14 de septiembre 2018
El Caucus Progresista del Congreso de Estados Unidos (CPC) expresó su preocupación por las graves violaciones de derechos humanos en Nicaragua y condenó la violencia ejercida contra los manifestantes por parte del régimen del comandante Daniel Ortega.
A través de una declaración firmada por los representantes Raúl M. Grijalva y Mark Pocan, copresidentes de la organización política, expresaron su preocupación por la "respuesta brutal" del Gobierno de Ortega contra los manifestantes desde el pasado 18 de abril.
"Estamos profundamente preocupados por la violencia y las violaciones de los derechos humanos que han ocurrido en Nicaragua durante los últimos meses. Las manifestaciones que estallaron en abril fueron enfrentadas con una represión estatal violenta dio mano al deterioro de las condiciones que arriesgan la seguridad de los nicaragüenses y el aumento de actividad delictiva durante el caos que siguió", señalan.
En el documento indican que "como consecuencia de la respuesta brutal del gobierno, cientos de personas han muerto, incluyendo manifestantes, defensores de los derechos humanos y 21 miembros de la policía".
Citan el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que revela que "la gran mayoría de las víctimas murieron como resultado de las acciones del Estado o de las fuerzas de seguridad al servicio del Estado".
Lamentan persecución
El CPC señaló la persecución que sufren estudiantes, activistas, líderes religiosos y personal médico de parte del Gobierno al aplicar una “Ley antiterrorista” recientemente aprobada por la Asamblea Nacional, que ha provocado "que miles de nicaragüenses han tenido que esconderse o han tenido que huir del país".
"Creemos que es imperativo que la violencia en Nicaragua llegue a su fin y que el gobierno, con el apoyo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, garantice la investigación, el enjuiciamiento y el castigo rápido, exhaustivo e imparcial de los responsables de violaciones de derechos humanos", explican.
Además reforzaron el llamado de la ONU para que el Gobierno de Ortega retome un diálogo nacional "de manera oportuna e inclusiva a fin de lograr acuerdos basados en los derechos humanos y principios democráticos".
"Como Copresidentes del Caucus Progresista del Congreso, apoyamos firmemente el cese de la violencia. Somos conscientes de los logros sociales y económicos que Nicaragua ha logrado en los últimos años, y reconocemos la historia dolorosa de la intervención de Estados Unidos en Nicaragua y rechazamos la provocadora interferencia del presidente (Donald) Trump en América Latina. Aunque seguimos opuestos a la intervención del gobierno de Estados Unidos o acciones unilaterales contra el gobierno nicaragüense, no podemos quedar callados ante la continuación de la represión violenta y detenciones arbitrarias de activistas pacíficos", explican.
La declaración del Caucus Progresista concluye indicando que apoyan los derechos de los manifestantes y los defensores de los derechos humanos, y expresan su "pleno apoyo a quienes trabajan para promover una resolución pacífica y democrática a la crisis".