25 de junio 2022
La propuesta del presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), César Zamora, de “tender puentes de comunicación, y de entendimiento, y de generosidad… y sabernos perdonar”, confundió incluso a los integrantes del Consejo Directivo de esa entidad, que ofrecieron diversas interpretaciones a sus palabras.
El martes 21 de junio, de forma inesperada, Zamora ofreció a Noticias 12, lo que él mismo denominó como la primera entrevista que ofrecía a un medio de comunicación desde que llegó al cargo, aprovechando la ocasión para informar de la existencia de un mecanismo de comunicación entre las cámaras afiliadas al Cosep y el Gobierno, con la “facilitación” del Banco Centroamericano de Integración Económica, (BCIE).
Representantes de más de media docena de cámaras, se apresuraron a aclarar que, en los casos en que sí existían tales comunicaciones, era únicamente para hacer gestiones ante las oficinas de Gobierno, pero no para discutir temas políticos, a la vez que trataban de entender por qué Zamora habla de perdonar, cuando ni siquiera se ha hecho justicia.
“César habló de ‘perdonar’, pero perdón no significa olvido, y él nunca dijo que teníamos que olvidar”, dijo un miembro del Consejo Directivo, quien especificó que “el diálogo es un planteamiento que no se descarta. Lo que pasa es que se sataniza, porque el régimen lo está usando para ganar tiempo y ‘darnos vuelta’, pero el Cosep plantea un diálogo responsable, honesto, y en el que se cumplan los acuerdos. El diálogo no debe verse como una capitulación o como que alguien se vendió”, añadió.
Que ellos pidan perdón a los presos políticos
El presidente de una entidad gremial que apoya la actividad productiva definió que “como cristiano, tengo valores y principios, y he perdonado cuando he recibido ofensas, pero no me corresponde perdonar a quien tiene presos a nuestros dirigentes, amigos, compañeros de trabajo, empresarios que han dedicado su vida a producir. Si alguien los va a perdonar, serían los que están presos, pero primero deben dejarlos libres, para que tengan algo que perdonar”.
El empresario sostiene que los presos políticos -los del Cosep, y por extensión, todos los demás- están encerrados “sin haber cometido algún delito. No tienen por qué seguir en la cárcel, condenados en juicios injustos, y sufriendo la violación a sus derechos humanos. En vez de proponer perdón, Cosep debería estar pidiendo un marco justo de libre competencia, libertad, protección a los derechos humanos e institucionalidad, como dicen nuestros estatutos”, exigió.
El gerente de una cámara que presta servicios a las empresas, se mostró apesarado por “el papel que está jugando César, pero no considero que sea tan culpable: lo tienen entrampado, porque sus jefes lo obligan a hacer eso, y él debe hacerlo, aunque estoy seguro que recuerda que cuando Mike Healy pidió libertad para los presos políticos, se lo llevaron preso”, refirió.
Justicia, si no quieren más sanciones
Un economista que presta servicios a una cámara empresarial, opina que Zamora está “tratando de ver si crea puentes y posiciona al Cosep con un mensaje conciliador que busca una negociación. Por eso invoca el mismo mensaje desde diferentes ángulos, incluido el del perdón, aunque creo que él no está muy consciente de lo que eso significa, porque la justicia transicional plantea el perdón a través de un proceso que incluye la no repetición”.
Al incluir los intereses del régimen dentro de ese probable proceso, señaló que “lo neurálgico es buscar una negociación, y esta tiene que ser integral, si quieren que les quiten las sanciones. Al final, no creo que ese llamado vaya a tener ningún impacto. La dictadura seguirá igual, por lo menos hasta las ‘elecciones’ de noviembre”, pronosticó.
Por su parte, un profesional que presidió una cámara del sector servicios, considera que uno de los objetivos principales del mensaje de Zamora, es “generar condiciones para que se liberen a los presos, y quizás esto de mostrarse dispuesto a una negociación o un diálogo, sea una condición para flexibilizar su rígida postura en dirección a liberarlos”.
Otra posibilidad es que César “quizás se sienta presionado por su parentesco político con José Adán Aguerri, expresidente del Cosep. Sea como sea, es una situación complicada”, reconoció.
Por su parte, Manuel Rubio, presidente de la Cámara Nicaragüense de Tabacaleros, se limitó a responder que “no quiero opinar sobre algo de lo que no he oído nada, así que ni siquiera estoy enterado”.