24 de abril 2022
El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, instó a los fieles a “no acostumbrarse a la falsa paz” que imponen los Gobiernos a través del miedo y las armas. La reflexión del religioso se da después de dos semanas en que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha intensificado la represión contra familiares de víctimas de abril, líderes locales y opositores.
“No nos acostumbremos a la falsa paz y a la engañosa normalidad que los poderosos quieren imponer con el miedo y las armas para conservar sus privilegios”, dijo monseñor Báez, durante su homilía de este domingo dedicada a la Divina Misericordia.
El clérigo señaló que en muchos países “los pueblos viven todavía bajo sistemas políticos que se imponen con terror sobre las personas, obligando a poblaciones enteras al sometimiento o al exilio en busca de una tierra de paz”.
Monseñor Báez es testigo de esto último. Este sábado, 23 de abril de 2022, el religioso cumplió tres años desde que se exilió por petición del papa Francisco, después de recibir amenazas de muerte por mostrar apoyo a las víctimas de las protestas de 2018. Aún en el exilio, el Gobierno de Ortega ha dedicado un discurso de odio en su contra.
“Yo salí de Nicaragua llorando, y he pasado, estos ya tres años largos, en el exilio, con el sentimiento de nostalgia y de dolor por no estar presente físicamente en medio de mi pueblo”, dijo recientemente en una entrevista con CONFIDENCIAL.
Durante su homilía, el obispo auxiliar de Managua invitó a la población a ser constructores de la verdadera paz, aquella que brota de la justicia y produce la reconciliación. “No habrá paz social si no hay paz interior en las personas”, señaló.
Monseñor pide que se siga el ejemplo del Jesús resucitado, que tras ser crucificado regresa con sus discípulos —quienes estaban con miedo y sentimientos de culpa por negarlo y dejarlo— y no les reprocha ni los rechaza, sino que lleno de misericordia les ofrece su paz.
“Dice el texto que 'los discípulos se alegraron de ver al Señor' (Jn 20,30). Los discípulos se alegran cuando dejan de poner la atención en ellos mismos y la ponen en Jesús y acogen su paz. No sirve de nada acusarnos y condenarnos continuamente, revolviéndonos amargados en nuestras culpas”, reflexiona el obispo.
Iglesia perseguida
En vísperas del cuarto aniversario de las protestas de abril de 2018, la vicepresidenta Murillo intensificó su discurso de odio contra la Iglesia católica. "Ni perdón, ni olvido para los que mienten, engañan, falsos, y falsos también como profetas o como pastores. Ni perdón, ni olvido para los que profanaron, los que blasfemaron, los que pronunciaron el nombre de Dios en vano. Aquí sabemos lo que hemos vivido, aquí todos nos conocemos", dijo.
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Este sábado, según informó el diario La Prensa, el cardenal Leopoldo Brenes fue perseguido por oficiales de la Policía Nacional cuando se dirigió a la parroquia Jesús Resucitado ubicada en Las Américas 2, y aunque el sacerdote de este templo aseguró que él los invitó, estos permanecieron en las afueras tomando fotografías a los participantes.
"Hablar de Jesucristo tiene sus dificultades, es triste. Creo que ustedes no me dejarán mentir, lo conocemos a través de los medios de comunicación, como hay persecución para los cristianos, cómo se han atacado templos, porque hay como un odio y esa es la experiencia que vivieron al inicio la Iglesia", dijo en su homilía del sábado, el cardenal Brenes.
En Matagalpa se realiza procesión por primera vez en dos años
En Matagalpa, el obispo de esta diócesis, monseñor Rolando Álvarez, encabezó por primera vez desde 2019 la procesión de la “Ruta de la Divina Misericordia”, que se puso en pausa debido a la pandemia de la covid-19. Esta actividad salió de la catedral de este departamento hasta la parroquia Divina Misericordia, ubicada en Sébaco.
La peregrinación inició con una misa, en la cual monseñor Álvarez también reflexionó sobre la paz, la misericordia y el perdón. “Es la misericordia que en Dios se llama paciencia, la que logra esa paz, el permitirnos tener una experiencia auténtica real. Nuestra experiencia en estas fiestas pascuales es auténtica, nosotros damos testimonio de eso”, dijo.
El religioso pidió reflexionar para que “nuestra vida nunca sea causa de división, de obstáculo porque en ese sentido sería un escándalo”. En cambio, esta deberá posibilitar “a los demás puedan mirarse a los ojos sin humillarse sin sentirse extraños”.