14 de julio 2022
El congelamiento de los precios del combustible y sus derivados, sostenido por el régimen orteguista por 14 semanas, esconde un “gigantesco fraude”, al mantener los sobreprecios que los nicaragüenses han pagado desde antes que Rusia invadiera Ucrania, y en consecuencia, se disparara el precio internacional del petróleo con repercusiones mundiales, explicó el economista, Enrique Sáenz.
El especialista aseguró con base en los datos del Comité de Cooperación de Hidrocarburos en América Central, que Nicaragua en comparación con El Salvador, durante la última semana de diciembre, registró una diferencia por galón de gasolina súper de 67 centavos de dólar y la regular era de 68 centavos. Para ese entonces, no había un conflicto bélico, que en efecto vino a sumar más sobreprecios.
“La única explicación es que se trata de precios fraudulentos, que imponen desde el poder económico y desde el poder político” y que se “traduce en sobreganancias para quienes están en el negocio: Ortega y sus compinches”, sostuvo.
En una entrevista con el programa Esta Noche, que se transmite por Youtube debido a la censura televisiva, Sáenz comentó que el subsidio a los combustibles tampoco detiene la tendencia alcista del precio de los alimentos, que golpea directamente a las familias nicaragüenses con un poder adquisitivo cada vez más mermado. “Existen otros factores que inciden en el incremento de la comida en el país”.
Según el Consejo Monetario Centroamericano la inflación interanual al mes de junio de 2022 se sitúa en 10.37% en el Índice de Precios al Consumidor, un resultado que es superior al 3.94% que se registró hace un año ¿Cuál es la causa del incremento de los precios y cómo impacta en la vida cotidiana de los nicaragüenses?
La tendencia al aumento de los precios era anterior a la invasión de Rusia a Ucrania, aunque se ha dado la leyenda que esta alza en los precios del combustible es consecuencia del aumento de los precios internacionales.
El año anterior se había registrado un aumento significativo de los precios, y hay que decir que esta medida de la inflación es relativamente engañosa porque contiene un conjunto de precios de distintos artículos, de distintos bienes y servicios, que de alguna forma mitigan o disminuyen la visualización del impacto que tiene realmente en la familia. Hay que contrastar la inflación con el aumento de los precios de la canasta básica y particularmente, con el aumento de los precios de los alimentos porque eso es lo que está más directamente relacionado con la inmensa mayoría de los nicaragüenses.
De acuerdo a los informes del Inide, el rubro de alimentos de la canasta básica aumentó en 15% en 2021, pero el ajuste del salario mínimo fue del 7%; es decir, ni la mitad. El ajuste para los trabajadores del Estado fue del 3%, la tercera parte del aumento solo de la comida y para los pensionados, el ajuste fue del 2%. En el caso de un pensionado mientras la pulpería, el queso, los frijoles y el arroz aumentaron en 15% el ajuste fue del 2%. En dos libras de queso para un jubilado se le fue la totalidad del ajuste correspondiente a 2021. En 2022 ese ritmo de crecimiento ha aumentado.
Ese aumento que usted menciona, citando al Inide, se traduce en qué los costos de alimentos de la canasta básica pasaron de 10 026 córdobas, en mayo de 2021, a 12 062 córdobas en mayo de 2022. ¿Qué opciones tienen los nicaragüenses, que según el mismo Inide, más del 60% de la población laboral está en desempleo y en subempleo?
Mientras Ortega se encuentre en el poder y siga aplicando las políticas fondomonetaristas que ha venido aplicando rígidamente como un fiel discípulo del Fondo Monetario (Internacional), simplemente no hay alternativa porque la consecuencia o la contracara de que aumenten los precios sin que aumenten los salarios es que el poder adquisitivo de la población, que tiene la suerte de tener un empleo y un ingreso, va disminuyendo. Cada vez comprás menos tortillas, menos frijoles, menos arroz, menos queso. Cada vez te empobreces más porque el poder adquisitivo de tu ingreso es menor.
El Gobierno ha justificado que el aumento de la carestía de la vida es consecuencia del conflicto bélico en Ucrania y las sanciones de Occidente contra Rusia, pero ¿esa es la razón principal o existen otras?
Lo primero es que los datos que di de 2021 fueron de enero de 2021 a diciembre de 2021, es decir, todavía estaba bastante lejos la agresión militar de Rusia a Ucrania. Nada tiene que ver ese costo, esa losa, que ya traen sobre su espalda la mayoría de la población nicaragüense. Es sobre esa losa del año pasado, porque esto es acumulativo, que se sobrepone el impacto del aumento de los precios del combustible y del aumento del componente importado del consumo de la población, lo cual genera una tendencia a que se acelere el aumento de los precios.
