24 de marzo 2022
Daniel Ortega ignoró la noche de este miércoles 23 de marzo la rebelión de su embajador en la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, quien dijo horas antes en una sesión del Consejo Permanente que no se puede “defender lo indefendible” cuando se refirió de manera precisa a las violaciones de derechos humanos perpetradas por “la dictadura”.
Ortega participó en el aniversario 42 de la Cruzada Nacional de Alfabetización, un acto en que aprovechó para distinguir a los mejores estudiantes del país y en el cual ofreció un discurso inusual de 14 minutos, enfocándose únicamente en el tema educativo, sin mencionar a McFields.
El evento fue presidido por el gobernante, su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, el asesor presidencial Salvador Vanegas, el jeque Manssour Bin Mussallam, secretario general de la Organización para la Cooperación Educativa (OCE) y el maestro sandinista Orlando Pineda.
En su discurso, Ortega se refirió a la paz como uno de los grandes desafíos de la humanidad, una declaración que contrasta con la postura diplomática de su régimen que respaldó públicamente la invasión militar rusa en Ucrania.
“Aquí tenemos una juventud, tenemos un pueblo, que está comprometido con la paz. La educación para la paz. La educación para la justicia, la educación para la libertad, ¡es una combinación!”, dijo.
El discurso de McFields puso la lupa sobre el grave deterioro de la salud de los presos políticos, pero también sobre los empleados públicos que, según el diplomático, son obligados “a fingir, a llenar plazas y repetir consignas, porque si no lo hacen pierden su empleo”.
“Tengo que hablar, aunque tenga miedo, tengo que hablar, aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos, tengo que hablar porque si no lo hago, las piedras mismas van a hablar por mí”, dijo McFields.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, ofreció su protección al embajador de Nicaragua y destacó su coraje y su compromiso con los valores del organismo en una de las primeras reacciones internacionales.
Después de la intervención de Ortega, Murillo tampoco se refirió a la denuncia y solo dijo que como Gobierno han convertido en claridades las oscuranas que les dejaron. La funcionaria aseguró que cada persona que llega al país se siente admirado por la tranquilidad que se respira en Nicaragua.
“La educación, que son los sueños realizándose, es clave para avanzar en la superación de las circunstancias difíciles que heredamos y para avanzar creando el futuro que merecemos. ¡Trabajo, educación, seguridad y paz, esa es Nicaragua!”, agregó la número dos del régimen.
McFields en su intervención sostuvo que había solicitado meses atrás la libertad de 20 presos políticos de avanzada edad y otros 20 con severos problemas de salud, pero tampoco fue escuchado. En Nicaragua, actualmente, existen 177 reos de conciencia.
El embajador McFields fue, antes de trabajar para la cancillería, reportero de canal 12 y del diario La Prensa. Uno de sus más conocidos reportajes televisivos fue cuando el entonces reportero visitó a la actual familia Ortega Murillo en su residencia en el reparto El Carmen, en Managua, para contar cómo ellos celebraron la Navidad en 2006, un año antes que el caudillo sandinista subiera nuevamente al poder tras 16 años en la oposición.