17 de febrero 2022
Daniel Ortega registra un nuevo período de prolongada ausencia de la esfera pública de Nicaragua, al cumplir este jueves 17 de febrero un total de 37 días de no aparecer en eventos públicos. Su última aparición documentada por los medios oficialistas fue el 10 de enero, en la ceremonia de su toma de posesión, cuando se autoimpuso la banda presidencial, como resultado de la farsa electoral del 7 de noviembre de 2021.
La esposa de Ortega, su vicepresidenta y vocera aún no ha anunciado cuándo aparecerá públicamente el dictador. Sin embargo, Ortega acostumbra un acto público cada 21 de febrero, en homenaje por el aniversario de la muerte de Augusto C. Sandino. Si Ortega reaparece hasta este lunes, cumpliría 41 días de ausencia y superaría su récord registrado en 2021, cuando desapareció de la esfera pública entre el 11 de enero al 21 de febrero de 2021, reapareciendo tras 40 días, precisamente para participar en el 87 aniversario de la muerte de Sandino.
Antes del 10 de enero, Ortega también había acumulado un largo período de ausencia, sumando 29 días sin apariciones públicas en diciembre de 2021. Ortega entonces reapareció el 7 de diciembre en un rezo familiar, como parte de las festividades de la Gritería en honor a la Purísima Concepción de María, realizado en su residencia y despacho en El Carmen. Antes, a Ortega no se le había visto desde que el 8 de noviembre que celebró su “reelección” en las votaciones del 7 de noviembre.
Las elecciones del 7N han sido cuestionadas nacional e internacionalmente debido a la oleada represiva y carcelaria que la presidió, con más de 60 nuevos presos políticos, entre ellos siete precandidatos presidenciales, que de acuerdo con las encuestas podrían haber derrotado ampliamente a Ortega en unos comicios justos y transparentes. Sin embargo, las votaciones que se llevaron a cabo sin competencia política, con la participación de partidos políticos colaboracionistas, y sin ninguna transparencia y libertad.
En esa ocasión, Ortega fue mostrado en imágenes de los medios oficialistas vistiendo un conjunto deportivo Adidas, que recordó el atuendo que el dictador cubano Fidel Castro lució en sus últimos años. En las imágenes, estaba sentado junto con su esposa, vicepresidenta y vocera, Rosario Murillo, rodeados de varios hijos, hijas y nueras.
Ortega en busca de otro récord, de ausencias
A lo largo de 2021, Ortega tuvo también otros dos períodos extensos de ausencia, de 34 y 38 días respectivamente. Todos estos períodos en los que Ortega se ha ausentado, se han registrado crisis como el rebrote de contagios de la covid-19 o los días más cruentos de la escalada represiva en medio del contexto de las votaciones, la cual registró una cuarentena de presos políticos entre los precandidatos presidenciales, activistas por los derechos humanos y civiles, periodistas, empresarios y dirigentes campesinos y estudiantiles.
En 2022, Ortega ha guardado silencio sobre otras graves crisis que conmueven al país, como el inicio de los juicios políticos contra los reos encarcelados en el Chipote y las primeras condenas a por los menos diez de estos reos de conciencia, a quienes ha llamado "traidores", "golpistas" e "hijos de perra del imperialismo".
En un reporte publicado por CONFIDENCIAL, abogados y especialistas en Derecho Penal calificaron como una “burla” los juicios que se han realizado contra los presos políticos por las múltiples violaciones a las garantías y derechos de los acusados, pero también por la “calidad” de las pruebas “que rozan la parodia”.
“Han condenado a los presos políticos con unas pruebas ridículas que no comprueban nada, más que la sed de venganza del régimen hacía ellos. Son pruebas que en cualquier juicio real se caerían en dos segundos, lo que están haciendo roza la parodia”, afirmó una defensora, que por seguridad no fue citada en el análisis divulgado por CONFIDENCIAL.
Otra tragedia ocurrida en medio de esta nueva ausencia del dictador es el fallecimiento del exguerrillero, general de brigada en retiro y preso político por órdenes de Daniel Ortega y Rosario Murillo, Hugo Torres Jiménez, cuyo deceso se dio el 12 de febrero, tras más de dos meses en los que el régimen mantuvo oculto su paradero y condición de salud.
También en este período de tiempo en el que Ortega se ha mantenido enclaustrado, el régimen radicalizó la arremetida en contra de la educación superior y oenegés, lo que ha significado la confiscación de varias universidades y la cancelación de las personerías jurídicas de diversas organizaciones y sociedades civiles.