Juárez está marcada por su carácter fronterizo. Colinda, al norte, con la ciudad de El Paso, Texas, por lo que la ciudad se ha convertido en testigo silencioso de las decenas miles de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos a través de México.
Esos migrantes de diversas nacionalidades, incluidos nicaragüenses, dejan huellas a su paso: quienes transitan por los puntos ciegos en el desierto juarense dejan tirada su ropa, sus juguetes y zapatos; y quienes se quedan varados en albergues, impedidos de cruzar por las autoridades o por las políticas migratorias, dejan también rastros de su estancia: banderas de sus países, billetes o monedas en manos de un numismático, amistades estrechas con quienes les acogen plasmadas en una fotografía enmarcada en la pared.
CONFIDENCIAL visitó Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, para retratar las historias de los migrantes nicaragüenses rumbo a Estados Unidos, particularmente las de aquellos que se quedan atrapados en esta ciudad debido a políticas migratorias de Estados Unidos, como la llamada Título 42 o la conocida como "Quédate en México" o MPP (Protocolos de Protección al Migrante) que afecta de forma desproporcionada a los nicaragüenses desde diciembre de 2021, cuando fue restablecida.
Los nicas varados en Ciudad Juárez, donde el “sueño americano” se esfuma a un paso de EE. UU., es el reportaje que recoge los testimonios de nicaragüenses en esta situación. El equipo periodístico autor de este trabajo estuvo acompañado por la fotoperiodista juarense Alicia Fernández, que capturó escenas de la ciudad y las huellas de los migrantes.
El puente Internacional Lerdo Stanton que conecta a Ciudad Juárez en territorio mexicano, con El paso, ciudad estadounidense, es también conocido como “Puente de la Amistad”. Por aquí caminan, de regreso a México, los migrantes que las autoridades estadounidenses devuelven bajo alguna política migratoria. Foto: Alicia Fernández.
Migrantes jóvenes caminan de regreso a México tras ser "entregados" por las autoridades estadounidenses a las mexicanas bajo el programa MPP, que les obliga a esperar en México mientras se resuelve su petición de asilo en cortes en Estados Unidos. Hasta febrero de este año, casi el 60% de los retornados eran de nacionalidad nicaragüense. Foto: Alicia Fernández.
Bandera nicaragüense en la fachada del albergue para migrantes El Buen Samaritano. Las banderas muestran las diversas nacionalidades de los migrantes que han sido huéspedes en el lugar. Foto: Alicia Fernández
El director de la iglesia metodista habilitada como albergue, El Buen Samaritano, conserva una foto en la pared en la cual posa un nicaragüense que huyó de su país por persecución política y que, durante su estancia en el albergue, apoyó en la remodelación del lugar. Foto: Alicia Fernández
Así luce la habitación de las mujeres en uno de los 23 albergues que existen en Ciudad Juárez. En las literas duermen también niños que viajan con sus madres. Foto: Alicia Fernández
Niños, infantes y bebés también emigran. Ropa de menores en la iglesia San Juan Apóstol, habilitada como un albergue para mujeres migrantes y personas menores de edad. Foto:Alicia Fernández
"Elizabeth", de origen nicaragüense, durante entrevista con el equipo de CONFIDENCIAL. La mujer de 33 años se encuentra varada en la ciudad a causa del programa MPP y, de no aprobarse su solicitud de asilo, teme no logre llegar a su destino final: Estados Unidos. Foto: Alicia Fernández
Paty y Ellen, de Honduras, cocinan en el albergue El Buen Samaritano en Ciudad Juárez. Los migrantes se rotan para preparar el almuerzo y la cena. El menú varía de acuerdo a la nacionalidad de los cocineros de turno. Foto: Alicia Fernández
El momento de la "entrega". En Juárez, cada mañana un grupo de migrantes llega a este punto del muro que divide a los dos países para esperar a la patrulla fronteriza estadounidense que debe recibirlos como solicitantes de refugio. Posteriormente, son trasladados a los centros de detención de migrantes en suelo estadounidense. Foto: Alicia Fernández
La presencia militar aquí es perenne. Un soldado de la Guardia Nacional vigila la frontera entre México y Estados Unidos, desde Ciudad Juárez. Foto: Alicia Fernández