Este martes 12 de julio, la Asamblea Nacional aprobó un préstamo del BCIE por 200 millones de dólares para reducir el impacto del incremento de los precios de los combustibles que durante 14 semanas han mantenido congelados, pero los ciudadanos se quejan de que ese congelamiento de precios de los combustibles no se traduce en una reducción y ni siquiera a un congelamiento de los costos de productos de la canasta básica y por el contrario, continúan aumentando. ¿Cuáles son las razones?
Esto tiene, por lo menos, dos caras: la cara pública, que es la de la política oficial de congelamiento de los precios del combustible y una cara oculta, que es un gigantesco fraude que se esconde detrás de esta política de congelamiento.
El congelamiento de los precios del combustible no puede impedir el aumento de los precios de la canasta básica, porque hay otros factores que inciden en el aumento de la canasta básica. Por ejemplo, si los bancos como resultado del control oligopólico disminuyen las tasas de interés a los depositantes en córdobas y aumentan las tasas de interés a los deudores, eso es un factor que incide en el aumento de los precios, porque si un empresario que tiene una deuda, le aumentaron la tasa de interés a su crédito, lógicamente, que busca como trasladarlo al precio de los productos que vende o de los servicios que presta o busca cómo reducir personal.
Respecto al fraude gigantesco con el congelamiento de los precios del combustible, me tomé el trabajo de hacer una comparación con los precios sin impuestos en El Salvador —los precios sin impuestos miden cuál es el tamaño de la tajada con que se quedan los empresarios que están en el negocio del combustible— porque ambos países compran en el Golfo de México y tienen que pasar por el Canal de Panamá. Nicaragua tiene una capacidad de almacenamiento mayor que El Salvador y la economía salvadoreña no es mucho más grande que la de Nicaragua.
Tomé tres meses: diciembre de 2021; tres meses después, la primera semana de abril de 2022 y tres meses después, la primera semana de julio. ¿Qué indica esa comparación? que en la gasolina súper en la última semana de diciembre la diferencia de precio por galón en dólares con El Salvador era 67 centavos de dólar en la gasolina súper y en la gasolina regular era 68, ya eso no tiene explicación; la única explicación es que se trata de precios fraudulentos, que imponen desde el poder económico y desde el poder político porque cada nicaragüense paga ese sobreprecio que se traduce en sobreganancias para quienes están en el negocio, Ortega y sus compinches.
Pero qué ocurrió a abril, después de la la invasión de Rusia a Ucrania: la diferencia en la gasolina súper subió de 67 a 69 centavos y en la gasolina regular de 68 centavos a 72 centavos, como si en El Salvador no tiene los mismos efectos. En la primera semana de julio, tres meses después, la diferencia en el caso de la gasolina súper pasó a 72 centavos, y a 75 centavos de dólar por galón en el caso de la gasolina regular.
Para diciembre (2021) ya tenían un sobreprecio en comparación con El Salvador y con los otros países centroamericanos, pero no tuvieron contemplaciones, no tuvieron compasión para que en estos seis meses aumentaran los sobreprecios y aumentaran sus sobreganancias. ¿Cuál es la diferencia ahora? que esto va por debajo de la mesa. Primero se financiaban esa sobreganancia con el Presupuesto y entonces, eso iba por debajo de la mesa y ahora se lo van a financiar con el crédito del BCIE.
Este préstamo del BCIE coloca la deuda externa del país en un nivel récord. ¿Qué efectos se pueden esperar como consecuencia del aumento de la deuda externa, que al finalizar el 2021 alcanzó los 14 308 millones de dólares?
La deuda tiene una consecuencia directa con los frijoles y el arroz o el gallopinto que la gente se come o se deja de comer. Los que prestan a nivel internacional y los inversionistas internacionales siguen un conjunto de indicadores; hay empresas especializadas, las que se llaman calificadoras de riesgo, que siguen sistemáticamente un conjunto de indicadores que son los que toman en cuenta los inversionistas y los que otorgan créditos privados.
¿Qué ocurre cuando estas tasas aumentan la proporción con relación al producto interno bruto, la proporción con relación a la exportaciones…? El país aumenta el riesgo de pago y en consecuencia, los capitales que se prestan, por ejemplo, a bancos o a empresas se les aumenta la tasa de interés. Si una empresa grande de Nicaragua, una pasteurizadora, un matadero, consigue un crédito internacional a medida que aumenta la deuda tiene que pagar mayores intereses a nivel internacional. ¿Qué significa esto? que esos intereses los cargan sobre lo que venden, es decir sobre los consumidores. ¿Qué otra consecuencia tiene? en que se va perdiendo la capacidad de obtener estos créditos.
Las empresas tienen menos capacidad de atraer inversionistas, tienen menos capacidad de ampliar sus plantas y en consecuencia, tienen menos capacidad para generar empleo. La deuda externa creciente ya en las magnitudes en las que está tiene un impacto inmediato, que no se ve, pero se siente y a medida que va creciendo ese impacto va también creciendo en términos de empleo todo esto que estábamos hablando en términos de deterioro de los salarios, en términos del encarecimiento de los precios.