13 de noviembre 2018
Hay de aquellos que piensan que solo las monedas se devalúan, porque de ellos será la devaluación de sus derechos humanos en el reino de los Ortega-Murillo.
La devaluación humana la impuso la dictadura a sangre, fuego, cárcel y torturas desde cuando se llevaron la sorpresa mayúscula de cómo los “minúsculos” golpeaban sin miedo las puertas del reino.
Hasta entonces los dictadores se dieron cuenta de que muy atrás se habían quedado rezagados con sus maneras de pensar y gobernar, buscaron un espejo, se miraron con ojos de Narciso devaluado, y se dijeron que todo lo hecho estaba “bien y bonito”…que lo feo es de los otros.
La “revolución” también
Su proceso de devaluación se inició, desde cuando quebraron La Piñata, la siguieron quebrando “desde abajo” y continúan quebrándola desde arriba.
Lo más jodido de todo, es que están fingiendo que la revolución, además de estar viva, vive bien lozana.
Hablan de esa supuesta lozanía y, en su locura le hicieron una mascarilla a la difunta, se la pusieron para convencer de que su lozanía es cierta, pero cada vez se les pone más parecida al rostro de Frankeistein, con sus horrores represivos y su cínico mentir…
Ante el mentís de la realidad, más el clamor por justicia y democracia, sacaron del sarcófago ideológico de la difunta una “ley de reconciliación”, ofendiendo a los asesinados y burlándose de sus prisioneros y torturados.
Entre el pueblo se piensa que esa “ley”, viene siendo algo así como querer decretar el amor entre un violador y su víctima.
También intentan burlarse del mundo, desde donde –“ancho y ajeno”, como es— el pueblo insumiso recibe solidaridad.
Aunque el pueblo sabe que solo él puede salvarse de los “amores brujos” y, en su momento, hará justicia.
Los verdugos sabrán que los nicaragüenses que no lograron matar, ni serán ya sus prisioneros… ¡nunca le creyeron en su cuento de “amor, paz y reconciliación”!
Se embarcó don Nacho
Ignacio Ramonet, periodista, escritor de más de catorce libros, incluido Cien horas de conversación con Fidel, destacado crítico del capitalismo y amigo de los pueblos, está sufriendo auto devaluación… defendiendo a la dictadura Ortega-Murillo.
¿Acaso, don Nacho se dejó embarcar?
No es lo que sugiere una fotografía suya, en la que aparece sosteniendo un cartel de propaganda (de los fabricados por la dictadura, con letras y colores sicodélicos), con la leyenda: ”Nicaragua puro amor, paz, justicia y vida”.
Cuatro valores en teoría, con cero valor en la práctica.
Si haberse embarcado ha sido por su voluntad, quiere decir que el doctor franco-español en Semiología e Historia, necesita preocuparse, pues no pudo descifrar el significado de ese mensaje y su contradicción con nuestra realidad.
Quizás al maestro Ramonet, le haga falta venir a Nicaragua a conversar con Daniel, y convencerse muy pronto de que no podrá escribir el libro… ¡”Ni una hora de conversación con Daniel”!
Tampoco podría pensar siquiera en hacer un libro con sus discursos completos, porque en todos ha dicho lo mismo… ¡que lo dicho en el discurso del 7 de noviembre!
Un paseo devaluado
A falta de los libros sobre la conversación y los discursos, la dictadura podría premiar a don Nacho con un paseo por las rotondas… ¡luciendo el cartel de la foto!
Y para mayor prestigio, que lo acompañe el príncipe Laureano, quien ha dicho (y tiene por qué saberlo) que “en las rotondas están los verdaderos sandinistas”.
A sí, el maitro Ramonet descubriría que en esa confesión del príncipe está la razón por la cual… ¡ninguno de la realeza Ortega y Murillo ha rotondeado nunca!
No hay cliente para el diseño
Todo el mundo se enteró de que en “Nicaragua Diseña” –juguete de princesa— ninguna modista ni modisto importante quiere participar.
La negativa se debe a que los modistos están enterados de la forma cómo la familia real ha diseñado a Nicaragua: ¡fea, vestida con ropas ensangrentadas y costuras de lamentos marca “Chipote”!
También la reina de la democracia
El libro Cómo mueren las democracias, de los profesores de Harvard Steven Lewitsky y Daniel Ziblatt, es una magnífica colección del anecdotario político mundial, donde los caprichos individuales sustituyen los procesos históricos y a la historia misma.
Libro de 270 páginas, más 52 de ellas con 1041 notas de las fuentes y 12 páginas, con el Índice.
Quedaron debiendo un vistazo al proceso político-social de los países que mencionan.
La historia universal de la democracia, según los autores, está devaluada por aventureros, demagogos y populistas.
Vean su lista: Hitler, Mussoline, Putin, Chávez, Trump, entre otros, sin detenerse en diferencias de tiempo ni de espacio.
Para los autores, todo es simple: la democracia es víctima de “los quiebra democracias”.
Claro, enlistan también a Pinochet pero, igual que del montón de Pinochetitos, nunca conocieron la influencia de ningún gobierno norteamericano, ni del capital financiero, ni de las transnacionales, ni de las oligarquías cómplices.
Por ende, los profesores, nunca se dieron cuenta de intervenciones ni de guerras militares, económicas y diplomáticas.
En Estados Unidos, la última devaluación de su democracia la representa Donald Trump, dicen los autores.
¿Y saben por qué Trump burló la vigilancia y la pureza de los candidatos? ¡Porque las “elecciones primarias” son muy “democráticas”!
Según los autores, antes no había sucedido algo tan impuro, porque las mafias políticas pasaban semanas y semanas discutiendo sobre cuál era el mejor candidato, y cuando aparecía un “outsider” era bloqueado sin remedio… para salvar la democracia.
Las amenazas a la democracia siempre vienen de los “Outsiders” o “candidatos sorpresas”, fuera del control de las cúpulas partidarias, y han sido marginados, gracias (¿a qué no se imaginan?) a los partidos Demócrata y Republicano… ¡“guardianes de la democracia”!
¡Tremenda injusticia histórica de los profesos, con el Ku Kux Klan!
Los autores hablan de lo positivo de la unidad de esas fuerzas políticas “que buscan el progreso del país”: su tolerancia mutua, el respeto a la institucionalidad escrita (la Constitución) y a las leyes no escritas (por la costumbre).
Para entender eso, ponen un ejemplo de su país: en USA la Constitución, ni otra ley, contemplaban nada sobre la reelección presidencial, porque el respeto a la ley no escrita la estableció George Washington, quien renunció a un tercer período, porque para él, una reelección era suficiente.
Eso se mantuvo hasta 1951, cuando en una enmienda establecieron solo una reelección, después de que Franklin D. Roosevelt, se reeligió dos veces y gobernó hasta su muerte, 1945, poco antes que finalizara la Segunda Guerra Mundial.
Algo es algo, dijo el calvo, pero de ahí derivó algo fatídico: a Roosevelt, le sucedió su vicepresidente, y luego homicida, Harry S.Truman. (Para proteger el honor de los profesores, aclaro que esto no lo dicen en su libro).
Cuando hablan de la devaluación y muerte de la democracia chilena (1973), igual que hablan de los golpes de Estados en América Latina en general, sin señalan las causas… ¡solo sugieren que fue obra de los “quiebra democracias”!
Ningún golpe de Estado fue resultado de la complicidad de las oligarquías con las transnacionales y de los órganos conspirativos estadounidenses.
En fin, los autores describen las sombras y los claros de la democracia, pero con más tonos claros que los oscuros que le adornan.