5 de mayo 2022
El prestigioso diario estadounidense The New York Times reveló este jueves que, en marzo pasado, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a través de su hijo Laureano Ortega Murillo, "se acercó silenciosamente a Washington" para buscar un diálogo, según funcionarios y diplomáticos familiarizados con el acercamiento, aunque la reunión pactada nunca llegó a efectuarse.
"Un alto funcionario del Departamento de Estado de EE. UU. fue enviado a Managua para reunirse con Laureano Ortega en marzo, pero la reunión nunca se llevó a cabo porque los Ortega aparentemente se acobardaron", relata el texto firmado por la periodista María Abi-Habib.
El hijo de la pareja presidencial, según explicaron funcionarios estadounidenses al diario, "tenía como objetivo asegurar el alivio de las sanciones para la familia Ortega y su círculo íntimo a cambio de la liberación de los presos políticos, una prioridad para la Administración Biden".
La propuesta de reunión fue tomada por Washington como de "alto nivel", y "como una señal de que las autocracias de América Latina podrían estar reconsiderando su alianza con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ya que el Ejército de su país está empantanado en Ucrania y su economía devastada por las sanciones".
The New York Times explicó que la vocera y vicepresidenta Rosario Murillo no respondió a las preguntas sobre las conversaciones y como respuesta "envió correos electrónicos con consignas revolucionarias". "En el pasado ha denunciado las sanciones como agresiones imperiales", detalló la publicación.
Ellos gestionaron la reunión
La publicación titulada "La reservada familia gobernante de Nicaragua se acerca sigilosamente a EE. UU." mencionó que uno de los posibles motivos del encuentro es porque las sanciones "han golpeado duramente a la familia y a su círculo íntimo" porque muchos funcionarios y varios de los hijos del presidente, incluido Laureano, han sido sancionados por Washington y sus empresas han sido incluidas en la lista negra acusadas de lavar dinero para el régimen.
"El régimen gobernante de Nicaragua se encuentra en un estado financiero precario", señaló el texto de The New York Times.
El prestigioso diario consultó a Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), quien aseguró que fue informado sobre el acercamiento, poco antes de renunciar su cargo. "Rusia no puede darles dinero ahora y la billetera venezolana está cerrada", dijo.
"Los hijos del presidente (Ortega) no pueden vivir la vida cómoda a la que se han acostumbrado, mientras que el dinero necesario para pagar a los paramilitares progubernamentales o expandir la fuerza policial para manejar la creciente disidencia se reduce cada mes", declaró McFields.
No está claro el motivo
Un alto funcionario del Departamento de Estado dijo a The New York Times que no estaba claro si el acercamiento de Laureano Ortega se debió "a los temores de que el creciente aislamiento de Rusia afectaría al régimen de Ortega, que gran parte de América Latina considera cada vez más como un estado paria" o si fue producto de la presión y disidencia interna entre la familia y la "vieja guardia" sandinista.
"A medida que la familia aumenta su control sobre el Estado, los miembros de la vieja guardia están cada vez más en desacuerdo con la familia Ortega, incómodos con sus crecientes ambiciones dinásticas, y también se ven afectados por las sanciones de Washington", indicó el funcionario estadounidense bajo condición de anonimato.
El funcionario manifestó que si la familia Ortega Murillo está dispuesta a discutir la liberación de los presos políticos, "Washington se comprometerá", pero de lo contrario, "se está preparando para ejercer una presión adicional sobre el régimen con más sanciones".
"Laureano Ortega se acercó a Washington a través de un tercero, dijo el funcionario, pero se negó a hacer más comentarios", resaltó el texto.
Otra persona familiarizada con las conversaciones dijo que Ortega se acercó al Departamento de Estado a través del embajador de Nicaragua en Washington, Francisco Campbell Hooker. Sin embargo, cuando se contactó por teléfono al diplomático nicaragüense lo negó y dijo que no tenía conocimiento del asunto.