28 de septiembre 2018
El Gobierno de Daniel Ortega amenaza al sector privado porque pretende decir que el problema de Nicaragua es económico y no político, según el expresidente de la Cámara Americana de Comercio (AmCham), Róger Arteaga, para quien esta actitud del Gobierno "lo único que logra es que la situación económica del país empeore".
En entrevista en el programa de televisión Esta Noche, Arteaga aseguró que el sector privado ha reafirmado que la solución a esta crisis sociopolítica la tiene el mismo Gobierno de Ortega.
El también exdirector general de ingresos también opina que realizar un paro nacional de tres o más días solo empeoraría la situación del país, pues a su juicio los paros solo funcionan como muestra del poder de convocatoria que el pueblo tiene.
La semana pasada el comandante Daniel Ortega amenazó públicamente al sector privado con enviar a la Policía para abrir los negocios que pudieran volver a sumarse a un nuevo paro nacional. ¿Cómo ha recibido el sector privado las amenazas de Ortega?
La reacción del sector privado cuando ocurren estas cosas es polarizarse, agruparse. Lo que vimos posterior a eso, fue un pronunciamiento muy fuerte del Cosep planteando su posición y lo que se está pidiendo, esto es apoyado por Amcham y otras organizaciones del sector privado, que vieron en esta reacción del primer mandatario de este país, que en vez de buscar qué salidas darle a esta situación -provocada por él y donde él es el que tiene la solución- reacciona de una manera tan violenta. Una amenaza de un presidente que rige el país cualquiera puede interpretarlo como que vienen acciones posteriores a esa amenaza. Entonces, el sector privado lo que sintió fue que necesitaba acuerparse más y señalar que quien tiene la llave para este candado es el presidente Ortega.
¿Qué opina de esta acusación que desde el sector privado se está ejerciendo terrorismo económico?
Hay una intención de confundir a la gente haciéndole ver qué el problema es económico. Y el problema económico es una consecuencia de un problema más profundo, que es el problema político, y si el problema político no se resuelve, difícilmente cualquier medida económica que tome el Gobierno -que ya ha intentado varias y no le han funcionado- cualquier medida política que quiera resolver ese problema, se pierde en el vacío porque la situación que está provocando esto no se resuelve.
¿Qué consecuencias tienen esas declaraciones de Ortega en el clima de negocios del país?
Los empresarios que han pensado en hacer inversiones en Nicaragua, cuando ven esta crisis y oyen a un presidente que en vez de tratar de buscar cómo solucionar esta crisis, más bien está amenazando al sector productivo, a ningún empresario se le va a ocurrir venir aquí porque si viene y se une a este grupo, él también va a ser un amenazado. Lo otro es cómo traer dólares, porque traer dólares a un país donde no hay seguridad jurídica, donde no hay estabilidad social, no hay estabilidad económica, donde las instituciones están tomadas y hay un Ejército y una Policía que están reprimiendo a un pueblo, a nadie se le va a ocurrir venir a invertir a Nicaragua.
¿Qué significa en términos económicos un paro? ¿Y qué consecuencias tiene para el régimen?
El paro tiene un propósito, pero nunca un paro ha botado a un gobierno. Nunca un paro ha sido la solución de los problemas. El paro para lo único que sirve es para demostrar que cuando el pueblo, cuando la sociedad civil, cuando el sector privado toman una decisión y dicen paro, nadie está en las calles. Eso se llama poder de convocatoria. Es una forma de manifestar que hay coincidencia y esto es casi un referéndum como cuando vas a votar.
¿Qué consecuencias tiene para la economía que se paralice por un día?
Hay una perdida indudablemente. Simplemente es un día que no se produjo, un día que no se vendió y todo eso tiene una consecuencia económica. Por eso es importante no hablar de paros muy prolongados sino solamente de demostración.
La gente exige en las redes sociales un paro nacional de más de 24 horas. ¿Lo ve plausible? ¿Qué significaría eso para la economía?
Es quemar la casa para asar el cerdo. Es perder mucho, para lo que se quiere lograr. Y el paro para lo único que sirve es para demostrar que hay voluntad y que hay conciencia. Es como un referéndum, cuando dicen paro nadie está en la calle y cuando dicen marcha todos a la calle.
También se habla de desobediencia fiscal. ¿Se podría implementar? ¿Qué consecuencias tendría?
La desobediencia fiscal también se ha dado en varios países de América Latina. No es únicamente de Nicaragua, es simplemente como lo dijo Luis Almagro (secretario general de la OEA), hay que estrangular a la dictadura y una forma de estrangular a la dictadura es estrangular los ingresos que tiene la dictadura. Y una desobediencia fiscal lo que está haciendo es cerrándoles el grifo de donde el Gobierno recibe los recursos para ejecutar el presupuesto, porque un presupuesto se alimenta de los impuestos, de los préstamos y de las donaciones. Si le cortás los impuestos deja de recibir recursos. Lo de las donaciones y préstamos, ya el grupo de trabajo que conformó la OEA, se reunió con el Banco Mundial y con el BID, por qué de los 21 países que votaron sancionando a Nicaragua, todos son miembros del BID y del Banco Mundial y, de los 12 que nombró para ayudar al grupo de trabajo para Nicaragua, todos pertenecen al BID y al Banco Mundial y, cinco de esos 12 pertenecen al Banco Internacional: Argentina, Colombia, Panamá, Costa Rica y México. Y como en el concierto internacional no se nombran a personas, se nombran a países y si la política es del país, lo mismo que vote ese país en la OEA va a votar en los organismos financieros internacional.
