21 de septiembre 2018
El sector turístico nicaragüense vive sus horas más bajas desde la década de los 80. Por primera vez en veintiocho años no crecerá y las perspectivas de futuro no son nada halagüeñas. Desde el inicio de las protestas en contra del Gobierno de Daniel Ortega, en abril pasado, el 83% de las empresas turísticas ha reducido su actividad a menos del 30%, lo cual generará que al cierre del año se perciban unos 400 millones de dólares menos, según un diagnóstico de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur).
El documento, basado en la entrevista con 190 empresarios, señala además que el 72% de las empresas han reducido su planilla a más de la mitad, mientras un 13% “negoció con los colaboradores para retener a la mitad”. En total han sido despedidos 60840 empleados.
Con este panorama, el diagnóstico concluye que este año el sector generará unos 500 millones de dólares, lo que representa menos de la mitad de lo proyectado para este 2018: 1000 millones de dólares.
La presidenta de Canatur, Lucy Valenti, indica que el sector necesitará de tres a cinco años para volver las cifras de 2017, cuando generó 840 millones de dólares y 120000 empleos.
Turismo interno insuficiente
Para Valenti la clave de la recuperación reside en que vuelva el turismo internacional, lo que solo se hará a través de generar seguridad. “El negocio del turismo es de confianza, el turista va a donde se sienta seguro y confiado”.
Comenta que antes de los años 90, Nicaragua no tuvo turismo internacional, ya que vivía una época convulsa y de guerra. “La industria turística se empieza a construir con la firma de paz”, añade.
Explica que si la seguridad no regresa a Nicaragua, la industria turística podrá subsistir con el turismo interno, pero solo negocios como los restaurantes, y no otras actividades como la hotelería, operadoras turísticas o renta de carros.
La normalidad no ha vuelto
El diagnóstico, elaborado por el Centro de Desarrollo Empresarial en Turismo (Cdetur), señala que el clima de seguridad va a mejorar con la desaparición de los paramilitares y el regreso del Gobierno al Diálogo Nacional, suspendido hace más de dos meses.
“La normalidad para nosotros es que el turismo internacional regrese a Nicaragua. Se mantienen las alertas de viaje en los principales mercados, los mayoristas todavía no vuelven a colocar el producto de Nicaragua en sus catálogos y las líneas aéreas no han vuelto a la normalidad. La demanda del mercado no va a venir por más que queramos decir que estamos normales, no va a venir mientras no se garantice el clima de seguridad en el país”, advierte Valenti.
El documento indica que el arribo de turistas, entre abril y julio, registra un descenso del 61%, sobre todo de ciudadanos de Estados Unidos, seguido por canadienses y españoles.