva en el mismo, acompañándose de Luis Alfredo Lobato como vicerrector, en pago a su servilismo.
Pero aun siendo expertos en borrar y maquillar la historia, no han logrado desaparecer la verdad, pues hay una población de jóvenes, estudiantes y ciudadanía organizada, dispuesta a construir la memoria histórica. El 13 de julio en Nicaragua es el recordatorio de uno más de los crímenes de Daniel Ortega y su séquito, y es además una conmemoración a la lucha estudiantil contra la dictadura.
¡Que vivan los estudiantes!