¿Cómo ha afectado esta crisis el clima de negocios? ¿Están dispuestos los inversionistas a invertir en Nicaragua?
En esto han tenido que recurrir a mucha de su creatividad. Han tenido que hacer los ajustes necesarios en sus cuentas, en sus operaciones para poder salvar esta situación. Claro que hay límites a eso. Yo he sabido que han tenido que despedir cierto personal, mandar de vacaciones a cierto personal, redistribuir las operaciones, retrasar el pago de los impuestos para pagarle al personal porque hay un compromiso laboral y el empleador necesita ser fiel con el trabajador que necesita retener porque es el que mantiene la empresa. Lo otro es reestructurar internamente una facilidad que dio la superintendencia de bancos, para que los bancos con los clientes renegociaran su deuda y les dieran periodos de gracia razonable, no reestructurar porque eso perdería su categoría de cliente, pero si hacer arreglos con ellos para darles un respiro para mientras se llega a una solución de este problema. No a la normalización, a la solución de este problema político.
¿Qué opinan desde el sector privado de la aprobación en primera instancia de la ley conocida como Magnitsky Nica por parte del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos?
Yo creo que el asunto de Nicaragua ha desbordado. Al comienzo, yo recuerdo que sentíamos lo que estábamos viviendo, pero eran solo los nicaragüenses, aquí había gente que ni sabía lo que estaba ocurriendo y los que sabían malinterpretaban lo que estaba ocurriendo, como en el caso de Almagro. Cuando Almagro vino la primera vez y le dijeron que lo que se quería era adelantar las elecciones, Almagro dijo que la cúpula de oligarcas quería darle un golpe de Estado a Ortega. Hoy es él mismo quien está diciendo “hay que estrangular a la dictadura”. Y también hay que tomar en cuenta que todo esto tiene una solución y esa solución pasa por cumplir lo que el pueblo quiere.
¿Cree que esas iniciativas pueden forzar a que Daniel Ortega se abra a negociar una salida a esta crisis política?
Todas estas medidas son para ver de qué manera le hacen ver a Ortega que lleva a Nicaragua hacia el despeñadero y que si él no toma una decisión habrá presiones. Yo he escuchado gente que dice “eso va a tomar tiempo, en que el comité de relaciones exteriores lo lleve al Senado, al plenario, a la Cámara Alta, después va al escritorio de Donald Trump y eso va a tomar tiempo para que el Ejecutivo, que en este caso es Donald Trump en el Departamento de Estado, apliquen eso que se va a convertir en ley. Y quiero decirle que no canten victoria, porque la NicaAct fue presentada desde hace mucho tiempo en el Congreso y ahora va para el Senado y la Global Magnitsky Act es una ley que allí está y esa ley tiene sancionado a cuatro aquí sin que todavía hayan aprobado la Magnitsky Nica. Y la pueden seguir aprobando.
Si esta iniciativa se aprueba y Ortega no cede ¿Podrá resistir las presiones que la ley significa para su Gobierno?
Sin tener que llegar a lo que nadie quiere que es una guerra civil, creo que a eso es a lo que está apostando Ortega. Y todo eso que vemos que después de una marcha pacífica siempre hay un aparato represivo, siempre hay muertos y hay heridos es para provocar. Quieren provocar para que la gente reaccione de una manera violenta y yo le recomiendo a la gente que no caigan en esa trampa porque esa es una trampa que anda buscando Ortega para decir “tengo que reprimir porque están atacando”. Así que hay que tener cuidado con eso porque Ortega gana en una guerra civil porque él tiene las armas, la Policía, el Ejército, los paramilitares y contra eso ningún ciudadano nicaragüense puede ponerse a luchar porque no hay cuerpo a cuerpo.
¿Hay temor dentro del sector privado de que la aprobación de leyes que sancionan al Gobierno de Ortega, en el Congreso de Estados Unidos, perjudiquen la economía nacional?
Falso. Si recordás la Nica Act 1.0 era una ley para cerrar los grifos de los préstamos a Nicaragua. Entonces la gente comenzó a decir si cierran los grifos no va haber comida, no va haber trabajo, van a cerrar las empresas y todo eso. Después vino la Nica Act 2.0 y esa incluyó sanciones a funcionarios de Gobierno corruptos. Entonces con esa Nica Act allí si podía el Ejecutivo, que es Trump y el Departamento de Estado, aplicar sanciones a los corruptos que están robándose los recursos que mandan los donantes y los países. La Nica Act incluye que aquellos recursos que fueran para educación y sociales no se tocaron y lo de hoy incluye no parar los financiamientos sociales para derechos humanos, democracia y para restauración.
¿Cuál es la solución deseable para el sector privado de esta crisis?
Que Ortega al fin entienda de que si él quiere pasar su vida tranquila después de todo esto tiene que ceder, porque si está buscando caminos como los de Sadam Husein y los de Gadafi sería ya ir al extremo porque él podría, razonablemente, llegar a una conclusión de decir: "ok, si lo que quieren es adelantar elecciones, adelantamos elecciones; si lo que quieren es sacar a los presos políticos, sacamos a los presos políticos; vamos a unas elecciones a ver quién gana", pero es la elección la que va a decidir quién es el que gana y esa llave solo la tiene Daniel Ortega.