5 de abril 2022
¿Cuál es el sentido de la vida humana, si no somos capaces
de razonar, si no podemos saltar de la prehistoria?
Pepe Mujica
Pocos políticos famosos, al menos de esta época, actúan con un sentido humanista de la vida como José (Pepe) Mujica. Después de haber tomado las armas contra la dictadura militar de su país; de haber sufrido cárcel durante 17 años –dos de los cuales dentro de un pozo— luego se transformó en un activista político en favor de la tolerancia y la paz.
Salió en libertad con su condición humana intacta, sin rencores, y se incorporó a la lucha cívica organizada, logrando ser elegido diputado, senador (dos veces) ministro y presidente de su país, y no aspiró a la reelección ni cambió su humilde personalidad.
Como presidente, Mujica gobernó democráticamente y vivía (vive aún) con una sencillez franciscana, pues no utilizó escoltas, manejando su mismo viejo Volkswagen iba y volvía entre casa presidencial y su finca, donde, una de sus sencillas actividades, era darles de comer a sus aves de corral. Es un hombre que “no solo merece ser escuchado, sino también ser creído”, como decía Sandino de sí mismo.
(No necesito decirlo, pero lo digo: todo lo contrario de esta conducta mujicana, la tiene quien manda en Nicaragua)
Mujica es un político bastante escuchado en el mundo; además de su propio espacio semanal en la DW (Doutsche Welle) es muy entrevistado por periodistas de todas partes. Sus últimas entrevistas giran en torno al conflicto armado Rusia-Ucrania, y en las cuales Mujica expresó el pensamiento que ocupamos como epígrafe.
II
Mujica, también piensa que… “La invasión (rusa a Ucrania) habla de la impotencia política en este momento de la humanidad. Por supuesto, desde el punto jurídico, lo que hizo Putin es una barbaridad; pero las (otras) grandes potencias a la vez, pasan el derecho internacional al cuartito de las cosas en desuso cuando ven en ello su conveniencia. También hay que reconocer que Putin lo advirtió (el peligro) y no hubo capacidad de negociación, pues Rusia no se iba a quedar de brazos cruzados, esperando que le pusieran los cohetecitos en las fronteras, y eso debieron de haberlo medido.”
Con su acostumbrada sencillez, agregó: “Estamos ahora metidos en una barbaridad” y Mujica confesó haberse sorprendido de que… “ el presidente de Ucrania dijera (lamentara) de que no puede entrar a la OTAN; pero la OTAN ha creado unas situaciones que van en cadena, las cuales después nos afectarán a todos”.
III
Los puntos de vistas de Mujica sobre el conflicto armado Rusia-Ucrania, como muchos los puntos de vista, coincidentes y opuestos, son emitidos a toda hora, todos los días y en todas partes del mundo en campañas mediáticas de una profundidad inimaginable. Pero las opiniones de Mujica destacan por su sentido humanista, sin la violencia que escuchamos y leemos sobre lo mismo:
“Talvez en pocos años habrá hombres en Marte, según el avance científico técnico creador. Con tal adelanto tecnológico… ¿será posible que la humanidad no pueda eliminar la locura de la guerra y de la carrera armamentista? ¿Qué sentido tiene el adelanto, si desde los puntos de vista del sentido humano permanecemos estancados?
“Bruñidos (estamos) de egoísmos, con una enorme falta de empatía hacia quienes nos acompañan en la vida; cuando nos encontramos en un mundo limitado, que está saqueado por la acumulación del hombre; cuando estamos progresando desde el punto de vista técnico, pero también arbitrariamente estamos agrediendo a la naturaleza, lo que nos hace confundir el ser con el tener”.
Mujica tuvo otras preguntas cuestionadoras:
“¿Qué sentido tienen los presupuestos militares aterradores de esta época? ¿cuál es el sentido de la vida humana, si no somos capaces de razonar, si no podemos saltar la prehistoria, porque considero que mientras la guerra sea una manera de desempatar nuestros conflictos, seguimos en la prehistoria con la única diferencia de que la barbarie de los hombres primitivos parece un juego de niños frente a la barbarie de los hombres contemporáneos.”
“¿Es imposible soñar en el mundo de hoy, levantar la utopía de que el hombre puede mejorarse a sí mismo, y como sociedad? ¿Hasta cuándo?”
El sueño no existe, solo la pesadilla del Río Bravo
“La deuda de los estudiantes y el fin del sueño americano,
aborda una de las más grandes desigualdades de nuestro país.”
Joseph E. Stiglitz
Stiglitz, es Premio Nobel de Economía estadounidense (2001) ex asesor económico del presidente Clinton, catedrático universitario, autor de numerosos libros, entre ellos, La gran brecha. Qué hacer con las sociedades desiguales –de donde extraemos estas citas— compuesto con una selección de sus artículos publicados en muchos diarios de su país (Confidencial ha publicado varios). Stiglitz es crítico del “capitalismo de pacotilla” que –en su opinión—distorsiona el mercado con el modo de operar parasitario y explotador de los monopolios. Igual es conocedor y crítico de “la alquimia financiera” del sistema.
