21 de abril 2022
El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández fue extraditado este jueves a Estados Unidos, país que lo acusa de tres cargos asociados al narcotráfico y uso de armas, en un hecho inédito en la historia de Honduras.
Hernández fue entregado a integrantes de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) en la Base Aérea Hernán Acosta Mejía, a la que fue llevado desde una instalación policial en un helicóptero de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), por el ministro de Seguridad, Ramón Sabillón.
Minutos antes de su extradición, la esposa de Hernández, Ana García, difundió un mensaje del expresidente grabado en video, en el que expresó: "soy inocente, he sido y estoy siendo sometido a un proceso de manera injusta".
El helicóptero que trasladó a Hernández a la Base Aérea despegó desde una unidad especial de la Policía Nacional, donde el exgobernante permanecía recluido desde el 15 de febrero, cuando fue capturado frente a su residencia, un día después de que EE. UU. le solicitó a Honduras su detención provisional con fines de extradición.
En la “Operación Liberación” para extraditar a Hernández, bajo rigurosas medidas de seguridad, participan entre 800 y 1000 miembros de la Policía Nacional, según dijo el ministro de Seguridad, Ramón Sabillón.
Primer presidente
Hernández, de 53 años y quien gobernó entre 2014 y 2022, pasará este jueves a la historia como el primer expresidente del país centroamericano en ser requerido por Estados Unidos y llevado en extradición a ese país, para enjuiciarlo por narcotráfico.
Estados Unidos acusa a Hernández de tres cargos asociados al narcotráfico y uso de armas para introducir droga a ese país, según informó la Embajada estadounidense en Tegucigalpa el 15 de febrero.
Entonces, la legación diplomática indicó en un comunicado que “en total, desde aproximadamente 2004, la conspiración transportó más de aproximadamente 500 000 kilogramos de cocaína a través de Honduras con destino a los Estados Unidos”.
El primer cargo contra Hernández que le imputa Estados Unidos es por “conspiración para importar una sustancia controlada” a ese país, con el “conocimiento de que dicha sustancia sería importada ilegalmente” a territorio estadounidense, “a aguas a una distancia de 12 millas de la costa de los Estados Unidos”.
Además, se le acusa de “fabricar, distribuir y poseer con la intención de distribuir una sustancia controlada a bordo de una aeronave registrada en los Estados Unidos”.
El segundo cargo, es por “usar o portar armas de fuego, o ayudar e instigar al uso, el poder y la posesión” de “ametralladoras y dispositivos destructivos”.
El cargo tres se refiere a una “conspiración para usar o portar armas de fuego, incluyendo ametralladoras y dispositivos destructivos, durante y en relación con, o poseer armas de fuego, incluyendo ametralladoras y dispositivos destructivos, en apoyo de la conspiración de importación de narcóticos”, según la acusación de Estados Unidos.