31 de marzo 2022
El próximo domingo tres de abril, Costa Rica vivirá la segunda vuelta electoral, pero no existe una tendencia clara en la intención de voto de los 3.5 millones de costarricenses convocados a las urnas, quienes deberán elegir entre el exmandatario José María Figueres, del Partido Liberación Nacional (PLN), y el exministro de Hacienda, Rodrigo Chaves, del Partido Progreso Social Democrático (PPSD), por lo que analistas costarricenses valoran que “hay un fuerte rechazo a las candidaturas” y que en cierta medida esta es “una elección en modo resignación”.
La última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), realizada entre el 24 y 28 de marzo, indica que la brecha entre ambos candidatos presidenciales continúa cerrándose a medida que se acerca el balotaje. Chaves se mantiene a la cabeza con 41,4% entre las personas decididas a votar y Figueres le sigue de cerca con un 38%, una semana antes, el candidato del PPSD tenía un 43,3% y el del PLN, un 38,1%. En ambos casos, los candidatos estaban empatados debido al margen de error de la encuesta.
Esta situación refleja la “alta incertidumbre” y el “cambio en las preferencias de los votantes de cara a las elecciones”, señaló el coordinador de la encuesta del CIEP, Ronald Alfaro, durante una entrevista que brindó al programa Esta Noche junto al politólogo costarricense Constantino Urcuyo Fournier.
Alfaro valoró que al acortarse la distancia entre ambos candidatos presidenciales “sería muy aventurado plantear un resultado como definitivo”, sobre todo porque la dinámica de la elección ha sido “muy cambiante”, y conforme se acerca la votación también aumenta el porcentaje de personas indecisas, que a pesar de tener disposición de votar no se deciden por ninguno de los dos candidatos. “Es una elección en la que hay un fuerte rechazo a las candidaturas, no hay un entusiasmo tan marcado, no están ilusionando al votante, para muchos es una elección en modo resignación, y eso puede llevar a que un grupo importante de indecisos más bien decía no participar”, comentó.
La relación con Nicaragua
Durante las últimas semanas, en la campaña presidencial y hasta los debates de los candidatos, han predominado los señalamientos de corrupción, manejos oscuros del financiamiento electoral y denuncias de acoso sexual. Sin embargo, se ha hecho poca referencia a la situación migratoria de al menos 350 000 nicaragüenses que residen en Costa Rica y la relación que el nuevo Gobierno tendrá con el régimen de Daniel Ortega.
Para Urcuyo, la poca referencia que ambos candidatos presidenciales han hecho sobre la crisis de Nicaragua se debe a que ninguno de los dos quiere iniciar su gobierno “peleando con Daniel Ortega”. Sin embargo, valoró, “ambos han reafirmado los valores democráticos de Costa Rica, han reafirmado la necesidad de que haya una política con respecto a la migración y sobre todo creo que la actitud hacia Ortega va a pasar por la alianza que se ha formado de prosperidad y democracia con República Dominicana y con Panamá”.
Tanto Chaves como Figueres saben que la relación con Ortega “no es un tema que divida” a los costarricenses, advirtió Urcuyo, “toda costa Rica está de acuerdo en que ahí lo que hay es una tiranía, una dictadura cruel y nadie va a defender a Daniel Ortega, pero la diplomacia costarricense no puede empezar un enfrentamiento abierto con el régimen dictatorial de Nicaragua”, agregó.
Asimismo, Alfaro coincidió en que la ausencia del tema migratorio en los debates presidenciales y los planes de gobierno se debe a que no es un elemento que polarice a la sociedad costarricense y no va a llevar a la campaña en una dirección u otra.
Las propuestas de cambio
Urcuyo valoró que en esta elección los costarricenses deben decidir entre “dos grandes tendencias sobre el cambio”. Por un lado, el simple cambio de un Gobierno con mala apreciación por parte de la ciudadanía y, por el otro, el cambio radical. “Esto ha motivado, por ejemplo, que la campaña de Rodrigo Chaves esté orientada a decir “en los últimos 30 años hemos hecho mal las cosas, cambiemos todas las cosas”, y la campaña de Figueres —ya en las últimas semanas— se ha reorientado y dice: “hay cosas que cambiar, estas son las cosas que hay que reformar”, precisó.
Sin embargo, el politólogo advierte que —cualquiera de los dos candidatos que resulte electo el domingo— tiene el gran desafío de gobernar con una minoría en la Asamblea Legislativa. Figueres y su propuesta de gobernanza con reformas solo cuenta con el apoyo de 19 diputados, y Chaves con su propuesta de cambio radical apenas tiene el respaldo de 10 diputados. “Lo que se tienen que plantear ambos (en caso de resultar electos) es con quién se alían para llevar adelante grupos de proyectos o proyectos específicos”, subrayó Urcuyo.