26 de junio 2022
Auxiliadora Ramos tiene trabajos temporales cada vez que puede. A la vez se hace cargo de sus dos hijas, de diez y seis años. Esta mujer, de 36 años, originaria de una comunidad rural de Diriamba, en el departamento de Carazo, se dedica la mayor parte del tiempo a la limpieza de casas, lavado de ropa, y planchado. También vende nacatamales y sopas los fines de semana. Pero cada vez siente que “el dinero se me va de las manos”.
“Prácticamente soy madre soltera, porque el papá de mis dos hijas no se hace cargo de nada, y solamente cuando se le antoja da algunos centavitos”, lamenta. Explica que con todo lo que hace logra reunir unos 6000 córdobas al mes para cubrir los gastos de alimentos, pago de servicios básicos, los gastos de la escuela de sus hijas y alguna emergencia.
“Todo está más caro cada día” se queja esta mujer, quien afirma que ha comprobado como “de un día al otro, muchas cosas suben de precio”.
“Uno puede ir al mercado con la bolsa llena de dinero, pero se regresa con las bolsas de comida prácticamente vacías”, insiste Ramos.
El precio de la canasta básica —conformada por 53 productos— ha aumentado 802.53 córdobas de enero a mayo de este año; al pasar de 16 529.99 córdobas, en enero, a 17 332.52 córdobas hasta mayo pasado, según datos oficiales del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide).
La canasta compuesta por 23 productos alimenticios, 15 gastos y artículos del hogar; además de 15 artículos de vestuario está calculada para una familia de cinco integrantes: dos adultos y tres menores de edad.
“Si hubiera más gente en mi casa, no podría ni siquiera cubrir la comida de todos los días”, detalla Ramos, para quien “siempre suben los precios, pero los salarios se estancan”.
Los 17 332.52 córdobas en los que se cotizaba la canasta básica nicaragüense en mayo pasado, significan un incremento de 2371.41 córdobas, en comparación a los 14 957.11 córdobas que costaba en mayo de 2021.
“Prácticamente ningún trabajador recibe un aumento salarial de más de 1000 córdobas de un año a otro, así que el golpe de los aumentos lo reciben los empleados con el mismo salario”, estima Ramos.
De acuerdo a un análisis de CONFIDENCIAL, el costo de la canasta básica de abril pasado superaba en más de 6600 córdobas al más alto de los diez salarios mínimos vigentes en Nicaragua, que es el que se paga a los trabajadores de la construcción, establecimientos financieros y seguros. La brecha se eleva hasta casi 12 500 córdobas, si se le compara con el más bajo de todos, que es el asignado al sector agropecuario.
“Cada día más pobres”
Para “Axel”, un maestro de Granada, que devenga un salario de aproximadamente 8000 córdobas, es difícil cubrir el costo de la canasta básica para una familia de seis integrantes.
“Cada mes, cuando hacemos las compras de la casa, nos damos cuenta que la mayoría de productos subió y nos vamos dando cuenta que cada día somos más pobres”, afirma.
Una de las primeras medidas de ahorro que aplicó para ahorrar dinero fue comprar todo en el mercado. “Toca buscar lo más barato, también en la calidad de ciertos productos”, comenta.
“Comprar carnes en un supermercado es un lujo que no nos podemos dar. Hay que buscar pollo, y en la carnicería del barrio o del mercado”, detalla.
La esposa de “Axel” se dedica a vender productos por catálogo para ayudarlo con el gasto familiar.
“No nos alcanza para comprarnos ropa, o para tomarnos una cerveza. Esas son cosas que evitamos casi siempre”, apunta.
“Trabajé toda mi vida para pasar hambre”
“Dentro de poco uno no tendrá dinero ni para comer”, asegura “Elvira”, de 72 años, quien vive desde hace 12 años con una pensión de poco más de 4500 córdobas.
Relata que ya sus hijos formaron sus propios hogares, pero vive con una nieta que se dedica a vender productos de ropa usada por Internet y su hija que trabaja en un restaurante de comida rápida.
“Entre las tres nos la ingeniamos para sobrevivir, pero si yo no las tuviera a ellas prácticamente no podría costear todo. Es increíble saber que yo trabajé toda mi vida hasta jubilarme para ahora pasar hambre, porque la comida es lo que más sube cada mes”, explica.
El experto en temas de consumidores, Rubén Ernesto Arriola, indicó en una reciente entrevista con el programa Esta Semana, que desde la Consultoría del Gestor al Consumidor enviaron una carta al Ministerio de Industria, Fomento y Comercio (Mific), en la que solicitaron dejar de gravar con impuesto la canasta básica.
“Con la reforma tributaria fueron gravados muchos ítems, incluyendo alimentos y productos de aseo, lo que hizo que su precio se elevara automáticamente, golpeando el poder adquisitivo de los consumidores”, subrayó.
La reforma tributaria aprobada por el régimen de Daniel Ortega entró en vigencia en marzo de 2019, casi un año después de las protestas sociales, y en ese entonces la canasta básica se cotizaba en 13 414.69 córdobas, unos 3917.83 córdobas menos del valor que alcanzó en mayo pasado.
Proyectan más pobreza
Carlos Mendieta, un trabajador de una zona franca en Masatepe, vive con su esposa y su niño de cinco años. Dice que ve difícil seguir costeando los aumentos que comprueba cada mes con el mismo salario.
Ir de compras, es un momento angustiante, porque “rara vez baja algo, si acaso algo mantiene su precio”.
“Estamos evitando comprar cosas en la venta, porque todo es más caro. Pero también nuestra dieta ha cambiado, ahora comemos más arroz, frijoles y queso. A veces pollo, a veces otra cosa, pero buscamos siempre lo más económico”, expresa.
Mendieta siente temor constante porque cualquier cosa puede desestabilizar su economía. Lo vivió con la pandemia de covid-19 que afectó a su esposa y a su mamá e implicó “muchos gastos”.
“En Nicaragua vivimos en una economía de subsistencia que cualquier gasto imprevisto viene a desbaratar tus finanzas cada quincena”, asegura.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) rebajó la previsión de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de Nicaragua, desde el 3.0% que calculaba al comenzar el año, hasta el 2.5% que señala en su reporte “Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?”, presentado el 6 de junio.
En el caso de Nicaragua, se traducirá en un aumento de la pobreza total, en dependencia del comportamiento del índice de precios al consumidor: según los cálculos de la Cepal, la pobreza total crecería del 45.3% observado al cierre de 2021, a afectar al 46.0% de los nicaragüenses —si la inflación se mantiene en el 8.74% medido al cierre del primer trimestre— o hasta el 46.8% de la población total, si sube otros dos puntos porcentuales más en el resto del año. Un escenario que elevaría aún más el costo de la vida para Auxiliadora, “Axel”, “Elvira” y Carlos, entre otros cientos de miles de nicaragüenses.