22 de marzo 2022
Y ahora el déspota y sus lacayos se vanaglorian en condenar a otra inocente. Pero lejos de ser una afrenta esta condena es una prueba más de lo vencido que esta el régimen.
No hay ninguna sorpresa en la condena a ocho años por los fabricados delitos de lavado de dinero y apropiación indebida en contra de Cristiana Chamorro. Esta condena además de ridícula y totalmente vil es una cortina de humo pues la verdadera razón de esta es la derrota moral de un tirano que se sabía derrotado desde antes que la contienda electoral tuviera lugar.
Imposibilitado de aceptar una derrota electoral limpia, supervisada y que cumpliera con los estándares de credibilidad y transparencia decidió utilizar su policía personal, la mentira, el miedo, la fabricación de delitos, la utilización de su aparato personal administrativo corrupto y la danza de sus marionetas en su andamiaje judicial para llenar sus cárceles de gente inocente o mantenerlas sometidas a régimen carcelario de casa por cárcel.
Y es que la estatura moral de Cristiana era y es demasiado grande y fuerte para que un tirano pudiera enfrentarse con honestidad y transparencia a una verdadera oposición pues este mal hijo de Nicaragua solo ha conocido de corrupción, robo, mentira, intimidación y toda clase de bajezas que suelen ser parte intrínseca de los autócratas.
El tirano sabía que su derrota era inminente ante una figura que el pueblo había colocado como la persona con mayores posibilidades de ganar en las urnas el 7 de noviembre del 2020. Por eso y por su deseo enfermizo de mantenerse en el poder a costa de cualquier costo recurrió a lo que mejor sabe: a elaborar artimañas sucias y viles utilizando en sus maquiavélicos planes a los poderes que ha usurpado.
Competir contra el pueblo con Cristiana Chamorro como su representante era una contienda desde todos los puntos cardinales totalmente perdida con antelación, lógicamente, el déspota y su círculo de hierro sabían las consecuencias de esa derrota. El opresor en su machismo toxico no concebía verse vencido por una mujer por segunda ocasión y esto lo debe haberle tenido con problemas de sueño y por ello no dudó ni un instante en poner su aparato represor a funcionar.
Y me refiero a Cristina aquí porque su reciente condena es totalmente vil, llena de mentiras, saña, venganza y sin argumentos jurídicos que la puedan sustentar. La acusaron y condenaron de lavado de dinero, bienes y activos, apropiación y retención indebida, gestión abusiva y falsedad ideológica delitos que aun con su aparato policial, judicial y todas las artimañas de obstrucción para su defensa fueron inoperantes de probar o evidenciar por medios legales los delitos que esgrimen por lo que podemos concluir sin temor a dudas que tales hechos nunca ocurrieron.
Nuevamente el tirano fue derrotado por el pueblo ya que Cristiana representa la voluntad popular de la ciudadanía que grita por libertad, justicia y cambio. Lo derrotó no solo su popularidad, pero también sus méritos personales de ser mujer, periodista e hija del héroe nicaragüense y periodista antisomocista asesinado Pedro Joaquín Chamorro Cardenal y de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997).
En la psicología del déspota solo impera la maldad y su autoritarismo no conoce fronteras pues su único propósito e interés es mantenerse en el poder sin importar las consecuencias. Por eso no ha dudado en recurrir a cualquier instrumento en sus manos para asegurarse su continuidad en un poder caracterizado por el dolor y luto de todo un pueblo.
No puedo dejar de referirme aquí a un grupo de mujeres tayacanas, valientes, corajudas, llenas de vida y dignidad que también siguen ganando la batalla diariamente a esta dictadura desde sus propias ergástulas de oprobio. Ellas también son inocentes de todos los delitos esgrimidos por el aparato corrupto. Estas mujeres presas políticas cuyo único delito ha sido el deseo de tener una nueva Nicaragua donde impere la justicia, la libertad y los derechos humanos. A todas ellas se les ha acusado de delitos infames privándolas no solo de su libertad, pero también de sus derechos humanos elementales, su derecho a la salud, a la alimentación digna, a sus visitas familiares y sobre todo su derecho a la defensa a como la ley establece.
Todas ellas son dignas de ser reconocidas por su arrojo, coraje, valor y porque están pagando con su libertad y sacrificio el precio de nuestra libertad. mA cada una de ellas y a sus familias mi sincero reconocimiento y mi admiración: Dora María Téllez, Violeta Granera, Samantha Jirón, Suyen Barahona, Tamara Dávila, Ana Margarita Vijil, María Esperanza Sánchez, Evelyn Pinto, Julia Hernández, María Oviedo, Nidia Barbosa y Karla Escobar.
Todas ellas junto con Cristiana siguen venciendo día a día a este régimen moribundo que solo se mantiene por la violencia, el nepotismo y la corrupción.
“Nicaragua volverá a ser Republica” - PJCH
Canadá – Marzo 22/2022