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“The Batman”: El nuevo hombre murciélago que no necesitabas está aquí

Nadie estaba pidiendo un nuevo Bruce Wayne, pero helo aquí. Robert Pattinson es el nuevo “The Batman”.

Juan Carlos Ampié

1 de marzo 2022

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¿Cuántos hombres murciélagos necesitamos? En el cine he visto al Batman de Michael Keaton, Val Kilmer, George Clooney, Christian Bale y Ben Affleck. Añada a David Masouz, de la serie “Gotham” (2014-2019). Soy suficientemente viejo como para haber visto a Adam West bailando el “Batusi”, cuando solo teníamos dos canales de TV. Llevo siete, y antes de morir, seguro que vienen dos o tres más.

Hago ese recuento para hacer patente mi agotamiento. Nadie estaba pidiendo un nuevo Bruce Wayne, pero helo aquí. Robert Pattinson es “The Batman”, a las órdenes de Matt Reeves. El director de “War for the Planet of the Apes” (2017) se adentra donde Tim Burton, Joel Schumacher, Christopher Nolan, y Zack Snyder ya hicieron de las suyas. Mi hartazgo resultó terreno fértil. “The Batman” es modesta en alcance, pero audaz por la manera en que reta esterilidad del duopolio Marvel-DC.

Alguien espía al alcalde Don Mitchell (Rupert Penry-Jones) en su mansión, mientras repasa el último debate televisado de su campaña de reelección. Es el preámbulo de una ola de crímenes que estremecerá los cimientos de la clase política de Ciudad Gótica. Batman ya está establecido como un vigilante, e investiga la escena del crimen a la par del comisionado Gordon (Jeffrey Wright). El hechor, insolente, deja un mensaje para él. Nadie lo llama “Acertijo”. Al menos, no todavía. Las pistas conducen al club nocturno propiedad del mafioso Oswald Cobblepot “El Pingüino” (Colin Farrel, irreconocible). Ahí, la mesera Selina Kyle (Zoe Kravitz) captura su atención. El saldo mortal incrementa, y el misterio se vuelve más personal para Bruce Wayne.

“The Batman” cuenta una historia de corrupción y retribución que tiene años en desarrollo para cuando nos introducen en la trama. El primer acierto de Reeves es librarnos de una “historia de origen” tradicional –no verá las perlas de la madre de Bruce caer en cámara lenta en el asfalto–. Estamos ante un misterio procedimental disfrazado de melodrama de superhéroe. La mitología está ahí, pero como trasfondo para el evento principal: un duelo de astucia entre un asesino en serie y los detectives que lo persiguen. La superficie es puro DC Comics, pero el espíritu está más cerca de “Se7en” (David Fincher, 1996).


Aprecio como Reeves introduce a sus personajes sin portentosas pretensiones. Ya existen como son, dentro de una realidad establecida. Esto contrasta con los guiños para los fanáticos, que pueden ser francamente innecesarios. Véase la persecución montada para lucir el Batimóvil. Podríamos prescindir de esa secuencia, pero es inconcebible hacer una película de Batman sin el vehículo temático –además, la popularidad de “The Fast & The Furious” convierte la acrobacia motorizada en un requisito ineludible–.

Si de algo peca Reeves, es de indulgencia narrativa. La película se siente demasiado larga. El guion acreditado a Reeves y Peter Craig funciona como drama del crimen organizado y ‘thriller’ político, mutando a filme-desastre en el tercio final. Tratando de convertir su película en algo distinto al estándar, prueban muchas fórmulas sin terminar de comprometerse con una. Aun así, tiene momentos de gracia cinemática: El Pingüino viendo venir a Batman de cabeza frente a una pared de fuego; dos amantes imposibles que se separan en caminos de sentidos opuestos. La estética de la película es distintiva y hermosa, en clave de decaimiento urbano.

Los villanos son apropiadamente caricaturescos, pero Reeves utiliza las personalidades y el discurso ideológico para comentar sobre un tema de rabiosa actualidad: la anarquía populista que ha infectado el discurso político de Estados Unidos –y por ende, toda la cultura occidental–. La corrupción institucionalizada y el nihilismo destructivo son las dos caras de una misma moneda. Frente a ese monstruo de dos cabezas, nuestra única salvación es un héroe casi catatónico por sus traumas.

Robert Pattinson asume el papel con la modestia de un jornalero. Su Batman es emotivo y recesivo. Esta decisión creativa contribuye a que Zoe Kravitz se robe la película. Por sí hacía falta aclararlo, la coincidencia de “Kimi” en HBO Max y “The Batman” en cines confirma que ella es una estrella sustancial. La relación entre Bruce y Selina es eminentemente casta, pero la electricidad que corre entre la pareja es evidente. En una época en la que la sensualidad ha sido extirpada del entretenimiento popular, “The Batman” ofrece al menos un atisbo de esa dimensión de la experiencia humana.


“The Batman”
Dirección: Matt Reeves
Duración: 2 horas, 55 minutos
Clasificación: ⭐⭐⭐ (Buena)

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Juan Carlos Ampié

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