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Avena Quaker cierra procesadora en Nicaragua: 150 quedan desempleados

Empresa nica tenía que pagar más impuestos, electricidad más cara, e invertir en un clima de inseguridad, hasta que ya no pudo más

Iván Olivares

1 de mayo 2022

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La crisis logística global, aunada a los efectos perversos de la reforma tributaria de 2019 en Nicaragua; el deterioro del clima de negocios, y la inseguridad jurídica imperante en el país, se combinaron para obligar al cierre de la empresa Cereales de Centroamérica S.A. (Cersa), que envió al desempleo a unas 150 personas, según cuatro fuentes que hablaron con CONFIDENCIAL a condición de proteger sus identidades.

Cersa era una de las dos empresas centroamericanas que procesaban los granos de avena que le llegaban de Chile o Canadá, para surtir a El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá con productos de la marca Quaker, propiedad de PepsiCo, transnacional que es también propietaria de las marcas Pepsi, Doritos, Lays, Gatorade, Lipton, etc. La compañía cubre parte del mercado nortemericano, con otra planta que tiene en Guatemala.

Unos cuatro años antes que Cersa, sucumbió DASA, empresa que se dedicaba al transporte de la avena que se vendía en el mercado local. Un exempleado de Cersa, que perdió su trabajo cuando cerró la empresa, y pidió ser identificado como “Juan Carlos”, dijo que él y sus colegas atestiguaron el acoso que la Alcaldía de Managua, y el Ministerio de Salud (Minsa), aplicaron contra DASA, hasta que los dueños decidieron cerrarla.

“Llegaban para exigir que la compañía invirtiera en bodegas o en los patios, con la excusa de que era para mejorar la parte sanitaria, pero lo hacían para obligar a DASA a cerrar, que es lo que al final sucedió. Cersa seguía teniendo un contrato con la Quaker, así que ellos siguieron trabajando, ahora con un nuevo distribuidor”, refirió Juan Carlos.

La pesadilla de ser muy pequeño


Aunque Cersa pudo seguir trabajando para la transnacional, la crisis logística global, que fue resultado de la pandemia de covid - 19, puso a la empresa nicaragüense en una situación tal que la llevaría a la quiebra, cuando la falta de contenedores, el alza en el precio de los fletes, y el pequeño tamaño de la operación que se ejecutaba en Managua, mostró a los ejecutivos de PepsiCo, que era momento de hacer cambios.

El ejecutivo de una empresa agroalimentaria nacional, que pidió ser identificado como “Javier”, explica cómo se desmoronó la compleja cadena logística global, producto de las crisis mundiales de los últimos años, (el covid - 19; la guerra en Ucrania, el cierre del puerto chino de Shanghái, a lo que suma el tiempo que el buque portacontenedores Ever Given permaneció encallado en el Canal de Suez.

“Las cadenas de suministro (la producción, los insumos, el transporte, los combustibles, la disponibilidad de barcos y contenedores) de materias primas agrícolas están super saturadas, y eso incluye a la avena, así que lo más lógico es consolidar la logística en unos pocos lugares, para que sea más fácil hacerlas circular por el mundo. Si sos un país con una producción muy pequeña, las navieras tienen pocos incentivos para incluirte en su programación”, explicó.

Un poco de eso fue lo que le ocurrió a Cersa. El administrador de una empresa que procesa y distribuye alimentos en el país, detalló que, después de muchos años de maquilarle a Quaker, los números dejaron de ser favorables para los intereses de Cersa, “por un tema logístico: necesitaban que su operación fuera más grande, para enfrentar el costo de materia prima y del flete doble, porque ellos reexportaban la avena”.

¿Quién va a invertir en Nicaragua?

En realidad, fue más que un problema de logística, admite este administrador, recordando la alta carga impositiva que deben enfrentar las empresas en Nicaragua; la inseguridad general que exhibe el país, y el alto costo de la electricidad, que es determinante en cualquier proceso industrial como este, que aplica calor al grano; lo muele, lo fortifica con hierro, vitaminas, calcio… para luego empacarlo y distribuirlo.

“PepsiCo, que es la dueña de la marca, hizo sus números y vio que le convenía cerrar su operación en Nicaragua y llevarla a Chile -donde se cultiva ese cereal- en vez de seguir trabajando con Nicaragua, donde enfrentaba costos demasiado altos. La opción era meterle dinero a esa planta para que fuera eficiente, pero hay que pensarlo dos veces para meter dinero en Nicaragua”, dijo un industrial que conoce la operación.

Habiendo vivido el proceso desde adentro, “Juan Carlos” relata que este año, Cersa comenzó a recibir embarques cada vez más pequeños y a procesar menos pedidos. Su percepción es que “Quaker buscó cómo seguir garantizando su producto, y se quedó trabajando con Chile”.

Aunque no abandonó por completo a Cersa, la disminución de los pedidos la llevó a cesar operaciones en febrero.

“Cersa trabajaba solo para Quaker. Era exclusiva para ellos. Quaker especificaba cómo hacer la mezcla, cómo empacar y embalar el producto, dónde y cuándo enviar los pedidos, etc. Al cerrar la empresa, más de 150 mecánicos, electricistas, técnicos, cargadores de camiones, empacadoras, personal de mantenimiento, ingenieros, bodegueros, administrativos, operadores de montacarga, etc., nos quedamos sin empleo”, lamentó.


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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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