12 de agosto 2018
San José.- Decenas de nicaragüenses se manifestaron hoy en Costa Rica en una vigilia para recordar a los muertos de la crisis sociopolítica que vive Nicaragua y para repudiar al Gobierno de Daniel Ortega.
Con banderas de Nicaragua y pancartas, los nicaragüenses, muchos de ellos autoexiliados a Costa Rica, gritaron consignas contra el Gobierno de Ortega, al que acusan de "asesino", de "corrupto" y de mantener como presos políticos a manifestantes.
"No tenemos miedo", "Ortega y Somoza son la misma cosa", "Vivos los llevaron, vivos los queremos", gritaban los manifestantes en la vigilia convocada por el movimiento SOS Nicaragua global y efectuada en la Plaza de la Democracia, en el corazón de la capital de Costa Rica.
"Estamos aquí haciendo sentir nuestra voz contra el Gobierno genocida y corrupto del dictador Daniel Ortega. Exigimos que libere a los presos políticos y que se vaya", dijo un joven identificado como Andrés, quien con su rostro tapado con un pañuelo se unió a la vigilia.
Como él, miles de nicaragüenses han salido de su país en los últimos cuatro meses para huir de la represión que el Gobierno de Ortega, por medio de militares, policías y grupos armados, ejerce sobre los manifestantes opositores a su Gobierno.
Costa Rica es el país que escogen para huir muchas de las personas que temen por su vida en Nicaragua, pues encuentran espacio para manifestarse y cuentan con familiares o amigos que les brindan asistencia.
Las autoridades costarricenses han recibido cerca de 10.000 solicitudes de refugio de nicaragüenses desde que comenzó el conflicto en abril pasado.
"¡El pueblo unido jamás será vencido!", gritaron al unísono las personas que se reunieron en la Plaza de la Democracia y quienes colocaron en el piso decenas de nombres de los fallecidos durante las protestas.
Con lágrimas en los ojos varios de los jóvenes nicaragüenses recordaron a quienes fueron compañeros y amigos y que perdieron la vida en las protestas.
Desde el pasado 18 de abril, Nicaragua está sumergida en una crisis sociopolítica que ha dejado, según diferentes organizaciones pro derechos humanos, entre 317 y 448 muertos, que el Gobierno cifra en 197, convirtiéndose así en la más sangrienta desde la década de los 80.
Las protestas contra Ortega se iniciaron por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de 11 años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.