4 de abril 2022
El presidente electo de Costa Rica, Rodrigo Chaves, anunció este lunes que desea nombrar un embajador en Nicaragua y que aspira a tener relaciones respetuosas con ese país vecino y todas las naciones del mundo.
“Mi inclinación es nombrar un embajador en Nicaragua, (porque) tenemos relaciones diplomáticas y no estamos en guerra”, declaró Chaves en su primera conferencia de prensa como presidente electo, aunque comentó que antes de ello conversará con la persona a quien designe como canciller.
Chaves, del Partido Progreso Social Democrático (centro derecha), puso como ejemplo la guerra entre Rusia y Ucrania, en la que a pesar del conflicto esas naciones “todavía están conversando”.
“Tenemos que mantener relaciones diplomáticas con todos nuestros vecinos. Esas posiciones de verse bonito no son la manera en que queremos operar. Queremos operar de acuerdo al derecho internacional. No me gustan las tintas medias”, expresó.
Chaves, quien asumirá el poder el próximo 8 de mayo, aseguró que mantendrá los valores democráticos y de libertad que caracterizan la política exterior costarricense.
“Jueguito” diplomático
“Si hay que romper relaciones diplomáticas por razones de mérito, las rompemos, pero no estar en el jueguito de tener relaciones diplomáticas y no tener embajadores”, declaró.
El actual Gobierno del presidente Carlos Alvarado no envió embajador a Nicaragua y en diversos foros internacionales ha denunciado las violaciones a los derechos humanos en ese país y ha abogado por el retorno a la democracia.
Costa Rica ha criticado fuertemente al Gobierno nicaragüense por encarcelar activistas, periodistas y aspirantes presidenciales y ha dicho que las elecciones de noviembre pasado en las que resultó reelecto Daniel Ortega no fueron limpias ni transparentes.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del pasado 7 de noviembre, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.