No obstante, Stiglitz no es anti capitalista, sino un crítico de sus “anomalías”, lo que, para él… “Más que una cuestión económica, es una cuestión política.” Y aclara su posición: “No tenemos que escoger entre capitalismo y justicia. Tenemos que escoger los dos.”
II
Sus opiniones desmienten que EE. UU. sigue siendo el país de las oportunidades que algún día fue. Realidad ignorada por la mayoría de la gente de nuestros sectores populares que, ilusionada (ingenuamente ilusionada) termina siendo una víctima de su ilusión. Buscando bienestar, el migrante económico hace tremendos sacrificios físicos, económicos y morales para hacer un viaje incierto, peligroso e ilegal hacia el Norte.
En lo que va de este año, ya se ahogaron ocho nicaragüenses, hombres y mujeres –incluso una de niña de cuatro años— queriendo cruzar el Río Bravo. Esto deja un daño moral a las familias, porque, también ilusionadas, piensan que “van a mejorar su vida” cuando “desde allá” les mandarán dinero.
Ese costo moral por la pérdida de sus parientes, se acrecienta con el costo económico, pues para “viajar” venden todo y prestan miles de dólares que tendrán que pagar con abusivos intereses sin saber durante cuánto tiempo. Son deudas “caribes” que tendrán encadenadas a sus familiares con los usureros.
Hay que estar mal informado acerca de la vida real en los EE. UU. –más que todo— ignorar cuál podrá ser la situación si lograran llegar, después de haber sido fue secuestrado y maltratado en el camino. La mayoría de quienes logran entrar, sin tener familiares allá –ni preparación laboral adecuada— ignoran cuándo podrán trabajar, en dónde dormirán, si conseguirán empleo y si ganarán lo suficiente para vivir y enviar la remesa esperada por las familias.
III
Las causas de la migración económica es tema aparte. Al respecto, Stiglitz tiene contundentes razones para señalar una de las causas de los problemas que los migrantes tendrían en su país: “Nuestra economía –dice—depende cada vez más de las industrias relacionadas con el conocimiento. (…) Estados Unidos no va a volver a las fábricas textiles.”
Significa que el desarrollo técnico científico de su país, dejó en el pasado las fábricas textiles, y ahora solo se podrían emplearse quienes tienen alta cualificación profesional. En cambio, aquí la industria textil es de lo más avanzado en producción, las Zonas Francas son una “moderna” fuente de empleo, incluso para quienes no tienen ninguna experiencia laboral. Esta abismal diferencia, se le revelará a los migrantes… con hambre y humillación.
Alcanzar allá una formación universitaria para migrantes pobres y para sus hijos, es un “sueño” más que imposible, pues necesita préstamos usurarios que no están a su alcance y no podrían pagarla. Lo máximo que pueden lograr cuando les va bien, es una educación técnica.
IV
Los noticieros televisivos locales apenas insinúan esa realidad. Junto a los videos de las marchas de migrantes, hablan alegremente de los millones de dólares que ingresan al país como remesas de quienes buscan el “sueño americano”. Crean la falsa idea de que, esos pobres manifestantes de carreteras, son quienes envían las remesas, cuando tal vez estos no han salido de los centros de detención, si es que lograron pasar.
Dejan fuera el hecho de que las remesas las hacen llegar quienes están allá legalmente y con varios años de residencia. Si es que les va bien, pero antes, en su momento, muchos de ellos también la pasaron muy mal.
En cualquiera de las 477 páginas el libro de Stiglitz, se puede hallar más de un pensamiento esclarecedor sobre la realidad de su país. Algunos los veremos…
Al margen de estas cuartillas
- Es el único país avanzado que no reconoce el derecho a la salud como un derecho humano básico…
- Hoy, EE. UU. tiene menos igualdad de oportunidades que casi cualquier otro país industrial avanzado…
- A partir de 1980, los pobres fueron cada vez más pobres, la clase media se estancó y a los ricos les fue cada vez mejor…
- Se distingue de otros países industrializados avanzados por la carga que representa para los estudiantes y sus padres el pago de la educación superior…
- La mezcla de universidades abusivas con ánimo de lucro y préstamos abusivos es una sanguijuela en el cuerpo de los pobres…
- Esas universidades han perseguido incluso a jóvenes veteranos que sirvieron en Irak y Afganistán…
- Existen historias desgarradoras de padres que firmaron avales para un préstamo estudiantil, su hijo murió después (de cualquier enfermedad) y ahora no pueden saldar sus deudas…
- En EE. UU. hoy, la orgullosa expresión de “justicia para todos” se está sustituyendo por (…) “justicia para quienes pueden pagarla”…
- El uno por ciento más rico de los estadounidenses se queda casi con la cuarta parte de los ingresos del país cada año.
Todo se parece a nuestra desigualdad, aunque en miniatura, en condiciones de pobreza y sin libertades para combatir sus consecuencias.