21 de diciembre 2018
Una yuxtaposición certera como dardo
Fue el poeta Arquíloco
el primero en escribir en la lengua griega
la palabra “tiranía” (τυραννία) en este fragmento:
“No me importa de Giges la fortuna,
de aquél tan rico en oro jamás se apoderó de mí la envidia;
ni me irritan las obras de los dioses;
y no ansío la arrogante tiranía”.
Es interesante que la más antigua datación
en lengua griega de la palabra tiranía,
el poeta la yuxtapone a arrogante:
se refiere a la hýbris,
el peor de los pecados entre los griegos,
el orgullo de la violencia ebria del poder.
El castigo de la “arrogante tiranía”, la hýbris,
es la némesis: la solidaridad, la justicia retributiva,
la revolución, la libertad de palabra y la poesía.
Las caedizas fechas
Cojo fortuitamente un libro.
Lo sacudo en mi pierna y el golpe libera una nubecilla de polvo fino.
Perteneció a mi bisabuelo. Fue editado en Córdoba, Argentina, en 1957,
durante la dictadura militar denominada “Revolución Libertadora”
(que derrocó a Perón.
Se trata de Introducción a la política de Harold J. Laski,
quien influyó en la formación de la India, sometida al imperio británico
(hasta 1947.
El libro fue comprado en una librería de San José, Costa Rica, en 1959,
donde una década atrás había triunfado la revolución figuerista
(y había abolido el ejército.
Ese año 59, mientras mi bisabuelo –de vuelta en Nicaragua– leía
(y apostillaba este libro,
en El Chaparral fue derrotada por la guardia de Somoza
(una columna guerrillera.
La lucha armada continuaría hasta la revolución sandinista de 1979
que produjo otra lucha armada.
Mi bisabuelo murió en 1964.
Pienso en estas contingencias trabadas y en el polvillo en mis dedos:
(pasto del tiempo.
Bajo la dictadura de Daniel Ortega, a 2018 Anno Domini.