11 de febrero 2022
Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras enfrentan a una grave crisis democrática, de derechos humanos y libertades públicas, en la que Nicaragua lleva la delantera, valoraron periodistas de la región en un foro sobre el tema, organizado por David Rockefeller Center for Latin American Studies.
“Para Centroamérica, (la crisis de Nicaragua) ya amerita una reacción de las fuerzas democráticas, en primer lugar la permanencia del régimen de Ortega en el poder y la tolerancia internacional de algunas naciones, como México y Argentina, incentiva el desarrollo de tendencias autoritarias en los Gobiernos de la región, de cualquier signo político. Segundo, la crisis política ya representa un problema migratorio no solo para Costa Rica, sino también para Estados Unidos”, explicó el periodista nicaragüense y director de CONFIDENCIAL, Carlos Fernando Chamorro.
Los periodistas Jennifer Ávila, jefa de redacción de Contracorriente, en Honduras; Óscar Martínez, editor jefe de El Faro, en El Salvador y Claudia Paz y Paz, especialista en Derecho Penal, académica, jueza y litigante guatemalteca, expusieron una mirada regional que muestra patrones y fisuras en la democracia de estas naciones que a su vez arroja semejanzas con la crisis de Nicaragua.
El periodista de El Salvador describió cómo el Gobierno de Nayib Bukele ha reprimido la libertad de prensa, se ha hecho del control político y ha modificado las leyes para que le permitirán a largo plazo continuar su mandato, al aprobarse la relección presidencial, tal como ocurrió en Nicaragua.
“Nosotros consideramos que no vivimos más en una democracia, vivimos en un régimen híbrido que tiene muchos elementos de un régimen autoritario y apenas un maquillaje de lo que queda de democracia”, aseguró el periodista salvadoreño, quien también describió cómo hacer periodismo en este país se volvió más difícil tras la llegada de Bukele al poder.
En enero, el diario digital El Faro denunció que al menos 22 miembros de su redacción, entre periodistas y ejecutivos, fueron intervenidos 226 veces con el programa israelí Pegasus, entre julio de 2020 y noviembre de 2021. "Es muy difícil que termine este año sin que el régimen actual aprese a alguno de nosotros, esta es una situación que ya ha ocurrido en otros países, no tenemos ningún indicio para pensar que este actuar autoritario vaya a terminar pronto".
Democracia fragmentada
Por su parte, la periodista hondureña Jennifer Ávila explicó que esta nación se enfrenta a una transición de autocracia a la democracia con un Gobierno que se presenta como “el salvador”, pero que ya muestra irregularidades.
“Las primeras acciones de este Gobierno definitivamente han sido arrasadoras porque aún con el Congreso en conflicto, una parte de los diputados ya eligieron al procurador y al subprocurador de la República -que es como el abogado del Estado- y hubo muchos vicios en esa elección, además se aprobó una ley para castigar el golpe de Estado de 2009 que incluye una amnistía para varios delitos entre ellos algunos que tienen que ver con corrupción”, señaló.
Paz y Paz agregó que de la región, Guatemala fue uno de los países que tuvo avances impresionantes en democracia con la instalación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (Cicig) y del sistema de justicia del sistema de investigación criminal.
“Desafortunadamente todo esto tuvo un altísimo costo, expresidentes políticos, familias que habían disfrutado del poder prácticamente sin límites durante muchos años, se vieron amenazado este statu quo y se aliaron en lo que nosotros llamamos un pacto por la corrupción a favor de la impunidad”, afirmó.
Asimismo, explicó que “desde 2019 lo que hemos visto es una escalada, un movimiento continuo hacia el debilitamiento de la democracia como mencionaba Óscar (de El Salvador); al control pleno, a limitar todos los contrapesos al poder del Ejecutivo como ocurrió en Nicaragua (...) y lo relaciono así porque son patrones que estamos viendo que ocurren en los otros países y se contagia tristemente este autoritarismo”.
Democracia acumuló fisuras por años
El periodista nicaragüense, que describió los procesos de democracia que ha vivido el país desde 1979, pasando a la transición de 1990 hasta el regreso a la presidencia de Daniel Ortega y sus quince años de Gobierno, señaló que este país no tuvo una consolidación.
“El caso de Nicaragua debería ser estudiado como la transición a la democracia inclusa y fracasada en la que hoy intenta consolidarse una dictadura que desmanteló progresivamente las instituciones democráticas en los últimos 15 años y que desde 2018 impuso un estado policial de facto, como una dictadura totalitaria”, valoró.
En el caso de El Salvador, Martínez indicó que el actual presidente Nayib Bukele goza de un fuerte populismo como resultado de un país sin consolidación democrática, sin proceso de reconciliación profunda después de la guerra y de una población cansada de la política.
“Los últimos cuatro presidentes que pertenecieron a la ultra derecha tradicional y al FMLN están o refugiados en la Nicaragua de Daniel Ortega -los dos de izquierda- acusados de haberse robado millones de dólares, otro de ellos está en la cárcel tras aceptar que robó más de 300 millones de dólares y otro de ellos murió en un juicio antes de ser condenado por robar varios millones de dólares que eran destinado para la reparación tras los terremotos que vivió este país a principios del siglo”, describió.
Ávila también destacó el papel de Estados Unidos en estos procesos de democracia. En el caso puntual de Honduras fue determinante que Juan Orlando Hernández haya sido un aliado estratégico de los Estados Unidos aun operando toda esta gran estructura de corrupción y narcotráfico. Pero también explica que el rol de EE. UU. y de la comunidad internacional es importante en la restauración de la democracia.
“Las sanciones sí son importantes, estas menciones de los de los actores corruptos (como JOH) y los castigos en Estados Unidos a estos actores corruptos sientan un precedente no del todo de justicia pero sí de un poco de responsabilidad que cae sobre estas personas”, señaló.
Mientras, la litigante guatemalteca explicó que el error de esta nación fue dejar intacto ciertos poderes que están tirando abajo las reformas que se lograron hacer al pasar de la guerra a la paz. “Creo que no se logró realmente hacer una transformación de la sociedad guatemalteca a partir de los Acuerdos de Paz y fueron procesos inconclusos”, dijo.