8 de agosto 2018
La organización Católicas por el Derecho a Decidir informó que entre enero y julio han habido 40 femicidios en Nicaragua. Once casos más que los contabilizados a mediados del 2017. La organización también reporta el asesinato de 15 mujeres y cinco niñas a manos de “grupos paramilitares y policías”, desde que iniciaron las protestas el 19 de abril.
El martes 7 de julio, el Gobierno de Daniel Ortega dio a conocer un informe donde admite que 197 personas han muerto asesinadas en este periodo y que otras 253 ha muerto “producto de la violencia común”. Entre estos otros casos, Ortega solo reconoce la cifra de 10 femicidios en lo que va del año.
Para Magaly Quintana, activista de Católicas por el Derecho a Decidir, Daniel Ortega ha maquillado las cifras “históricamente” y responsabiliza al mandatario de ser el responsable no solo de las 15 mujeres y las cinco niñas asesinadas por paramilitares, sino de los 40 otros casos de femicidio que han habido en el país desde enero a julio.
“En su mayoría los femicidas andan prófugos de la justicia sobre todo lo que les corresponde al mes de abril y julio. La explicación es bien clara porque una Policía Nacional que debería estar protegiendo y resguardando la vida de los ciudadanos, anda acompañando a los paramilitares, por las consecuencias no solo es que han matado a las mujeres sino que sus asesinos andan libre”, explica la activista feminista.
En seis meses, han muerto 60 mujeres en Nicaragua, una cifra que, comparada al mismo lapso de tiempo en años anteriores, ha aumentado. Para las organizaciones feministas en Nicaragua, en panorama es cada vez alarmante y parece empeorar debido a la crisis política y la “violencia institucional” que se ha instaurado en las calles.
Magaly Quintana cree que hay una relación entre el fenómeno de los femicidios y el de la violencia política --a manos de paramilitares y policías-- que se ha desatado en los últimos meses desde que iniciaron las protestas contra el comandante Daniel Ortega.
Los grupos feministas en Nicaragua han demandado, desde antes que iniciaran las manifestaciones masivas en rechazo al Gobierno, la escalada de violencia hacia las mujeres, y la “mano suave” de las autoridades judiciales a la hora de tipificar los casos y aplicar condena.
“Es una saña (contra las mujeres) que ha estado históricamente. Hoy por las circunstancias particulares se ha acrecentado. Esto se debe porque muchos femicidas han querido funcionar como han funcionado la policía y los paramilitares (bajo impunidad), de tal manera que estos no queden como femicidio”, argumenta Quintana.
El reporte de Católicas por el Derecho a Decidir informa que Managua y Jinotega son los departamentos del país donde más crímenes de odio han habido, con ocho y siete femicidios respectivamente. La mayoría de los asesinatos han sido con armas corto punzante (18 de 40), pero también hay saña en las muertes, como violaciones e intentos de incinerar los cuerpos.
Entre las cinco niñas que han muerto a manos de paramilitares en el marco de la crisis que atraviesa Nicaragua, perfila Daryeli Velásquez Raudez, de 2 años, cuya muerte producto de un incendio provocado por turbas conmocionó al país.
“La violencia hacia las mujeres es un indicador muy importante para medir a nivel internacional el respeto a los derechos humanos. La invisibilización de los femicidios es una constante de este Gobierno para obviar esta tragedia nosotras hemos venido denunciado”, sentencia Magaly Quintana.